Crónicas empresariales

Redes sociales y jóvenes: ¿burbujas o medios de aprendizaje?

En el examen de septiembre online de la asignatura que imparto en la Facultad de Comunicación una de las preguntas que les hice a mis alumnos era: “Las redes sociales, ¿aumentan o disminuyen su capacidad crítica? ¿Conoce algún audiovisual que trate este asunto de alguna manera?”. ¿Qué respondieron?

25 oct 2020 / 04:08 h - Actualizado: 24 oct 2020 / 20:10 h.
"Crónicas empresariales"
  • Redes sociales y jóvenes: ¿burbujas o medios de aprendizaje?

La asignatura se llama Estructura y Poder de la Comunicación y toda ella está cargada de nombres de empresas tanto de comunicación como de otros sectores productivos que son accionistas de medios de comunicación. Por razones de protección de datos, así como para preservar mis fuentes no voy a hacer públicos los nombres de los alumnos, pero sí lo que más nos interesa: algunas de sus respuestas que son de enorme interés puesto que hay que vivir a fondo lo que está viviendo la gente joven para poder entenderla. Era una pregunta abierta y ellos, mis alumnos, saben que no deseo que me digan lo que yo pienso para que los apruebe, al revés, puede que, si alguien me argumenta bien con su propio pensamiento que no está en absoluto de acuerdo conmigo, obtenga hasta mejor nota. Vamos a escuchar a estos jóvenes, hoy me van a escribir ellos el artículo y espero que no vengan a pedirme que reparta lo que cobro por él porque habría poco que repartir, pero voy a arriesgarme.

Primero aclararé que eso de la capacidad crítica que tanto desean los políticos cuando elaboran los planes de estudios pero que después lo estropean todo no exigiendo un esfuerzo adecuado para aprobar es simplemente no conformarse con lo que le enseñan a uno, cuestionarlo todo, no fiarse de nada y menos un periodista, un periodista no debe fiarse de nada ni de nadie hasta que él no lo compruebe por sí mismo. La profesora Petra Secanella, catedrática de la Universidad Complutense, dejó escrito que el periodista debe suponer que todos estamos en pecado original hasta que él no demuestre lo contrario.

Un monólogo interminable

“Internet en general disminuye la capacidad crítica, pues si bien se nos ha vendido desde sus inicios como un instrumento para la libertad, el diálogo y el crecimiento, en la actualidad perpetúa las dinámicas ya presentes en los medios tradicionales”, afirma una alumna. Y añade: “Las redes sociales nos han vuelto más cerrados de mente, más radicales y más simplistas. Por un lado, tendemos a relacionarnos a través de las mismas con personas con las que compartimos intereses, ya sea a través de grupos de Facebook o moviéndonos a través de un sector específico de Twitter”. Y prosigue: “Se nos transmite una constante sensación de estar en una situación social, de que no estamos solos, pero realmente estamos en un monólogo interminable”.

Consultar sólo medios afines

Un alumno analizó el tema así: “Entre los 10 principales propietarios de medios están Google y Facebook. Estas redes sociales actúan conjuntamente con los medios para proporcionar noticias a los usuarios. Sin embargo, algunos comportamientos habituales al informarse a través de las redes son, por ejemplo, consultar solo medios afines a la propia ideología o la lectura fugaz de titulares sin entrar ni siquiera en el enlace de la noticia”.

En su opinión, “las redes sociales pueden ser muy útiles para el pensamiento crítico, pero solo si sabemos utilizarlas de formas razonables y las utilizamos para poder consultar informaciones de diferentes ámbitos e ideologías. Sin embargo, esto no es lo habitual, y finalmente en las redes solemos acabar en páginas de entretenimiento que pueda calmar el enganche digital que vivimos en esta era. Por tanto, el pensamiento crítico en redes, en mi opinión, es complicado porque vemos muchas cosas, pero no nos paramos a analizar casi nada, aunque reitero que con esfuerzo del individuo y si las redes no aumentan aún más su sobreinformación, si podría abrirse la puerta para la mente crítica”.

No comunicarse “los unos con los unos”

Otra alumna veía así el tema: “Las redes sociales disminuyen la capacidad crítica si no nos comunicamos los unos con los otros sino solo los unos con los unos. Esto quiere decir que se están fomentando microdictaduras. Pequeños espacios habitados por seres virtuales que hacen de confirmación para unas determinadas ideas. Las personas nos hemos vuelto más radicales y obstinadas con las redes sociales. También más simplistas. Debemos saber que somos más inteligentes cuando desarrollamos habilidades para relacionarnos con los diferentes y no con los iguales”.

