Crónicas empresariales

El difícil camino del emprendimiento (y 2): aviso a los jóvenes navegantes

¿Qué hace falta para protagonizar el famoso emprendimiento de mercado? Influencias, contactos, préstamos bancarios o personales (si es que no eres “rico de cuna”), visión comercial, estudios serios de mercado, conocer bien las nuevas tecnologías, idiomas...

09 feb 2020 / 04:36 h - Actualizado: 09 feb 2020 / 04:36 h.
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  • Feria de mujeres emprendedoras de la Provincia.
    Feria de mujeres emprendedoras de la Provincia.

¿Qué hace falta para protagonizar el famoso emprendimiento de mercado? Influencias, contactos, préstamos bancarios o personales (si es que no eres “rico de cuna”), visión comercial, estudios serios de mercado, conocer bien las nuevas tecnologías, idiomas... Todo esto y más ya lo poseen las grandes empresas de Comunicación e Información –que son, sobre todo, las que yo estudio- pero eso no quiere decir que nadie vaya a “triunfar” con una nueva iniciativa, quiere decir que las empresas ancestrales mercantiles buscan sus nuevos modelos de negocio, llevan ya años emprendiendo en esta nueva sociedad digital y de nativos digitales porque tienen experiencia, a diferencia de los jóvenes a los que se les pide emprendimiento.

Se supone que las nuevas empresas a crear son realmente empresas para que los jóvenes se ganen la vida y se emancipen del nido familiar, no para “marear la perdiz”. Por tanto, ni que decir tiene que el emprendimiento es una muestra de estímulo a la iniciativa del sujeto, pero quede claro que el tipo de emprendimiento del que nos hablan tiene unos límites serios.

¡Claro que sí, muchacho, sé emprendedor, crea tu propio puesto de trabajo, crea riqueza y trabajo para los demás! Pero ten en cuenta estos aspectos también, antes de emprender algo, piensa que vas a un tipo de guerra especial, la guerra mercantil, la guerra del vértigo. Te lo están advirtiendo los mismos medios de comunicación que estimulan el emprendimiento. El especialista en el tema Rafael Galán, basándose en su experiencia y en otros especialistas, indica lo siguiente: “¿Temes arriesgar la estabilidad familiar? La historia del emprendedor durante los primeros años de su aventura empresarial se podría titular: “La familia... y uno menos”. Éste es uno de los riesgos que no se suelen evaluar y que también distingue a un emprendedor de personas que, sencillamente, tienen buenas ideas y son creativos. La capacidad de asumir riesgos es una prueba de fuego que separa a los verdaderos emprendedores de las personas creativas o de los que son sólo intraemprendedores. Si de verdad eres un emprendedor, tienes que demostrar que dedicas todas tus energías al proyecto, que estás dispuesto a trabajar un montón, y que asumes riesgos personales y de relaciones. En la medida en que tú pactas con la familia asumes un riesgo: que ellos no lo vean claro”.

Galán escribe también: “¿Puedes controlar tu frustración? Al margen de la suerte que pueda tener un emprendedor, ninguna historia de éxito ha tenido siempre el viento de su lado. Esta es una cualidad fundamental en la persona emprendedora, porque va a tener que enfrentarse a retrasos, dificultades o imprevistos que le pueden llevar al desengaño y al fracaso. Es normal que no todo salga bien a la primera, pero es necesario saber afrontar los obstáculos que se pueden interponer en el camino y perseverar. En primer lugar, el tener que elegir entre dinero y tiempo libre, o entre dinero y calidad de vida. La mayoría de los beneficios del negocio de un emprendedor se obtendrán a costa de horas no laborales. Un emprendedor tiene que estar dispuesto a trabajar duro durante una temporada más bien larga que corta”.

La periodista María Marco escribió en 2014 un artículo llamado “Lo que nadie te cuenta sobre ser emprendedor”, cuyas ideas esenciales se pueden resumir de la siguiente manera: “Trabajar uno por su cuenta es el sueño americano, pero con demasiada frecuencia conlleva decepción. En este mismo momento, un número significativo de personas sueñan con abandonar sus puestos de trabajo y montar un negocio de forma independiente. Y en estas fantasías también han influido todas esas ocasiones en las que nos dicen que debemos creer en nosotros mismos, y lanzarnos a por nuestro sueño”.

