Todo transcurría con normalidad en la costa onubense. Primer día, para muchos, de vacaciones. El Sol calentaba a los bañistas que se encontraban en la playa y nada hacía presagiar lo que ocurriría a continuación.
Pasadas las dos de la tarde, una densa niebla cubrió toda la playa de Isla Canela y Punta del Moral, haciendo imposible ver más allá de 20 metros de distancia.
Los vigilantes de la playa sacaban a los bañistas que se encontraban dándose un baño y cambiaron la bandera verde por la roja.
A medida que pasaban los minutos, la visibilidad se hacía más difícil.
Algunos usuarios decidieron marcharse a sus residencias y hoteles, otros prefirieron aprovechar para inmortalizar el momento.