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El Betis pasa de coladero a muralla

El equipo verdiblanco, alumbrado por ese foco de seguridad que es Bartra, iguala una racha de imbatibilidad que no obtenía desde su última clasificación para Europa a base de lograr que sus adversarios rematen muy poco contra su portería: en las cuatro últimas jornadas sólo recibió ocho lanzamientos

09 abr 2018 / 07:00 h - Actualizado: 09 abr 2018 / 17:05 h.
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  • Bartra despeja con rotundidad ante un jugador de la Real Sociedad / Manuel Gómez
    Bartra despeja con rotundidad ante un jugador de la Real Sociedad / Manuel Gómez

Durante un buen rato de la segunda parte del Betis-Eibar, todos los centros del equipo visitante al área verdiblanca fueron despejados uno detrás de otro, sistemáticamente, por Marc Bartra. El fútbol es un deporte de equipo, eso lo sabe o lo debería saber todo jugador que se precie, pero no hay más remedio que empezar con esta personificación el análisis de por qué el conjunto verdiblanco ha pasado de coladero a muralla. Lo hace hasta Quique Setién, con lo cual es legítimo. Dicho lo cual, el crecimiento defensivo de todo el grupo es igual de innegable y patente que la crucial aportación del fichaje invernal. Y no es sólo que encaje pocos goles de un tiempo a esta parte. Su gran virtud es que ha logrado que los rivales, que otrora llegaban a su área en autopista sin peaje, rematen ahora poquísimo entre sus tres palos.

Lo primero es lo primero: Bartra. Ante el Eibar, el jefe de la zaga bética hizo ni más ni menos que once despejes, según consta en las estadísticas del choque. A Mandi le asignan cinco y a Amat, cuatro. El central también recuperó dos balones y apenas cometió una pérdida. Y no hizo ninguna falta. En los diez encuentros que acumula desde su llegada a la casa, el tarraconense ha efectuado catorce en total, a razón de poco más de una (1,4) por encuentro, con la particularidad de que la mayoría de las infracciones se concentraron en dos jornadas, contra la Real Sociedad (seis) y el Alavés (cuatro). En cambio, acabó la mitad de todos sus encuentros, cinco, sin que los árbitros le señalasen una sola falta a un oponente. No sólo es eficiente; también es limpio.

La seguridad que desprende Bartra y el acoplamiento de los compañeros a su nuevo líder han derivado en el mejor momento del Betis en una tarea que hasta hace muy poco constituía uno de sus principales déficits. De hecho, a día de hoy, su portería aún es la tercera más goleada del campeonato (-53). Pero la coyuntura es completamente distinta. El equipo de Setién lleva 293 minutos sin encajar un gol, su récord de la temporada (el anterior era de 260 entre las jornadas 4ª y 7ª). La marca es casi igual de buena en el Villamarín, donde los béticos no tienen que lamentar ningún tanto en contra desde el que marcó Benzema en el último minuto del partido contra el Real Madrid. Desde entonces han visitado La Palmera otros tres adversarios (Real Sociedad, Espanyol y Eibar) y ninguno batió a Adán ni a Dani Giménez. En total, 270 minutos de imbatibilidad en Heliópolis.

La última vez que el Betis enlazó tres jornadas consecutivas sin recibir un gol en Primera coincidió con la última vez que se clasificó para Europa. ¿Un augurio? Puede ser. Ocurrió entre las jornadas 7ª, 8ª y 9ª de la temporada 2012-13, justo cuando Adrián heredó la titularidad tras una expulsión de Casto en La Rosaleda. Con el canterano en el marco, el Betis de Pepe Mel empalmó un 2-0 ante la Real Sociedad, un 0-0 con Osasuna y un 1-0 frente al Valencia.

A menos de medio camino de su récord histórico (cinco partidos seguidos en la campaña 95-96, con Lorenzo Serra Ferrer como entrenador), el Betis sólo ha encajado un gol en las cuatro últimas jornadas y ha dejado su portería a cero en cinco de los ocho últimos compromisos. Si se ahonda un poco en la estadística, hay un motivo básico: sus enemigos cada vez le tiran menos a portería. El Eibar lo hizo en dos ocasiones; el Getafe, cuatro; el Espanyol, una; y el Alavés, una. La cara del Betis desde la goleada que le infligió el Real Madrid es tan distinta que diríase que ha pasado por un cirujano estético... llamado Bartra.