Estudian la tela de araña, un material que soporta más tensión que el acero

07 jun 2022 / 10:14 h - Actualizado: 07 jun 2022 / 10:15 h.
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Científicos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han estudiado la composición de la tela de araña, uno de los materiales más resistentes de la naturaleza, más que el Kevlar -con el que se hacen los chalecos antibalas- y que aguanta cinco veces más tensión que el acero, para avanzar en su producción sintética.

El estudio, según ha explicado el investigador del Grupo de Ingeniería Celular y de Bioprocesos (GECIB) del Departamento de Ingeniería Química, Biológica y Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona, Jesús Lavado, ha distinguido diferentes tipos de tela de araña según la glándula de secreción y la composición proteica, lo que aporta nuevos avances para su producción sintética con aplicaciones biotecnológicas de interés.

Lavado ha recordado que «la seda de araña es uno de los materiales más resistentes de la naturaleza» y que, «al contrario de lo que puede parecer, no todas las fibras de la tela de araña tienen la misma composición ni están secretadas por las mismas glándulas de la araña».

Según el experto, en total existen siete glándulas que producen fibras de seda, la ampulacia mayor, ampulacia menor, flageliforme, tubuliforme, piriforme, aciniforme y glándulas agregadas.

«La seda que producen cada una de estas glándulas tiene una composición proteica diferente, otorgándole diferentes propiedades físicas. Por ejemplo, la ampulacia mayor produce la fibra que constituye los elementos estructurales de la tela o por cuyo hilo se suspende la araña mientras la teje», ha especificado.

«La ampulacia menor produce seda para espirales auxiliares, la flageliforme se usa para construir los segmentos intermedios pegajosos para atrapar presas, la tubuliforme produce la seda que envuelve los huevos y la aciniforme produce las fibras que envuelve la toma capturada», todas ellas con características físico-químicas diferentes, que la hacen óptima para cada una de las funciones, ha detallado.

En esta investigación han estudiado las diferentes proteínas de la seda de araña (MaSp1, MaSp2, MiSp, Flag y TuSp) y han observado que la seda producida por cada glándula es el resultado de la mezcla de estas proteínas en diferentes proporciones.

«Cada una de estas proteínas tiene una secuencia de aminoácidos muy determinada y proporciona mayor o menor elasticidad, resistencia, flexibilidad o propiedades adhesivas a la fibra. Por ejemplo, la fibra producida por la glándula flageliforme es muy pegajosa y como hemos podido observar, es la única de las glándulas estudiadas que produce fibras que contienen la proteína Flag», según Lavado.

De la misma forma, «la proteína TuSp solo está presente en las fibras producidas por la glándula tubuliforme, donde además es el componente mayoritario. Curiosamente, ninguna de estas dos glándulas produce la proteína MaSp2», ha subrayado el investigador.

Según Lavado, el conocimiento de la composición proteica de cada una de las diferentes fibras de la seda de araña es muy valioso para estudiar la producción sintética de sustancias que mimeticen estos biomateriales o para producirlos de forma más precisa y similar al material original.

«El avance en estos conocimientos podría abrir nuevas puertas para el diseño de futuros biomateriales de alto rendimiento», ha concluido el investigador.