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Homenaje al americanista de Sevilla

El Archivo de Indias estrena un nuevo busto del que fuera director de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, el historiador Francisco Morales Padrón

24 mar 2015 / 20:36 h - Actualizado: 25 mar 2015 / 11:25 h.
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  • Larry Álvarez, coordinador general de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, y Manolo González, el escultor. / Inma Flores
    Larry Álvarez, coordinador general de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, y Manolo González, el escultor. / Inma Flores

«Este es un acto muy especial en un lugar muy especial», aseguraba el director del Archivo de Indias, Manuel Ravina, poco antes de dar a conocer el busto que aguardaba cubierto a sus espaldas. Un salón en el que han trabajado a lo largo de la historia investigadores americanistas de medio mundo, y en el que, desde ayer por primera vez, se incluye un homenaje a un historiador de origen español.

Probablemente conozcan su nombre, y probablemente conozcan parte de su obra: Francisco Morales Padrón, quien nos dejó hace cuatro años. Si se quedan con su etiqueta de historiador, es que solo conocen una parte de su obra y de su vida. Porque era un hombre de letras, pero también de ciencias. Sin ir más lejos, en su día fue director de la Real Academia Sevillana de las Buenas Letras, colaborador científico del CSIC, catedrático de la Hispalense, decano de la Facultad de Filosofía y Letras y vicerrector de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos.

Y es que «nació en Canarias, pero adoptó Sevilla y Sevilla lo adoptó a él», como bien indicaba la delegada del Distrito Casco Antiguo hispalense, Amidea Navarro. Sevilla se convirtió en la mejor mitad de sí mismo, que diría Virgilio. Una idea que reforzaba Larry Álvarez, el coordinador general de Cultura del Cabildo de Gran Canaria, quien calificaba al autor de obras como Sevilla, Canarias y América (1970) como un «auténtico mascarón de proa de la cultura».

Su figura en el recuerdo

Visiblemente emocionada descubrió el busto del historiador su viuda, Elena. Poco después fue otro de sus familiares quien subió al atril para dedicar unas palabras al historiador, su nieto Marcos. El mismo al que dedicó unas palabras en su obra Sevilla (1992). «A Marcos, mi primer nieto, que acaba de nacer con este libro en una Sevilla amenazada de primavera». El mismo que siguió con la metáfora marinera que dejó en el aire poco antes Larry Álvarez en su intervención. «Vivió su existencia cual galeote, amarrado al doble remo de la enseñanza diaria y la investigación constante», aseguraba su nieto.

En una entrevista poco antes de fallecer, Morales Padrón aseguró que su adiós solo sería un hasta luego, porque un hombre es su biblioteca. Y qué mayor legado cultural y literario que el de Francisco. Don Francisco. Un historiador del pasado de América, que quedará por y para el futuro bajo el techo que le vio investigar día y noche, el Archivo de Indias de Sevilla. De su Sevilla.