«Me quedo aquí»: El peso de vivir

Duomo Ediciones nos acerca la última novela de Marco Balzano, «Me quedo aquí». Escuelas clandestinas, fascismo, una desaparición, la destrucción del pasado... Un relato estupendo

01 sep 2019 / 12:36 h - Actualizado: 01 sep 2019 / 12:53 h.
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  • Campanario de Curon (Italia). / El Correo
    Campanario de Curon (Italia). / El Correo

No puede confundirse la literatura accesible con la mala literatura. Tampoco se puede pensar que una novela difícil y correosa, escrita con tonos altos y alientos larguísimos, es siempre una maravilla. Solo si la firma Faulkner o Juan Benet tenemos garantía absoluta de estar ante literatura grande y robusta. Una novela que se lee con cierta facilidad puede ser una excelente obra.

Me quedo aquí es el título de la novela de Marco Balzano. Es un relato que reivindica el futuro, el pasado, la voluntad de las personas. Es un relato que cuenta parte de la historia de una familia de Curon, localidad italiana que era cercana a las fronteras de Suiza y Austria. Trina es la narradora, la madre, la esposa y la hija, sostiene el peso narrativo de principio a fin. Con un lenguaje cercano, muchas veces poético, y una facilidad pasmosa para dibujar personajes y escenarios con muy poca cosa, Balzano nos acerca a un mundo que no podemos olvidar porque fue el mundo de muchos hombres y mujeres.

Como muchas localidades del mundo entero, Curon fue una víctima del desarrollo económico. Además, lo fue en un tiempo en el que no se preguntaba sobre las consecuencias de una obra como aquella para miles de personas. Un embalse dejó sumergida la localidad para siempre. Hoy solo se puede ver el campanario de la iglesia. En ese mismo tiempo, los derechos de las personas se pisoteaban sin demasiados problemas, sin disimular como se hace ahora.

El relato mantiene una tensión narrativa impecable. Si bien es cierto que los últimos capítulos se dedican más a tratar el fin de un espacio físico y esa tensión narrativa se diluye en alguna medida, Balzano es capaz de dosificar la información al tiempo que carga de expresividad los pasajes más intensos. El lector puede escuchar los cencerros de las terneras, el aire colándose por debajo de las puertas; el lector puede escuchar el cepillo de un carpintero o el susurro de una voz. El autor escapa de los espacios comunes para contarnos la historia de una familia como muchas familias que no entienden la razón por la que el mundo es hostil y casi insoportable; pero que, finalmente, soportan porque no hay otro remedio.

«Me quedo aquí»: El peso de vivir
Portada de ‘Me quedo aquí’. / El Correo

Marco Balzano deja sin resolver un asunto que funciona como eje del relato que tiene que ver con la hija de Trina, la protagonista; y pasa de puntillas sobre asuntos que podrían ser muy jugosos. Algo de prisa por acabar. Pero las bondades son mucho más importantes que las carencias o los problemas. El libro hay que leerlo porque es una novela estupenda y será extraño que pase desapercibida.

Presten especial atención a la zona de exposición narrativa que incluye la segunda parte del relato. Intenso, bello, salvaje. Literatura de verdad.

Calificación: Muy buena.

Tipo de lectura: Amena, conmovedora muchas veces.

Tipo de lector: Cualquiera. Los jóvenes pueden acercarse a esta novela y encontrar ese libro que buscan para quedar enganchados a la lectura.

¿Dónde puede leerse?: En el Tirol italiano. Es precioso y hay un embalse en el que se puede ver una torre, sumergida hasta la mitad, de lo que fue la iglesia de la comarca.