Un puente lejano: La guerra por dentro

Pocas veces han sido tantos los buenos actores que se han unido para hacer una película. ‘Un puente lejano’ trata la guerra desde el mismo centro de la guerra. Aunque, con esta cinta, se descubre que no siempre está en el campo de batalla. Los despachos, las comidas y las ideas absurdas, son tan decisivos como un fusil.

29 oct 2016 / 12:14 h - Actualizado: 26 oct 2016 / 13:15 h.
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  • La película narra cómo una operación militar puede fracasar por la misma razón por la que un ejército cualquiera triunfar. / El Correo
    La película narra cómo una operación militar puede fracasar por la misma razón por la que un ejército cualquiera triunfar. / El Correo
  • El despliegue de recursos para filmar esta película fue extraordinario. / El Correo
    El despliegue de recursos para filmar esta película fue extraordinario. / El Correo
  • Sean Connery en un momento de la película. / El Correo
    Sean Connery en un momento de la película. / El Correo
  • Cartel de la película ‘Un puente lejano’. / El Correo
    Cartel de la película ‘Un puente lejano’. / El Correo

Cornelius Ryan escribió la novela A Bridge Too Far. William Goldman la adapto para el cine. Y Richard Attenborough dirigió la película homónima de la novela original. Una película bélica que no suele aparecer entre las favoritas de los que dicen entender de cine. Tal vez eso obedezca a que; a pesar de contar con un reparto de auténtico lujo, un buen guión, medios técnicos más que suficientes, un sonido espectacular y una banda sonora magnífica (compuesta por John Addison); la película narra un hecho histórico pegándose mucho a eso (no intenta narrarlo de forma exacta, ni mucho menos) y no a la búsqueda de universos únicos, al uso de recursos narrativos que aumentan la capacidad expresiva de la imagen (por ejemplo, un silencio en medio de la batalla) o al uso de un discurso de los personajes que, francamente, los convierte más en filósofos de barra de bar que en hombres que van a morir poco después (sólo algunos lo han conseguido sin hacer el ridículo como, por ejemplo, Terrence Malick). Quizás sea por eso. No lo sé. El caso es que la película narra cómo una operación militar puede fracasar por la misma razón por la que un ejército cualquiera triunfa. La disciplina; no rechistar ante las órdenes de un superior; no decir lo que se piensa para no contradecir al de arriba. La misma razón para ganar una guerra que para perderla. ¿Cómo nos cuentan todo esto? Desde la estrategia, desde el despliegue de efectivos, desde los errores, desde las órdenes dictadas detrás de un despacho, desde los heridos. La guerra por dentro. Algo mucho menos amable que desde personajes extraordinarios o, incluso, desde el horror. Otra forma de contar, más selectiva. Me pregunto, siempre después de ver la cinta, qué es la guerra. Y la respuesta es la misma, siempre también. Es la suma de todas esas películas bélicas. Y me parece injusto que, cuando hacer cine es representar una realidad cualquiera desde un punto de vista determinado, se menosprecien algunas de ellas por esa razón (hablo pensando en películas de calidad y no de bazofias que encontramos en cualquier rincón).

Pocas películas muestran con tanta solvencia cómo la artillería apoya el avance de una columna de blindados, cómo el despliegue táctico en un ejército puede ser de una belleza pasmosa, cómo las casualidades son la misma guerra o cómo las creencias personales o la egolatría son factores determinantes en una batalla. Al fin y al cabo, los ejércitos son lo que son y no lo queremos que sean. No quiero decir con esto que Un puente lejano sea una especie de documental. No, no es eso. Porque es una película de cine y de las buenas. Con todo esto me refiero a esa zona del cine que se pega más a una realidad y deja de interesar a muchos.

El caso es que pocas veces podremos ver a un grupo de actores como el que forma el elenco de esta película trabajando juntos: Dirk Bogarde, James Caan, Michael Caine, Sean Connery, Denholm Elliott, Elliott Gould, Edward Fox, Gene Hackman, Anthony Hopkins, Jeremy Kemp, Robert Redford, Liv Ullmann, Maximilian Schell, Hardy Krüger, Laurence Olivier, Michael Caine, Sean Connery y Ryan O’Neal. La interpretación de Edward Fox sobresale sobre el resto aunque todos están muy correctos en sus papeles. Y un aviso importante. Pocas películas pierden tanto con el doblaje como esta. Hay que verla en versión original.