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Edificios de la barriada del Parque Alcosa, en una imagen de archivo. / José Manuel Cabello
Uno de los primeros recibos que una familia en apuros deja de pagar es el de la comunidad, por eso la morosidad en los bloques de vecinos es un buen indicador para saber si la recuperación que apuntan los datos macroeconómicos tiene reflejo en el bolsillo del ciudadano. Y parece que sí, aunque de forma leve. El pasado año, por primera vez desde 2012, se redujeron los impagos de los vecinos de Sevilla.
En el caso de la capital andaluza, la morosidad durante 2015 alcanzó los 53 millones de euros, lo que supone un descenso del 1,85 por ciento con respecto a los 54 millones de deuda registrados un año antes.
La morosidad bancaria también descendió levemente en Sevilla: un 1,5 por ciento, llegando a los 12 millones de euros, según el Quinto estudio global sobre la morosidad en las Comunidades de Propietarios en España elaborado por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España, presentado ayer por el presidente y vicepresidente del Colegio sevillano, Rafael del Olmo y José Feria, respectivamente.
¿Cuántos vecinos deben y cuánto? Según este estudio, el 42,87 por ciento de las comunidades tiene propietarios morosos y un 8,17 por ciento debe algo al banco. El importe medio de la morosidad ronda los 1.377 euros.
En cuanto a Andalucía, las cifras de morosidad experimentaron un descenso del 2,6 por ciento, nueve millones de euros menos con respecto al año anterior, aunque la andaluza continúa ocupando el primer puesto en el ranking de comunidades morosas en España. Con todo, Andalucía es una de las regiones que mayor descenso de impagos registró, superando la media nacional del 2,32 por ciento.
Por provincias, Sevilla ostenta el tercer puesto, siendo superada en deuda por Málaga (74 millones de euros) y Cádiz (55 millones).
Para Del Olmo, los datos reflejan «un descenso leve, pero demuestran ya cierto cambio de tendencia». A su juicio, «la microeconomía también está notando cierta mejoría porque los propietarios de inmuebles tienen menos inconvenientes a la hora de pagar el recibo de la comunidad». A su juicio, este descenso en la morosidad sólo es achacable a la mejora de las condiciones económicas de las familias, puesto que ni hubo cambio legislativo ni más agilidad en los juzgados tras las denuncias por impagos.
Pero no todos los pisos son de propietarios particulares. ¿Qué pasa con los pisos de los bancos? Según Del Olmo, el 48,48 por ciento de los inmuebles propiedad de las entidades financieras todavía tiene deudas con las comunidades.
Cambios en la legislación
Los administradores de fincas colegiados consideran que sería necesario incidir más en aspectos determinados para dar respuesta al problema de la morosidad, por eso han propuesto una reforma de la Ley de Propiedad Horizontal «que haga posible que se le pueda reclamar al comprador de una vivienda los impagos de la anualidad en curso y los cuatro años anteriores».
«Muchos venden los pisos con deudas de años, se declaran insolventes y no se le puede reclamar esas cantidades ni al vendedor ni al comprador», lamenta Rafael del Olmo, para quien este dinero se debería descontar del precio de venta del inmueble.
La venta de los pisos con morosidad suele ser origen de conflicto entre el comprador y la comunidad de propietarios, pues el primero en muchas ocasiones ignora cómo debe actuar para conocer si el inmueble que pretende adquirir tiene deudas o no. Para ello, en el nuevo proyecto de Ley de Propiedad Horizontal se solicita que el certificado de deudas abarque también las cuotas, aunque no fueran, en el momento de la solicitud de pago de la deuda, todavía vencidas y exigibles.
El Consejo General de los Colegios de Administradores de Fincas de España ha puesto a disposición de las comunidades de propietarios que no puedan disponer de un profesional colegiado un decálogo para luchar contra la morosidad en http://www.cgcafe.org/wp-content/uploads/2015/12/consejos-contra-la-morosidad.pdf.