Una moto eléctrica ‘made in’ Sevilla

Tras la bicicleta y la moto miniaturizada eléctricas, a finales de año se lanzará al mercado MUVI, el ciclomotor de la compañía catalana Torrot Electric Europe con tecnología del IAT y cuya fabricación este instituto andaluz quiere traerse a Sevilla

11 jun 2015 / 14:00 h - Actualizado: 11 jun 2015 / 14:03 h.
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  • Miguel Ángel Luque, José Luis Calvo y Juan Manuel González, máximos directivos del IAT, en rueda de prensa.
    Miguel Ángel Luque, José Luis Calvo y Juan Manuel González, máximos directivos del IAT, en rueda de prensa.

La compañía catalana Torrot Electric Europe, entre cuyos accionistas está Instituto Andaluz de Tecnología (IAT), lanzará a finales de año su primer ciclomotor eléctrico, un ansiado proyecto sobre el que la institución sevillana, con sede en la tecnópolis de Cartuja, lleva un largo lustro investigando. El prototipo definitivo se presentará allá por noviembre en el Salón de la Moto de Milán, una de las citas ineludibles del calendario ferial de las dos ruedas, al tiempo se iniciará la fase industrial que, a medio o largo plazo, podría ejecutarse en Sevilla.

En efecto, ésta es la intención del IAT, según acaban de revelar sus principales directivos en la rueda de prensa de presentación de los resultados de 2014. De momento, han aclarado, es tan sólo una idea, pero ya se está hablando con instituciones públicas y empresas para convertirla en realidad, dada la predisposición mostrada por Torrot para que la fabricación se realice en Andalucía.

No en vano, el IAT se ha encargado del diseño tecnológico de MUVI, como ha sido bautizado un ciclomotor basado en una batería extraíble con recarga en casa de 4 a 5 horas, con 50 o 60 kilómetros de autonomía, casco bajo su asiento, mantenimiento fácil y un precio todavía no revelado. Si su montaje se trae finalmente a Sevilla, se levantaría una planta de fabricación específica, según ha dicho Juan Manuel González, subdirector general del IAT, quien, al igual que el director general, Miguel Ángel Luque, y el presidente, José Luis Calvo, se ha mostrado esperanzado en que así sea.

De hecho, para el instituto sería un auténtico espaldarazo a su labor como socio tecnológico de Torrot, así como la imagen más palpable de la labor innovadora que emana de ese edificio de luces azules que por las noches, destaca en Cartuja. La de la moto no es la primera experiencia del IAT en movilidad sostenible, puesto que el año pasado, coincidiendo con la campaña de la Navidad, la empresa catalana –de la que el centro sevillano tiene actualmente el 6 por ciento del capital– lanzó al mercado una bicicleta eléctrica y una moto miniaturizada de campo y para niños también eléctricas, ambas con tecnología made in Sevilla.

De las primeras, ha indicado Luque, se han vendido unas 400 y existen ya 50 distribuidores a nivel nacional, mientras que las segundas se orientan mayoritariamente hacia la exportación. En opinión del director general, se están sembrando las bases para que la bici, denominada City Surfer, sea todo un éxito, con especiales miras, de nuevo, hacia las Navidades.

Al cierre de 2014, año en el que el IAT cumplió sus bodas de plata, sus ingresos alcanzaron los 10,26 millones de euros, con un incremento de casi el 12 por ciento con respecto al ejercicio anterior. De aquel volumen, más de la mitad (50,64 por ciento) procedió de clientes privados, y su red exterior se amplió a Chile dentro de una expansión internacional con especial interés en Iberoamérica: sus miras, en Ecuador y también en el conjunto de la pujante minería de la zona (ésta es una de sus principales líneas de trabajo, junto con la energía, el medio ambiente y la logística). La plantilla, 134 personas.