Se convirtió en un hito cultural en la puerta de muchas librerías, la única publicación que uno se llevaba gratis aunque no comprara nada, y formaba parte del paisaje promotor de las novedades editoriales que incluía reflexiones sobre los libros y sobre la vida, pero el pasado mes de abril, después de 210 números y con una portada dedicada a la premio Cervantes uruguaya Ida Vitale, Mercurio desapareció porque a la Fundación José Manuel Lara, dependiente del Grupo Planeta, dejó de interesarle el proyecto, que había dirigido en principio -allá por 1998 y antes de convertirse en referencia nacional con el impulso de Planeta- el escritor sevillano Javier González-Cotta. La revista estuvo luego dirigida por el también escritor sevillano Antonio Rivero Taravillo, pero quien más tiempo estuvo al frente de la misma fue el escritor granadino, aunque malagueño de adopción, Guillermo Busutil. El caso es que Sevilla, y toda España, se han llevado siete meses huérfanas de la revista dedicada a los libros que se había convertido en absoluta referencia nacional. Pero la cultura siempre vuelve volviendo a los orígenes, es decir, siendo original.
En este sentido, Mercurio renace, otra vez desde Sevilla y otra vez dirigida por su alma máter, Javier González-Cotta, en una nueva etapa en la que saldrá cada dos meses, pero amplía incluso sus contenidos, alcanza las 56 páginas y se financiará exclusivamente por la publicidad. El primer número de este nuevo ciclo, gratuito como siempre, lanzará 20.000 ejemplares en toda España que estarán disponibles en los próximos días. Una sociedad cooperativa se encarga ahora de un proyecto revitalizado con el objetivo “de servir de campamento base para todos los que buscan creación, reflexión y otra mirada, acorde a los nuevos cánones del periodismo cultural”, explican sus responsables en una nota.
El proyecto lo asume ahora el sello Ana Tolia Editora, que ha empleado ingentes recursos propios, íntegramente privados, para impulsar la cabecera. La revista se autofinanciará exclusivamente a través de la publicidad. De esta nueva etapa forman parte también Maite Aragón –editora adjunta y, asimismo, gestora de la librería Espacio Caótica, nueva sede de la revista–, y los miembros de un equipo asesor formado en principio por Alfonso Crespo –responsable de Athenaica Ediciones–, Mario González Reina –diseñador gráfico–, Luis Solano –de Libros del Asteroide– y David G. Romero –de El Paseo Editorial–. Todos unen fuerzas para un empeño sin parecido en el país, no en vano se trata de la única revista cultural nacional que, con estas características propias, no se gesta desde Madrid.
Tras su silencio
El tema elegido para esta revista que vuelve como ave fénix y de espíritu heterodoxo será el silencio. Su eslogan de portada, ‘cultura desorbitada’, y su vocación de ser revista gratuita, pero no para gente gratuita, explican la pretensión de convertirse en la revista cultural de referencia en España fuera de los canales de distribución convencionales. Su cabecera conserva el color morado como signo de identidad.
Los números serán bimestrales y temáticos. El silencio es el elegido para este renacimiento por muchos motivos, entre ellos su lastimosa agonía entre tanto ruido. Hablamos del ruido en su versión analógica de siempre (“el terrorismo de nuestro tiempo” según Pablo d’Ors), sin olvidar el molesto y pernicioso zumbido digital al que estamos sometidos. El enfoque de los temas irá más allá de la literatura, como hasta ahora. El cine asume gran importancia, como las artes plásticas, la música, la arquitectura o el teatro.
A partir de ahora se ofrecerá un doble formato: en papel, lo cual implica un afán reivindicador de este soporte; y en la web www.revistamercurio.es. Reflexión y crítica literaria mantienen su carácter básico, ampliado a la crónica y, amparándolo todo, el sarcasmo cuando resulta de justicia aplicarlo. Entre los contenidos propios se hallan Horas Críticas (reseñas de libros), y Ánima Mundi (sección irónica sobre los distintos especímenes que pueblan el orbe de la cultura). Sobre las aristas del tema principal, en este primer número escriben Pablo D’Ors, Paco Cerdá, Joana Bonet, Olga Rodríguez, Fernando Castro Flórez, Simón Elías, Andrés Ibáñez, Rita Azevedo o David Monthiel, entre otros.
Además del silencio, otros temas permitirán reflexionar o contemplar la actualidad cultural desde las páginas de Mercurio con una mirada transversal, en la que cabe literatura o música trap. Por ejemplo, la estupidez y la vanidad en la cultura, la era post digital, la melancolía y la depresión, la espiritualidad, la idea de la felicidad, creación e ideología, la nueva sexualidad...