Lo que Manuel Gerena quiso cantar en el Lope y no pudo

El cantaor no solo tenía problema con los gobernadores, sino con los puristas del cante jondo, quienes no le perdonaron nunca que politizara el flamenco

Manuel Bohórquez @BohorquezCas /
01 mar 2018 / 21:35 h - Actualizado: 01 mar 2018 / 21:35 h.
"Flamenco"
  • Manuel Gerena durante una actuación. / El Correo
    Manuel Gerena durante una actuación. / El Correo

El 17 de enero de 1976, Manuel Gerena tenía que dar un concierto en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, que fue suspendido. Curiosamente, cuando ya tenía permiso para que cantara en cualquier parte del país. En un principio, aquel concierto se iba a celebrar en un polideportivo con capacidad para miles de personas, el pabellón municipal de Chapina, pero un concejal de los tiempos nostálgicos, Sánchez de la Peña, dijo que no lo daría mientras él pudiera. Fue entonces cuando se le ofreció la posibilidad de dar el recital en el Lope de Vega, suponemos que porque iría menos gente por tener menos capacidad que la del polideportivo, que era lo que buscaban las autoridades.

Al final, el Ayuntamiento tampoco le dio permiso para cantar en el citado teatro y Gerena optó por dar el concierto en la calle, con un megáfono y ante muchos cientos de personas, lo que provocó algunos altercados y el consiguiente enfrentamiento de los asistentes con los grises. El cantaor fue prohibido y detenido una vez más, curiosamente en su tierra, donde fue más prohibido que en ninguna otra ciudad de España. El cantaor no solo tenía problemas con los gobernadores, sino con los puristas del cante jondo, quienes no le perdonaron nunca que politizara el flamenco, como si hubiera sido el primero en cantar letras de contenido político.

La bombonera del Casino de la Exposición no se llegó a llenar el pasado miércoles, Día de Andalucía, y era un público forofo, con muchos nostálgicos de aquellos años de lucha en los que el cantautor de La Puebla de Cazalla destacó por ser de los más comprometidos. No era de extrañar, pues, que se viera alguna bandera republicana y se escucharan vivas a la República. La tricolor que alguien puso sobre el escenario desapareció misteriosamente, lo que provocó algún revuelo entre los más vehementes gerenianos. Todo aquello recordaba a sus conciertos de los setenta.

Manuel Gerena no estaba bien de la voz –los años no perdonan, al margen de que hubiera pasado la gripe–, y estuvo más tiempo pidiendo disculpas y justificando su mal estado, que cantando. No estaba para cantar, es cierto, pero no suspendió ni aplazó el concierto, con el que quiso rememorar aquella prohibición de 1976. Vimos a algunas personas que estuvieron aquel día en este teatro, y, además, asistieron también Paco Casero y Diego Cañamero, entre otros líderes de la izquierda.

Al final, sacaron las castañas del fuego tres cantaoras: Maria José Pérez, de Almería; Alicia Gil, de Sevilla, y Reyes Carrasco, de Los Palacios y Villafranca. Y un magnífico pianista trianero, Pedro Ricardo Miño, quienes, curiosamente, ni aparecieron en el programa de mano. Tampoco fueron debidamente presentados. O sea, que el concierto dejó bastante que desear, a pesar de la entrega y el buen hacer de los artistas invitados. Manuel Gerena hizo algunos cantes, como los fandangos, el taranto y el martinete, y solo pudo cantar la mitad del poema Nana de la cebolla, con lo que también fue fallido su anunciado homenaje al poeta Miguel Hernández con motivo del 75 aniversario de su muerte.

Manuel Gerena es cantaor de flamenco y se siente artista. Desde que empezó a cantar no ha hecho otra cosa que eso, cantar, sin ser un dechado de facultades. Tiene 72 años y unos tres mil conciertos a sus espaldas. Según él, está de la voz mejor que nunca, pero lo cierto es que no es así. Otra cosa es que necesite seguir cantando porque tiene que comer, y que no se vea lejos de los escenarios, que son su vida desde que era un adolescente.

EL PULSO DE LO JONDO

Honores al maestro Manolo Marín

El Tacón flamenco, una nueva propuesta artística de Utrera, acaba este sábado con un gran festival en homenaje al maestro sevillano del baile Manolo Marín, que tendrá lugar a las 18.30 horas en el teatro municipal Enrique de la Cuadra. Imposible enumerar a todos los artistas que van a tomar parte en este festival encabezado por la maestra Cristina Hoyos. Manolo Marín ha estado décadas como profesor, con academia en Triana, por la que han pasado muchas figuras del baile. Es lógico que hayan querido estar todos, hasta Sara Baras. Charlas, recitales y ahora este festival, en honor de un buen profesor.

El Potaje homenajeará a Moncho

El Potaje Gitano de Utrera va a homenajear este año al cantante de boleros Moncho, artista gitano enamorado, cómo no, del flamenco. Este festival rinde homenaje cada año a algún artista o institución, y si en otras ediciones le tocó a artistas que no eran del mundo del flamenco, como los toreros Curo Romero y Rafael de Paula, o el cantante Alejandro Sanz, ahora le ha tocado el turno al gran bolerista. Es una manera de darle al festival algo de publicidad en los medios y de atraer público, pues no olvidemos que los beneficios de la cita van destinados a obras sociales en favor de los gitanos de Utrera.

Lole Montoya, en el Lope de Vega

Cuando surgió el dúo Lole y Manuel, en los setenta, un soplo de aire fresco llegó al cante flamenco. Lole Montoya cautivó a miles de personas con una de las voces más bonitas del cante, un sonido claro de una afinación y vocalización nada comunes en esa época. El célebre dúo acabó desapareciendo y cada uno eligió su propio camino, una vez que habían revolucionado el cante. El próximo martes, día 6 de marzo, Lole Montoya presenta nuevo espectáculo en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, Vivencias, y es una estupenda oportunidad para volver a escuchar a la dueña de aquella voz que nos enamoró a tantos