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Espías con disfraz: trepidante e ingeniosa

Un filme de animación con un personaje referente y modelo que tiene tanto corazón como cerebro (***)

27 dic 2019 / 10:52 h - Actualizado: 27 dic 2019 / 11:00 h.
"Cine","Humor","Animación"
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El estudio Blue Sky Studio fue creado en el año 1987 y se especializó en la animación de personajes generados por ordenador. Fox Studios adquirió la empresa en 1997. Es la responsable del éxito de las sagas de La edad del hielo y Río. En marzo de este año The Walt Disney Company compra la 21 st. Century Fox y con ella Blue Sky Studios. La insaciable marca del ratón compra todo lo que le pueda hacer sombra y competencia.

Espías con disfraz tiene como responsables a dos directores curtidos en el campo de la animación como Nick Bruno y Troy Quane. El primero debutó trabajando en el departamento de animación de Ice Age 2. El deshielo (2006) y el segundo empezó su carrera como animador en la Walt Disney en películas como La bella y la bestia 2 (1997), Pocahontas 2 (1998) y Encantada: La historia de Giselle (2007). El guión corre a cargo de Brad Copelad y Lloyd Taylor y se inspira en el divertido cortometraje animado Pigeon: Impossible (2009) de Lucas Martell.

La inspiración del citado cortometraje ha dado como resultado una película trepidante que articula con ingenio comicidad con acción creativa. Para ello recurre al enfrentamiento de dos personajes, el superespía y habilidoso Lance Sterling y el científico tranquilo y friki Walter Beckett, dos polos opuestos que por una situación crítica se ven obligados a colaborar para salvar al mundo.

El argumento vendría siendo el que se espera si partiéramos de la base que es el que tiene por costumbre el cine de acción, pero no es el caso. Y no lo es, porque el terrible peligro que acecha a la humanidad, y la forma de atajarlo para nuestros avezados protagonistas, difiere de la habitual. Además de ofrecer divertidas aventuras, trepidantes escenas de acción y un cuidado sentido del humor, la película retuerce los códigos de las películas de superhéroes. Y es ahí donde se diferencia del resto. En primer lugar porque expande la idea de creatividad a lo largo de todo el metraje, no existiendo trabas, ni impedimentos ni obstáculos ni dificultades para inventar y experimentar. En segundo lugar, porque su engranaje narrativo se deja a un lado la competitividad y desarrolla la idea del aprendizaje a través del trabajo en equipo. Y por último, al ser un producto dirigido preferentemente a un público infantil y juvenil, aboga por resolver los conflictos y los enfrentamientos evitando la muerte y el sufrimiento con más abrazos y menos pistolas. Hay que destacar, que por fin aparece en el cine de animación norteamericano un personaje con tanto corazón como cerebro, un Walter Beckett partidario del uso del ingenio o la inventiva para resolver todo tipo de dificultades. Un chico inquieto, afable, educado y bondadoso que se convierte en todo un referente en el que se pueden y se deben mirar niños, niñas y jóvenes.

La ficha

Espías con disfraz ***
Estados Unidos. 2019 101 min.
Dirección:
Troy Quane, Nick Bruno.

Animación