Una provincia para comérsela

Economía. Un millar de firmas agroalimentarias tejen la industria del sector agrario en Sevilla, una actividad que destaca por sus materias primas y por sus ventas al exterior

11 ene 2017 / 17:28 h - Actualizado: 11 ene 2017 / 22:07 h.
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  • La aceituna de mesa, los cítricos, la exportación de aceite de oliva y la superficie dedicada al girasol son algunos de los indicadores del peso de la alimentación sevillana. / El Correo
    La aceituna de mesa, los cítricos, la exportación de aceite de oliva y la superficie dedicada al girasol son algunos de los indicadores del peso de la alimentación sevillana. / El Correo

La industria agroalimentaria es el pilar en el que se sustenta la economía andaluza. No cabe duda. El sector ha crecido en torno a un 6 por ciento y aporta un superávit de 2.500 millones. De él dependen más de 46.000 trabajadores, lo que representa el 25 por ciento del empleo industrial de la comunidad, según un estudio elaborado de forma conjunta por la consultora KPMG y la asociación Lándaluz.

Destaca sobre todo la proyección internacional de los productos andaluces, que en el último lustro ha repuntado más de un 60 por ciento. «Uno de cada cinco euros aportados por exportaciones a nivel nacional es por ventas andaluzas», explica la directora general de Industrias y Cadena Agroalimentaria de la Junta de Andalucía, Rosa Ríos.

Europa sigue siendo el principal mercado de los alimentos made in Andalucía, ya que a nuestros vecinos de comunidad le vendemos el 75 por ciento. Pero Estados Unidos y otros países asiáticos se erigen como destinos interesantes, ya que las ventas al gigante americano (+34 por ciento) y a países como China (+50 por ciento) experimentaron un fuerte crecimiento durante los diez primeros meses de 2016.

Ahora, la industria agroalimentaria, formada por más de 5.900 firmas, está a la espera de que el Parlamento andaluz dé luz verde a la Ley de Agricultura y Ganadería de Andalucía, que por primera vez regularizará la rama industrial del campo. El objetivo de esta norma es, según Ríos, «ganar eficiencia, mejorar la rentabilidad, favorecer un equilibrio en las relaciones comerciales e impulsar el relevo generacional».

Cerca del 20 por ciento de la industria agroalimentaria andaluza está ubicada en la provincia de Sevilla, donde residen 1.098 firmas. Ybarra, Inés Rosales, Grupo Ángel Camacho, las transformadoras de cangrejo rojo, las granjas de pollo para consumo o las cientos de almazaras son sólo una muestra de la variopinta industria agroalimentaria sevillana, de elevada calidad, en opinión del mercado extranjero.

Entre enero y octubre del año pasado –últimos datos disponibles– la provincia realizó ventas al exterior por valor de 2.135.978 millones, un 15,8 por ciento más que en el mismo periodo de 2015.

El aceite es el producto más demandado por el extranjero, del que se vendieron más de 1,09 millones de euros; seguidos de las frutas y hortalizas con 731.563 euros exportados. Los cereales siguen ocupando el tercer puesto de las exportaciones, pese al descenso de las ventas, que se situaron en los 79.968 euros. Los productos cárnicos están entre los productos más exportados con unas ventas que superaban los 68.000 euros.

Pero, ¿qué alimentos de nuestra despensa salen del campo sevillano?

Aceituna de mesa

El 70 por ciento de la producción de aceituna de mesa a nivel nacional sale de olivares sevillanos. A pesar de que las previsiones de la última campaña no eran positivas, al cierre de ésta el sector se encontró con un aumento de la producción, hasta superar las 400.000 toneladas en la provincia (560.000 a nivel nacional). De los campos sevillanos salen las variedades más apreciadas: hojiblanca, gordal y manzanilla.

El aumento de la producción y la importación de aceituna de mesa de otros países como Egipto han provocado que el precio de la aceituna gordal caiga en torno a un 40 por ciento, «pasando del euro de campañas anteriores a los 65-70 céntimos de esta campaña», explica el responsable del sector de COAG, Antonio Rodríguez.

Pese a ser uno de los productos más valorados del campo sevillano, éste cuenta con un hándicap en su comercialización: el etiquetado. De ahí que desde las asociaciones agrarias reclamen al Ministerio de Agricultura que recule sobre su decisión de no obligar a indicar la variedad de la aceituna en el etiquetado. Es decir, reclaman que se identifique para resaltar la calidad de la aceituna de mesa, frente al incremento de importación de aceituna de otros países. Además, están a la espera de que Bruselas dé el visto bueno a las Indicaciones Geográficas Protegidas de la Manzanilla de Sevilla y la Gordal de Sevilla.

Aceite

El 9,5 por ciento del aceite de oliva de España es de origen sevillano. 106.000 kilos de aceite saldrán de las almazaras de la provincia este año, un 6,3 por ciento menos que en la campaña anterior, explica el coordinador de los Servicios Técnicos de Asaja Sevilla, Antonio Caro. El oro líquido vive una de sus mejores campañas por la estabilidad de los precios (en torno a los 3 euros), impulsados por la elevada demanda mundial y la ajustada oferta.

