«Andalucía debe aspirar en la PAC a mantener lo logrado»

El director general de Producciones y Mercados Agrarios, en Sevilla para participar en la Jornada Agraria de CaixaBank, defiende que Andalucía no ha sido maltratada en el reparto de fondos y le emplaza a una buena gestión para no perder las ayudas

04 dic 2016 / 22:05 h - Actualizado: 05 dic 2016 / 07:00 h.
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  • Fernando Miranda Sotillos, director general de Producción y Mercado Agrarios del Ministerio de Agricultura. / Jesús Barrera
    Fernando Miranda Sotillos, director general de Producción y Mercado Agrarios del Ministerio de Agricultura. / Jesús Barrera

—Tras diez meses de Gobierno en funciones ¿Cuáles son los asuntos pendientes más urgentes sobre la mesa?

—La actividad no ha parado. La ministra Isabel García Tejerina tendrá una comparecencia en el Congreso en diciembre para explicar cuáles serán las principales líneas de trabajo para la próxima legislatura. En estos cuatro años se van a producir dos cuestiones de importancia. Una, el marco financiero plurianual para la década que viene se negociará durante estos cuatro años y la reforma de la PAC que se aplicará a partir de 2021 es posible que se empiece a negociar en este periodo. Existen dudas acerca de si la PAC se acordará o no antes de 2019, antes o después de las elecciones europeas. Queremos que la PAC sea una evolución pero no una revolución, y pensamos que el clima y el medio ambiente pueden ser factores de competitividad.

—¿Andalucía se ha visto perjudicada por la nueva PAC? La Junta se queja de la pérdida de 95 millones en el primer año de aplicación y de otros recortes en las ayudas de desarrollo rural.

—No puedo estar de acuerdo. Andalucía es la comunidad autónoma que más ayudas recibe de la PAC de España. Ocupa la primera posición en cuanto al reparto de las ayudas con el 30 por ciento, que es básicamente lo que venía recibiendo, hablamos de décimas, y representa el 24 por ciento de la producción agraria. De ahí no se puede derivar maltrato porque recibe más de lo que representa su economía. Los agricultores andaluces reciben de media un 60 por ciento más por hectárea que el resto de agricultores españoles. Desde el primer momento el Gobierno tuvo que montarse en un tren en marcha y corregir la dirección y en la primera comunidad en la que pensó fue en Andalucía. Hay muchos factores de esta reforma de la PAC que solo se explican si se ven desde Andalucía: la diferenciación de los cultivos leñosos de los herbáceos, limitar la entrada de nueva superficie... Si se hubiera aplicado la filosofía inicial de una tasa uniforme por hectárea las pérdidas hubieran sido del orden de 300 millones de euros anuales. Creo que juzgar como lo hace la Junta el balance de la reforma es muy incompleto. Una de las cosas que tiene que mejorar mucho Andalucía es la política de incorporación de jóvenes agricultores de la que tradicionalmente ha hecho muy poco uso, al estar por debajo del 5 por ciento. En la medida en que sea capaz de incorporar más jóvenes agricultores, se es capaz de aprovechar más fondos de la PAC. Y en desarrollo rural Andalucía ha perdido fondos por no utilizarlos. Por tanto, está en manos de la Junta hacer un buen uso de la PAC. En la siguiente reforma su objetivo debe ser estabilizar lo que tiene ahora.

—¿La aspiración debe ser entonces consolidar lo logrado o existe opción de recuperar parte de lo perdido?

—Es muy difícil predecir los resultados de cada reforma. Hay muchas incertidumbres para la que viene, no sabemos con cuánto presupuesto vamos a contar, hay un país contribuyente neto [el Reino Unido] que es posible que se salga de la UE... Andalucía debe aspirar a mantener un resultado magnífico de la PAC que es el que ha conseguido. En esta reforma hemos logrado un equilibrio territorial entre las comunidades.

—¿Queda algo por modificar de esta última reforma?

—Lo que buscábamos era estabilidad. El agricultor busca que no le cambien las reglas del juego cada año. ¿Qué cambios hay hasta 2020? Básicamente los de programación de los Planes de Desarrollo Rural (PDR) para incentivar algunas medidas para que funcionen mejor. Y en el primer pilar de la PAC, las ayudas directas, son cuestiones de simplificación administrativa.

—Se cumplen 30 años de la PAC. ¿Qué ha supuesto para la agricultura andaluza?

—Lo debemos ver como un éxito absoluto. Hoy en el sector líder de la agricultura andaluza, el aceite de oliva, somos líderes de producción, ya ganamos a Italia en exportaciones. Y las frutas y hortalizas –la principal perceptora de fondos es Andalucía– es también una historia de éxito. En agricultura Andalucía ha crecido y también su agroindustria.

—Ése es uno de nuestros puntos débiles...

—Somos una agricultura de valor añadido en general pero nos olvidamos que EEUU es una potencia productora de commodities con poco valor añadido. Exportamos productos de valor añadido: los jamones y las fresas y berries de Huelva, lo que exporta Almería, el aceite de oliva, el vino... es valor añadido. Tenemos que mejorar y posicionarnos mejor, pero creo que la PAC en estos 30 años hay que verla en términos objetivos.

—Los agricultores están muy enfadados por la corriente en Bruselas de prohibición del uso de fitosanitarios. ¿Qué postura va a mantener el Gobierno?

—Quizás seamos de los países más beligerantes en este sentido. Queremos mantener que los agricultores tengan una caja de herramientas básicas en esta materia siempre cumpliendo todas las garantías de salud pública y medio ambiente. Vamos a intentar defenderlo porque también queremos defender nuestros modelos de producción.

—¿Hay margen para presionar en este sentido?

—Tiene que ver mucho con el aval científico. Cuando la autoridad sanitaria dice que no se puede utilizar, no se puede, pero si dice que sí, como ocurre con el glifosato, lo que queremos es que se nos deje utilizarlo.