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Adiós a Juan Bosco Díaz Urmeneta, un humanista de los que ya no quedan

Fallece a los 76 años el profesor de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad de Sevilla, crítico y escritor, a quien hoy lloran alumnos, artistas y sindicalistas por igual

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
22 jul 2021 / 16:09 h - Actualizado: 22 jul 2021 / 16:14 h.
  • Adiós a Juan Bosco Díaz Urmeneta, un humanista de los que ya no quedan

“Ahora toca el Bosco”, decíamos directamente, y el cuerpo nos entraba en caja porque, en aquella Facultad de Periodismo de Gonzalo de Bilbao, su clase de Estética (en realidad también de ética) era un remanso de paz y sabiduría a partes iguales, de humanismo y humanidad, de conocimiento y humor del más fino. Hoy se ha marchado para siempre Juan Bosco Díaz Urmeneta (Sevilla, 1944), que era como se llamaba aquel profesor siempre recordado por varias generaciones de universitarios, incluidos los periodistas, que aprendieron de él a mirar un cuadro desde todas las perspectivas. Quien dice un cuadro, dice un cartel, un anuncio, un fotograma, el rincón de una exposición permanente o volandera, o sea, la vida misma.

Licenciado en Filosofía, profesor titular de Estética de la Universidad de Sevilla y jubilado desde hace años, El Bosco, como lo conocíamos los alumnos en un guiño que nos recordaba al pintor renacentista seguramente por su basto dominio de la creación a partir del lienzo en blanco, era descendiente del dramaturgo Muñoz Seca y de la poetisa Antonia Díaz, en cuya casa al lado de la Maestranza nació. Sin embargo, nada de ello le impidió ser miembro del Partido Comunista y militar en el sindicato Comisiones Obreras. Al revés, esa condición privilegiadamente tan suya de apertura hacia la otredad se le notaba en la calidez de su sonrisa, en el sosiego con que explicaba una imagen desde el principio, en la maestría con que organizaba su propio tiempo, la clase y la vida a partir de la sintaxis que le suponía cada cigarrillo, en perfecto equilibro para sus mil quehaceres.

Sin duda, su figura ha sido un faro intelectual para varias generaciones de artistas desde las tres instituciones en que trabajó tan honestamente: las aulas universitarias, los medios de comunicación (como El País o distintas cabeceras del grupo Joly) y los museos. Las monografías que ha dedicado a Carmen Laffón –tan amiga y cómplice-, Joaquín Sáenz o Teresa Duclós, entre otros, quedan ya para la historia de su legado, tan generoso.

Díaz Urmeneta, articulista incansable y partícipe en tantos seminarios sobre arte, ha sido en las últimas décadas comisario de exposiciones punteras en la Fundación Aparejadores, la Fundación Cajasol o en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo –donde formaba parte de su consejo asesor. La última, todavía abierta al público, ha sido en esta última institución precisamente sobre la obra de Teresa Duclós.

Mañana viernes, a las 11.00 horas, será despedido en el tanatorio de la SE-30. Sus restos serán incinerados en el cementerio de San Fernando. Descanse en paz.