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García-Agúndez, director de la factoría de Sevilla. / Pepo Herrera
{Alfonso García-Agúndez, director de la planta de Renault en Sevilla, asegura que el empleo está garantizado en los próximos años y que el objetivo es reforzar las competencias de la plantilla.
–¿Qué tendencias tecnológicas imperan en el sector? Airbus apuesta por el coche volador.
–Empiezan a aparecer nuevas experiencias de conducción autónoma. En nuestro mundo, el tiempo es un elemento muy valioso y nuestros clientes quieren aprovechar el tiempo en su vehículo para seguir realizando sus actividades de trabajo o de ocio. En el horizonte 2030 todo el mundo espera que los vehículos eléctricos representen más del 25 por ciento de las ventas en zona urbana, y prácticamente todos los vehículos estarán conectados a internet. Para Renault el vehículo del mañana será: eléctrico, conectado y autónomo. En una primera instancia, en 2018, se van a lanzar modelos dotados con un sistema autónomo para circular por autopista. En una segunda etapa, en 2020, esta prestación se va a ampliar al uso en ciudades, dentro de unos parámetros de circulación «normales». Más allá de 2022, nuestros modelos serán capaces de circular de forma autónoma, si su conductor lo desea, en cualquier circunstancia. De hecho, se está trabajando conjuntamente con organismos expertos en inteligencia artificial, con el objetivo de llegar a una puesta a punto completamente satisfactoria sobre estos dispositivos en los plazos fijados.
–¿Qué necesita el coche eléctrico para tener más peso en el mercado?
–Existen varios aspectos a tener en cuenta para conseguir impulsar el vehículo eléctrico en países como España, recordemos que en países como Noruega el mercado eléctrico ya supera el 20 por ciento. Las marcas debemos trabajar en la autonomía de la batería. Es este aspecto, Renault, pionero en la movilidad sostenible al alcance de todos, y número 1 en ventas de vehículos cien por cien eléctricos en Europa, acaba de presentar la nueva gama ZOE 2017, que incorpora la innovadora batería Z.E. 40. ZOE consigue de esta forma una autonomía homologada de 403 kilómetros NEDC, lo que se traduce 300 kilómetros en uso real. Pero también debe trabajarse la infraestructura de recarga, un programa de incentivos de forma continuada que no de estacionalidad a las ventas de eléctrico en espera de ayudas. Todo esto llevará al cambio cultural que se producirá cuando el conductor vea que todas estas herramientas están al alcance de su mano.
–El acuerdo laboral firmado el pasado 5 de abril permitirá hacer indefinidos a al menos los 60 contratos de relevo que existen en la factoría, ¿cuándo? ¿Qué otras repercusiones habrá?
–El acuerdo laboral permitirá hacer 2.000 contratos indefinidos en Renault España, desde el momento de la firma del acuerdo hasta el 31 de diciembre de 2020. Al menos 1.400 de estos contratos provendrán del colectivo de relevistas en vigor a la firma del acuerdo, o que se suscriban antes del 31 de diciembre de 2020. En la factoría de Sevilla ya se han comenzado las transformaciones a indefinidos de algunos contratos relevo, pero el plan acaba de comenzar y es pronto para hacer este tipo de balances. Nuestro objetivo 2017-2020 es mantener la estabilidad del empleo y reforzar las competencias de la plantilla. Todo ello va ligado a la actividad. A día de hoy las previsiones son buenas, y aunque los mercados pueden cambiar, en los próximos años esperamos tener volúmenes de producción similares al de 2016.
–En unos años, si TX30 tiene mucha demanda, se podrá incrementar la producción sevillana ¿Hay plazos?
–Aún es pronto, y habría que esperar a ver de qué manera evolucionan los mercados. No obstante, TX30 aumentará el par admisible de la caja de velocidades TL4 (que actualmente produce la fábrica de Sevilla), para adaptarse a la nueva generación de motores de la gama de vehículos de la Alianza Renault-Nissan. Más que suponer un gran aumento de producción, esta nueva caja de velocidades nos permite garantizar los volúmenes que, de manera natural y por la propia evolución de la demanda del mercado, se irían perdiendo en otros modelos más antiguos.
–¿Cuál es el secreto para que una fábrica mantenga su competitividad?
–El secreto, o más bien la manera de conseguirlo, es basarse en el respeto riguroso de los estándares y la búsqueda sistemática de la excelencia, entendiendo como tal la que nuestros clientes valoran. Esto pasa por estar abiertos a la innovación, a nuevos métodos de trabajo cada vez más eficaces y a crear un entorno de trabajo seguro y motivador para nuestros empleados porque ellos son la clave de los resultados y del progreso. Nuestra fábrica debe funcionar como un gran reloj, en el que todas las actividades son clave y engranan a la perfección. Al mismo tiempo, para defender e incluso aumentar nuestro nivel de producción y el empleo asociado, debemos trabajar en nuevos proyectos que mejoran simultáneamente los costes, la calidad y el medio ambiente.