Para esta estudiosa de las ciencias sociales, “no cabe duda que dejar atrás un trabajo rutinario y convertirte en tu propio jefe resulta muy emocionante, y que muchos de los que deciden tomar ese camino, finalmente encuentran la realización personal y profesional. Pero para cualquier empresa, es mejor aplicar la realidad que la fantasía. Y cuando se trata de emprendimiento, esa realidad es complicada”.

Por último, estos son algunos aspectos que no se suelen oír y que, sin embargo, se deberían conocer, según Marco:

· El lado oscuro. La triste verdad es que cerca del 90 por ciento de las nuevas empresas – incluidas las startups emprendedoras – fracasan a los pocos años. Resulta motivador el oír hablar de Amazon o de Zappos, pero el riesgo del “no” marca la realidad.

· La pasión por sí sola no es suficiente. Lo hemos escuchado miles de veces: la pasión prevalecerá. Y eso es cierto, pero sólo hasta cierto punto. A largo plazo, el éxito tiene mucho más que ver con otras cualidades menos interesantes como son la paciencia y la resistencia.

· Crear un negocio lleva años de trabajo duro. Muchos creen que el emprendimiento significa trabajar menos horas y tener más tiempo libre. En realidad, el emprendimiento implica ir creando tu negocio día a día con esmero y constancia durante un período que va a durar años. Si existe el verdadero secreto del éxito, ése es el trabajo duro, y punto. O, más exactamente, el trabajo muy duro. Llevar un negocio por ti mismo es, sin duda, gratificante, pero tienes que estar dispuesto a trabajar más duro de lo que hayas podido trabajar para los demás.

· El aislamiento social forma parte de la vida empresarial. La idea de volar en solitario es emocionante pero también puede ser estresante e incluso desoladora. Cuando trabajas para un negocio ya asentado, puedes contar con una red de contactos de confianza y beneficiarte de los comentarios y opiniones de los colegas, una red de seguridad con una responsabilidad compartida, y la oportunidad de conectar con personas cercanas durante la jornada laboral. El aislamiento social es un factor destacado en las vidas de la mayoría de los emprendedores.

· Para guiar a los demás, debes primero dirigirte a ti mismo. El concepto popular que se tiene del emprendimiento es que consiste simplemente en tener una idea. Pero las empresas de éxito – incluso aquellas de un solo empleado – requieren un gran liderazgo. Y los principales líderes dominan, antes que nada, la forma de manejarse ellos mismos.

· Probablemente no te harás rico. Otra idea equivocada del emprendimiento es la creencia de que se trata de un buen camino para llegar a ser inmensamente rico. Por supuesto, las recompensas son muchas pero si lo que buscas en última instancia es la riqueza, montar un negocio no es probablemente la mejor manera de conseguirlo.

· Habrá posibles crisis de confianza en el futuro. Los emprendedores suelen ser personas seguras de sí mismas y con profundas convicciones. Pero para la inmensa mayoría, en algún momento, esa combinación de responsabilidad y riesgo les acarrean una aplastante pérdida de confianza en sí mismos y en su trabajo. Y cuando te sientas sin esperanza –que te sentirás – tendrás que ser capaz de trabajar duro para superar cualquier duda en ti mismo, cualquier sentimiento de fatalidad o situación que te haga sentir agobiado.

· Nunca finjas. Me dejo esto para el final, porque creo que es lo más importante. “Fíngelo hasta que lo consigas” es un mantra popular, pero yo creo en la integridad de las personas en cada momento. El secreto del éxito reside en ser tú mismo, con defectos y todo.

Todo el mundo no vale para el emprendimiento, y eso está bien, sostiene la cabecera online El Periódico del Emprendedor. Pero aquellas personas con corazón de emprendedor siempre irán por la vida ofreciendo más oportunidades de las que encuentran. Superarán muchos más retos de los que nunca imaginaron que podrían superar y – sobre todo – jamás confundirán una derrota con una derrota final.