Patata

La calidad de la patata sevilla, conocida como patata temprana, es su mayor ventaja. Así lo reconocen en países como Bélgica o Alemania, donde se exporta principalmente este tubérculo. Sin embargo, «en los últimos años la superficie de patata se ha reducido en torno a un 50 por ciento», explica Caro. La producción rondaba en noviembre las 93.300 toneladas, según el avance de producciones y superficies de la Junta de Andalucía. A esta caída se le une otro problema: la intrusión por parte de otros países productores como nuestra vecina Francia, cuya patata tardía, «de peor calidad», se vende en nuestros lineales como patata nueva, la de Sevilla.

Tomate

La industria se alimenta principalmente del tomate sevillano, un cultivo que desde los años 90 ha ganado protagonismo, apunta Caro. Aunque Extremadura gana en superficie, «las características agronómicas del tomate de la provincia hacen de éste un cultivo de alta calidad». A nivel nacional, la superficie sevillana representa el 10 por ciento. De las 7.300 hectáreas que hay en la provincia, más del 68 por ciento está ubicado en el Bajo Guadalquivir –principalmente Los Palacios–; el resto, en La Vega. Destacan «los elevados rendimientos» de este cultivo, pues por cada hectárea produce de media 100 toneladas.

Trigo

Con más de 172.000 hectáreas, el trigo –blando y duro– es el cultivo más extenso. Pero no ha pasado por su mejor año debido a la climatología y a una plaga (el mosquito del trigo) que ha arrasado la producción y afectado a los precios. Diferenciando entre duro, el que se utiliza para elaborar pasta y sémola, y blanco, para harinas, Sevilla se decanta más por el primero, aunque las producciones suelen ser parejas, asegura Caro. El 28 por ciento de la producción nacional de trigo duro sale de Sevilla.

Arroz

Sevilla es la primera productora de arroz de España con 340.000 toneladas, producidas sobre una superficie de 37.000 hectáreas. La variedad Puntal –de grano largo– es la más producida con más de un 50 por ciento del volumen producido. Le sigue la variedad redonda J. Sendra, con algo más del 20 por ciento. Este cultivo genera un volumen de negocio de 90 millones y 500.000 jornales, pese a la elevada mecanización del cultivo.

Girasol

Es un cultivo emblemático de la Campiña. Sin embargo, este producto vivió el año pasado uno de sus años «más desastrosos», señala el portavoz de Asaja Sevilla. Su atractivo visual –que atrae a muchos turistas asiáticos– y su peso a nivel andaluz (representa más del 50 por ciento) y nacional (cerca de un 20 por ciento) son signos inequívocos de su importancia. Pero las altas temperaturas, que no ayudaron al desarrollo de la planta, y la merma de rendimiento están provocando un retroceso en el cultivo, que en las dos últimas campañas ha restado más de 5.000 hectáreas.

Frutas de hueso

El carácter extra temprano de los melocotones, ciruelas y nectarinas de la Vega hacen de las frutas de hueso una de las producciones «más interesantes de la provincia, ya que es la primera fruta dulce de Europa», explica Caro. Pero los altos de costes de producción –principalmente de mano de obra, que representan en torno al 50 por ciento– han llevado a los agricultores a arrancar árboles. En la actualidad hay sobre 7.000 hectáreas.

Cítricos

«Afortunadamente» Sevilla sigue siendo una de las mayores provincias citrícolas en producción. Frente a los 1,8 millones de toneladas de Valencia, en Sevilla se produce 1,5 millones de toneladas. En torno al 15 por ciento se exporta de forma directa y otro 15 por ciento se destina a la industria del zumo. El resto viaja hasta la Comunidad Valenciana, desde donde se distribuye.

Ganadería

La producción de carne es otro de los fuertes de la provincia dado que está dentro del triángulo del ibérico, formado también por Huelva y Córdoba. De hecho, el responsable de Ganadería de Asaja Sevilla, José Manuel Roca, destaca la variedad y la calidad de la carne, pues en las explotaciones conviven desde el ganado bovino, porcino –el 45 por ciento de la montanera está en Andalucía–, ovino y caprino. Uno de los valores de la provincia es la producción en extensivo, «que da una alta calidad a la carne». Países como Francia e Italia importan la mercancía viva, una tendencia a la que se están sumando los países árabes, quienes aprecian mucho el caprino y el vacuno de la Sierra Norte, explica Roca. La provincia cuenta también con un centro de tipificación de ovino, donde recepciona el cordero y lo selecciona por sexo y peso, «lo que le reporta los mejores precios al ganadero», asegura Roca.

Miel

Andalucía es la tercera productora de miel a nivel nacional con más de 6.000 toneladas de miel en 2015, según datos del Ministerio de Agricultura. Dentro de la autonomía, Sevilla se sitúa como la principal productora, con más de 1.500 toneladas, aunque es Almería la que cuenta con más colmenas, para polinizar sus invernaderos. 2016 fue, sin embargo, un año complicado para la producción, «ya que llegó a registrar pérdidas del 40 por ciento», explica el responsable del sector de COAG, Ángel Díaz. Los precios bajaron más de un euro, hasta situarse en los 2,50 euros. A la baja de producción se le añade un nuevo problema: la gran distribución compra mezclas y de origen extranjero, pero no lo especifica en su etiqueta. La última carta de los productores es la venta directa, ahora regulada por ley.