Ciudadanos alienta al PSOE-A a marcar nuevas distancias con Ferraz

Marín presenta en el Parlamento andaluz una PNL «calcada» a la que el PSOE de Sánchez tumbó en el Congreso pese al voto «erróneo» de cuatro susanistas. El grupo socialista aún no ha definido oficialmente su postura, aunque todo apunta a que fructificará

21 sep 2017 / 15:13 h - Actualizado: 21 sep 2017 / 15:18 h.
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  • Susana Díaz y Juan Marín, en un encuentro reciente. / Julio Muñoz (Efe)
    Susana Díaz y Juan Marín, en un encuentro reciente. / Julio Muñoz (Efe)

Pocas horas después que Susana Díaz se colocara su mejor traje de estadista y exhibiera un discurso de apoyo sin ambages al Gobierno de Rajoy al respecto de la crisis catalana, Ciudadanos difundía con esmero el documento de una Proposición no de Ley en apoyo a las medidas que el Gobierno central tome contra la convocatoria del referéndum del 1-O. El texto fue presentado a la mesa del Parlamento el 13 de septiembre, pero espoleados por el subidón del recién firmado acuerdo de sucesiones y presupuestos y por las palabras de Díaz en defensa del «Estado de Derecho», la formación naranja decidió dotarlo de conocimiento público.

La coincidencia espacio temporal no es, ni mucho menos, baladí. El texto que portavoz andaluz de la formación naranja, Juan Marín, firma en su presentación a la mesa del Parlamento insta a la cámara andaluza a prestar «apoyo institucional en defensa del Estado de Derecho en Cataluña», y se trata de un documento «calcado», según fuentes oficiales de Ciudadanos Andalucía, al que hace tan solo unos días presentó la formación en el Congreso de los Diputados y que en mitad de una fuerte polémica, el nuevo PSOE de Pedro Sánchez tumbó con su voto negativo.

La polémica, sin embargo, no acabó ahí, ya que fueron cinco diputados socialistas, tres de ellos andaluces y afines a Susana Díaz, los que por indisciplina de voto –la rubalcabista Soraya Rodríguez así lo admitió– o «por error», como manifestaron los andaluces susanistas Pradas, Trillo y Cámara y la sanchista Zaida Cantera, quiénes dieron un paso al lado –erróneo o provocado– para distanciarse de las tesis de Ferraz y accionar el ‘sí’ en el hemiciclo, votando junto a PP y las huestes de Rivera.

Este hecho, sin embargo, no fue suficiente para aprobar la PNL, a la que el PSOE federal no se sumó tras intentar, sin éxito, que se integrara un añadido que versara sobre «abrir un espacio de diálogo y buscar una salida pactada y legal que permita desterrar la división y reforzar la convivencia de todas las sensibilidades de nuestro país». Para más inri, esta enmieda que el PSOE marcó como línea roja para prestar su apoyo a la PNL de Ciudadanos, no aparece en el texto difundido por la delegación andaluza del partido naranja.

La estrategia de Ciudadanos entra de lleno en la interminable y casi endémica diferencia de criterios entre Ferraz y San Vicente, en este caso al respecto de un asunto tan delicado como es la crisis soberanista. Con el objetivo de ahondar en la asimilada como irreconciliable relación entre Ferraz y San Vicente, el partido naranja aprieta así al gobierno de una Susana Díaz a la que acaban de concederle dos de los grandes acuerdos del curso político recién empezado: el impuesto de sucesiones y el presupuesto 2018, el mismo que permitirá a la presidenta andaluza gobernar con relativa suficiencia hasta el final de la legislatura, toda vez que esas cuentas finalizan apenas un trimestre antes de las elecciones regionales previstas para la primavera del 19.

La PNL registrada en el Parlamento por la formación naranja es un auténtico torpedo en la linea de flotación del armisticio socialista, vendido por ambas partes desde la misma noche de las primarias federales pero a todas luces irreal. Díaz, condicionada por el peaje que ha de satisfacer con el partido que está allanando el sendero de su ejecutivo en minoría se verá presionada a propiciar la aprobación de una proposición que de alguna forma ya avaló con su discurso del miércoles, en el que redundó en mensajes como que el Estado está obligado a «restablecer la ley» y en el que parecía arrimar el hombro: «El Estado somos todos». En la PNL se citan, casi textualmente, algunos de estos axiomas.

Fuentes del PSOE en el Parlamento de Andalucía señalan, sin embargo, que el grupo «no tiene aún decidida» la postura que tomará en la votación plenaria, prevista para la semana que viene, miércoles y jueves 26 y 27 de septiembre. Nada más lejos de la realidad: perfiles cercanos a la cúpula socialista de Díaz y con escaño en la cámara andaluza manifiestan a este periódico que, salvo sorpresa inesperada, la Proposición no de Ley «fructificará» en Andalucía, más allá de la controversia con Ferraz, aunque eso sí, la postilla de la salida pactada es un «asunto importante a tratar».

Marín, por su parte, también articula un discurso de alienta aún más el divorcio entre pesoes. En una entrevista concedida este jueves a Canal Sur, el líder de Ciudadanos confió en la aprobación de la PNL en el Parlamento, gracias al voto socialista, al tiempo que calificó de un sinsentido la postura socialista del Congreso de los Diputados.

En caso de producirse este voto favorable del grupo socialista, el PSOE-A volverá a abrir la caja de los truenos con un Ferraz que ha quedado señalado como malo de la película tras la votación que no fructificó en el Congreso. La ausencia de esa enmieda que el propio Ábalos solicitó a Rivera, subraya aún más la estrategia naranja de provocar un cisma mayor en el seno de un partido con quien mantienen una relación que según territorios roza el oxímoron: la mayor de las cercanías en Andalucía y próximos a la ruptura en Madrid.