Pero iba más lejos al relacionar redes con creación de demanda y transmisión ideológica: “Para las redes sociales el comportamiento humano es una mercancía y lo estudian para conocerlo, comprenderlo y modificarlo. Está a manipulación ideológica que orienta hacia el mercado y el consumo, y también hay formas de lograr que pensemos política y humanamente de un modo u otro. Las redes sociales construyen un relato de la realidad diseñado para un usuario en cuestión. En principio, tú eres quien decide qué quiere seguir o qué temas te interesan, y basándose en ello se te hace llegar una información u otra, es decir son los algoritmos quienes deciden por ti”.

¿Eres capaz de consultar un sitio de Vox y otro del PSOE-Podemos?

Otro alumno colocaba el listón bien alto para un consumidor de redes cuando afirmaba que dudaba que un seguidor de Vox consultara un sitio del PSOE, Podemos, o al revés: “Entrar en una red social y ver grupos de seguidores de un mismo partido o ideología, grupos asociados por identidades de toda índole o fans de un mismo artista que incluso critican a otros artistas es muy común, y es ejemplo de ello del cómo se cierra nuestra mente crítica. Estoy seguro de que pocos votantes de Vox seguirán en redes sociales al PSOE o Podemos y viceversa, y quizá sea la forma de informarte mejor sobre los mensajes que lanza la oposición para de verdad analizar uno mismo esos datos”.

Desarrollar habilidades

En el mismo asunto endogámico llevado a las redes sociales insistía otro de los alumnos examinados: “Las redes sociales pueden disminuir nuestra capacidad crítica si nos introducimos en una burbuja donde nos comuniquemos los unos con los unos, en vez de los unos con los otros”. Consecuencia de la reflexión anterior era por tanto afirmar: “Aunque no sea lo más habitual, si, por el contrario, somos capaces de utilizar las redes sociales para desarrollar nuestras habilidades con el objetivo de relacionarnos con los diferentes, y no con los iguales, podremos aumentar nuestra capacidad crítica”.

Estimular el narcisismo

Una alumna sostiene tajante que las redes son “pequeños espacios donde las informaciones consultadas confirman las opiniones previas, donde se estimula el narcisismo y donde dichas relaciones no son más que conexiones irrelevantes”. A continuación, cita una serie que le parece relevante: “la nueva serie de la plataforma de Netflix, Hater, es un claro ejemplo de cómo las redes sociales y las fake news pueden manipular el pensamiento de los ciudadanos negando su capacidad crítica. Ha sido una serie bastante criticada por el público, pero tras ello, muestra en el fondo que no es solo una serie de ficción, sino que muestra claramente como el Poder manipula haciéndonos creer que, realmente, no lo hace”.

“Internet nos inmoviliza y nos entretiene. Estamos inmersos en una burbuja lo que supone avanzar hacia seres más simples y no hacia seres más inteligentes. Internet supone un espacio de pequeños seres virtuales donde existe una endogamia cibernética que hace que nuestro pensamiento se dirija donde nosotros queremos”. Es la aportación que otra alumna constata en su respuesta.

La sociedad de la inmediatez

Otro de los interrogados aporta una nueva idea: “Las redes han promovido esta sociedad actual de la inmediatez, en la que queremos todo al instante y, por tanto, la tendencia de la mayoría de usuarios es creer de primeras casi cualquier cosa que leamos”. Y las relaciona con la actividad empresarial: “Las redes sociales son un enorme mercado mundial de información sobre nosotros. A través de ellas, las empresas pueden saber con quién nos relacionamos, qué consumimos, dónde vamos... Y con estos datos, se encargan de hacerte llegar lo que saben que te va a interesar, consiguiendo así mantenerte dentro de lo que podríamos decir es la zona de confort”.

¿Un reflejo de la realidad del mundo?

En síntesis, estos jóvenes de entre 20 y 21 años consultados, tal vez presenten una situación algo pesimista, pero desde luego existente, y son conscientes del significado de las herramientas que utilizan. La incógnita es saber si esa consciencia la aplican luego a su labor diaria o sencillamente persiguen aprobar un examen a pesar de que luego vean determinados capítulos de la serie Black Mirror o el famoso documental de Netflix El dilema de las redes sociales. ¿Son ciertas las denuncias que se vierten en ambos espacios o por el contrario la razón la tiene Mark Zuckerberg cuando afirma que el comportamiento de las personas en las redes sociales no es consecuencia de internet ni de estas plataformas, sino un reflejo de la realidad en la que vive ahora el mundo?