El Sevilla aún es de barro (0-2)

Plantó cara al Barça en la primera parte y sucumbió al cansancio y al talento culé en la segunda

14 ago 2016 / 22:51 h - Actualizado: 16 ago 2016 / 11:05 h.
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  • El encuentro no fue el debut soñado por Sampaoli en el Sánchez-Pizjuán. / Manuel Gómez
    El encuentro no fue el debut soñado por Sampaoli en el Sánchez-Pizjuán. / Manuel Gómez

El Sevilla ha caído con claridad en su intento por derrotar al Barcelona en la ida de la Supercopa de España, que sirvió de presentación de Jorge Sampaoli en el Sánchez-Pizjuán. No fue lo soñado por el técnico argentino, que vio cómo sus jugadores aguantaban el plan trazado tan sólo 45 minutos, pues en la segunda parte los goles de Luis Suárez y de Munir inclinaron la balanza hacia el bando azulgrana, que se había hecho con el mando del balón poco a poco y que apenas pasó apuros en su área. Baste decir que Bravo sólo tuvo que hacer una parada y fue tras rebotar en Vitolo un despeje de Mascherano. El Sevilla, de menos a más, mostró que aún es un equipo en claro proceso de asentamiento y tiene muy difícil la remontada el miércoles en el Camp Nou (23.00 horas).

La propuesta sevillista fue atractiva, con una presión por momentos espectacular a la salida de balón del Barcelona, que hacía lo mismo cuando el Sevilla trataba de armar su ataque. Se trataba de un choque de dos equipos plagados de talento y con idéntico plan. Esta vez Sampaoli no arriesgó con tres atrás, sino que desde el principio colocó a Mariano de lateral diestro, siendo Mercado el central derecho con la difícil misión de estar pegado a Messi. En cuanto el centro del campo culé perdía el esférico, el Sevilla generaba peligro, sobre todo a través de Mariano y el omnipresente Vitolo, que se apoyaba en sus estampidas en la exquisita zurda de Franco Vázquez y en el buen toque de Kiyotake. Claro, que cuando era Kranevitter o Mercado quienes se quedaban sin opciones de pasar y no estaban atentos, las presión azulgrana hacía estragos. En una de esas llegó la mejor ocasión de la primera parte: Kranevitter la perdió y Busquets asistió a Luis Suárez para dejarlo solo ante Rico, que le adivinó el disparo casi a bocajarro en una acción de enorme mérito. Después Mercado estuvo atento para evitar que tras otra pérdida Messi encarara solo al guardameta sevillista –también el ex del River puso en peligro su área al no controlar bien con Messi presionándole, pero quedó en nada–.

Era pues un partido divertido y el abarrotado Sánchez-Pizjuán degustaba un nuevo Sevilla que ofrecía juego bonito y que defendía con la posesión del balón y con una presión altísima y coordinada. Como principales defectos, la falta de profundidad, algo más de maldad en ataque, donde Vietto se ofrecía continuamente pero sin acertar casi nunca. El Barça se fue al descanso lamentando la ocasión de Luis Suárez y con dos lesionados: Mathieu e Iniesta, sustituidos por Digne y el exsevillista Denis Suárez. El Sevilla se fue a la caseta con buen regusto, pero sabiendo que debía hacer mucho más para que los varios acercamientos peligrosos de que dispuso en la primera mitad se convirtieran en ocasiones de verdad, pues Bravo apenas tuvo que tocar la pelota.

Tampoco tuvo trabajo el guardameta chileno tras la reanudación: el Sevilla no tuvo capacidad de pisar el área azulgrana con peligro en toda la segunda mitad. Sólo Vitolo, único con chispa, ya con el marcador en contra y de rebote tras un despeje de Mascherano, hizo que Bravo se tuviera que tirar al suelo para hacer una parada. Tristísimo bagaje para un Sevilla que se marca tener protagonismo en el área del rival. Desde que empezó la segunda parte se comprobó que el gran despliegue de los primeros 45 minutos iba a pasar factura. Ya no había chispa y el Barça sí la tenía. Los de Luis Enrique se adueñaron de la posesión sin disimulo y la recuperaba pronto. Hacía lo que estaba haciendo pero el Sevilla ya no, por lo que el dominio culé no aventuraba nada bueno. Tras un primer aviso de Luis Suárez, que cabeceó anticipándose a Escudero –paró Rico–, llegó el punto de inflexión. El lateral sevillista se lesionaba al caer y mientras era atendido en la banda el uruguayo, listísimo, aprovechó una asistencia de Arda Turan con el pecho para batir a Sergio Rico.

Sampaoli reaccionó fiel a su mensaje de ambición: mandó defensa de tres, los que quedaban, colocó a Kiyotake por delante, avanzó a N’Zonzi y sustituyó a Escudero con un delantero: Sarabia. Pero al Sevilla le costaba. Si ya le pesaban las piernas antes del 0-1, el gol de Suárez y varios amagos de contragolpes de Messi las hizo de plomo. Ganso y Ben Yeeder por dos desacertados Vietto y Kranevitter fueron las armas finales de Sampaoli. El brasileño apenas entró en juego y el francés mostró ganas, habilidad pero el mismo acierto que Vietto. No tuvo capacidad de respuesta y Sergio Rico evitó una goleada del Barcelona, que aún así marcó el segundo antes del final en una gran contra, obra de Munir a pase de Messi. Porque Messi también asiste, porque el Barça también contragolpea. Y defiende. Lo sufrió un Sevilla aún de barro, que no le saca provecho a su posesión y que debe ajustar mucho en defensa.

FICHA TÉCNICA

Sevilla FC: Sergio Rico; Mariano, Mercado, Rami, Escudero (Sarabia, min. 54); Kranevitter (Ganso, min. 69), N’Zonzi; Vitolo, Franco Vázquez, Kiyotake; y Vietto (Ben Yedder, min. 61).

FC Barcelona: Bravo; Sergi Roberto, Piqué, Mascherano, Mathieu (Digne, min. 27); Busquets, Iniesta (Denis, min. 35), Arda (Munir, min. 76), Rakitic; Messi y Suárez.

Goles: 0-1, min. 54: Suárez. 0-2, min. 81: Munir.

Árbitro: Jesús Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Mercado (min. 32), N’Zonzi (min. 70) y Mudo Vázquez (min. 78); y a los visitantes Busquets (min. 58) y Luis Suárez (min. 84).

Incidencias: Partido de ida de la XXXIII edición de la Supercopa de España disputado en el Sánchez Pizjuán. Casi lleno, unos 45.000 espectadores.