Nada más norteamericano en cine que el género del western. Como tal ha construido un relato fácilmente identificable a lo largo de los años. Más aún, es de las pocas modalidades cinematográficas que se ha permitido cierta permeabilidad temática, dando lugar a comedias, thrillers y melodramas con sus respectivas variantes.
De los directores que forman parte de la historia del cine como John Ford, Raoul Walsh, Howard Hawks o Sam Peckinpah el género se ha ido actualizando y renovando con realizadores como Joel y Ethan Coen, Tommy Lee Jones, Quentin Tarantino o el francés Jacques Audiard. La estructura y sus arquetipos, salvo contadas variantes, viene a ser la misma desde sus orígenes; buenos y malos enfrentados y luchando en lugares tan salvajes como llenos de oportunidades.
La norteamericana Kelly Reichardt, que ya agitó el género con Meek´s Cutoff (2010) dándole el protagonismo a una mujer y cuestionando los roles tradicionales de indios y colonos, adapta en esta ocasión la novela First Cow del escritor y habitual guionista de sus trabajos Jonathan Raymond. En ella, se narra la relación entre dos hombres de diferente condición unidos ante la adversidad, durante la expansión de los Estados Unidos bien iniciado el siglo XIX.
La estructura narrativa se articula desde la intimidad y se va expandiendo hasta articularse sobre los andamios propios del género. Lo sencillo y lo natural convergen en su contenida escritura, en su bella fotografía y en la sutil composición de los planos. Se sirve de un territorio hostil, desconocido y con pocas reglas, dominado por hombres y que ofrece un porvenir para quien se lo trabaja. Composición metafórica del sueño americano depurada al máximo y centrada en las figuras de dos varones atrapados por las finas líneas del destino. O como la fragilidad de su presencia se convierte en esencia mientras deja al descubierto los inicios del capitalismo y de una cultura diversa que se han pervertido con el tiempo.
Hay suspense, intensidad y momentos de contenida emoción, sobre todo, con la evolución de la relación que se establece entre estos dos desconocidos, marcados ambos por la necesidad y las heridas de la vida. Empatizamos, esta vez sí, con una sana fraternidad masculina. Lo hacemos cuando rompe las normas establecidas, reescribiéndolas, y apuntando ya, que eran y son posibles otros modelos de masculinidad. En el texto no caben disparos de virilidad ni de hombría. La violencia y el peligro siempre son exógenos a la relación. Los protagonistas, son dos hombres, humanizados y unidos en un espacio virgen bajo el manto de la cooperación, de la sinergia de los talentos y de la ayuda mutua. El oeste, por fin, empieza a humanizarse y a tener los colores, tonos y matices que el cine clásico nos había escondido. Todo un lujo gracias a Reichardt, una mujer sobrada de buen gusto y efluvios de inteligencia.
First Cow ****
Estados Unidos 2020 121 min.
Dirección Kelly Reichardt Intérpretes John Magaro, Orion Lee, Toby Jones, Ewen Bremner, Scot Shepherd, Gary Farmer, Lily Gladstone, Alia Shawkat.
Drama