Tecnología y empresa, al servicio de una agricultura más sostenible

Morera&Vallejo Industrial lidera el proyecto europeo Biomulch, que sustituye los acolchados de polietileno de los cultivos por coberturas biológicas

29 mar 2017 / 07:19 h - Actualizado: 29 mar 2017 / 07:19 h.
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  • Miembros del consorcio que trabaja en Biomulch, formado por Morera&Vallejo Industrial, Adesva, Cetec, FKUR y Thatchtec. / Jesús Barrera
    Miembros del consorcio que trabaja en Biomulch, formado por Morera&Vallejo Industrial, Adesva, Cetec, FKUR y Thatchtec. / Jesús Barrera

El grupo Morera & Vallejo Industrial lidera un proyecto de carácter europeo que trabaja para sustituir los acolchados convencionales de la agricultura por cobertura biológica. Bautizado como Biomulch, también participan en él el Centro Tecnológico del Calzado y el Plástico de Murcia (Cetec), la empresa alemana FKUR (que fabrica polímeros), la compañía holandesa especializada en microorganismos Thatchtec BV., así como el Centro Tecnológico de Agroindustria Adesva.

Biomulch es un proyecto financiado por la Unión Europea, dentro del Horizonte 2020, con un presupuesto que ronda los dos millones de euros. En palabras del director de planta de Morera & Vallejo Industrial, Manuel Jiménez, el consorcio de empresas y centros tecnológicos «pretende desarrollar plásticos biodegradables, adaptados a los cultivos de la zona de Huelva». Dichos plásticos sustituirían a los actuales acolchados, que se colocan en la tierra para proteger el cultivo, como es el caso de las berries.

Los actuales acolchados (plásticos negros) están elaborados a partir de film de polietileno. Un material que presenta varias dificultades para el agricultor, principalmente medioambientales. Estos acolchados tienen que ser retirados una vez se recoge la cosecha, sin embargo, a pesar del tiempo empleado, siempre queda un porcentaje –entre el 10 y el 20 por ciento– anclado en la tierra. Además, su reciclaje es complicado debido a su elevada contaminación por tierra, piedras y residuos que en más de un 45 por ciento se envían a vertederos.

Aunque se han desarrollado alternativas, éstas no son del todo eficientes. Por un lado están los plásticos oxodegradables, aunque todavía ofrece riesgo de acumulación en el ambiente. También existen plásticos biodegradables, aunque estos no garantizan una desaparición total bajo condiciones incontroladas y se salen de presupuesto.

Sin embargo, Biomulch, al estar compuesto por principios biológicos, no necesitaría ser retirado de la tierra. Según Jiménez, funcionaría de la siguiente forma: «Una vez se recoge la cosecha, el agricultor pasaría el arado y el plástico se introduciría en la tierra, la cual enriquecería, pues es un aditivo biológico tan adecuado como cualquiera de los nutrientes que se añaden al cultivo».

Además, el proyecto del consorcio conseguiría atajar el problema medioambiental del reciclado del producto, sostiene el director de planta de Morera & Vallejo Industrial, ya que el film se degradaría en un periodo de 30 a 40 días. Mientras que en la actualidad hay plásticos que no se reciclan.

El proyecto se encuentra ahora en sus inicios, ya que el grupo arrancó los trabajos en diciembre de 2016, y tiene una duración de dos años. Ayer se producía en Sevilla, en la hemeroteca del cortijo de La Gota de Leche, la segunda reunión del consorcio, donde acudieron todos los socios del proyecto. Por el momento, «se han hecho pruebas controladas, dentro de los centros tecnológicos, con varios tipos de film y aditivos para conseguir la biodegradabilidad». No obstante, el equipo de trabajo espera tener los primeros prototipos para comercializar después del verano de 2018.