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De izq. a dcha. Jiménez y Cornejo (PSOE), Luzón y Rivera (C’s). / Julio Muñoz (Efe)
Al igual que el pacto suscrito entre PP y C’s a nivel estatal, el que selló la formación naranja con el PSOE andaluz para apoyar en 2015 la investidura de Susana Díaz tampoco lo firmaron los primeros espadas sino los equipos negociadores (el secretario general Juan Cornejo y el portavoz parlamentario Mario Jiménez por el PSOE y el coordinador de la formación Manuel Luzón y la diputada Irene Rivera por C’s).
C’s también exigió al PSOE que suscribiera previamente el pacto anticorrupción, pero fue más exigente al pedir que los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán abandonaran sus escaños en las Cortes pese a que formalmente no estaban aún imputados en el caso ERE, aunque sí señalados por la jueza Alaya y habían declarado en el Supremo como aforados. En el acuerdo con el PP, el partido naranja ha hecho cambios en su concepto de corrupción y ha evitado pedir la dimisión del diputado Óscar Clavell.
Una comparativa entre los acuerdos suscritos por C’s en Andalucía con el PSOE y en España con el PP revela similitudes, como la recuperación de los presupuestos en sanidad, educación y dependencia a niveles previos a la crisis o los pactos por la Educación, el aumento de plazas de guardería y FP, la apuesta por la investigación, como el Gobierno Abierto o el control de las subvenciones.
Pero respecto a la regeneración democrática, la formación naranja fue más exigente con el PSOE andaluz, entre otras cosas porque su apuesta por las primarias (en el pacto estatal no se concreta el procedimiento y se deja autonomía a los partidos) o la limitación de mandatos ya la tenían contempladas los socialistas (aunque con el PSOE-A no concretó el límite de ocho años). El pacto estatal concreta más el régimen de incompatibilidades pero el andaluz pone cifra a la reducción del gasto electoral. En materia fiscal, C’s también es más exigente en Andalucía ya que la rebaja del IRPF no está sujeta al cumplimiento del déficit como en Madrid.