Ganzúas para abrir los cerrojos

El Betis se encontrará con muchos partidos parecidos al del Levante durante esta temporada. El rival le regalará la posesión por lo que Setién tendrá que encontrar vías y alternativas para romper esa estrategia

22 ago 2018 / 08:35 h - Actualizado: 21 ago 2018 / 22:49 h.
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  • Quique Setién, entrenador del Betis, pensativo después de que el Levante marcase un gol a su equipo. / Manuel Gómez
    Quique Setién, entrenador del Betis, pensativo después de que el Levante marcase un gol a su equipo. / Manuel Gómez

La derrota ante el Levante dejó la evidencia de que los rivales del Betis se saben al dedillo el catón de Quique Setién. El golpe de timón que dio en la segunda vuelta del pasado curso al implantar la defensa de tres centrales ya no es novedad y parece más que estudiado por los contrarios. El esquema se mantuvo invariable el viernes a pesar de que los levantinos se pusieron con el marcador a favor en el primer tiempo. Cierto es que el Betis ya consiguió remontar un partido en casa sin tener que prescindir de alguno de los zagueros para presentar más artillería arriba. A finales de abril se dio la vuelta al encuentro ante el Málaga con Mandi, Amat y Junior por delante del portero.

El chasco de la carta de presentación verdiblanca en su estadio ha suscitado cierto debate sobre la idoneidad del dibujo, más aún cuando las circunstancias del partido varían. El estilo y la calidad de la plantilla del Betis van a obligar a muchos de sus contincantes a usar estrategias muy parecidas a las del Levante: defensas muy cerradas y velocidad para sorprender a la contra. Para tales circunstancias, el Betis necesita dar con una receta para evitar que el partido se espese en una posesión insípida. Hubo momentos el sábado en el que el equipo no supo cómo meterle mano al conjunto de Paco López para romper entre líneas. Se echó de menos en esa labor la presencia de Joaquín.

Siete meses se cumplieron ayer desde que Quique Setién decidiera cambiar de sistema de juego para tratar de amputar la bacanal de goles que recibió su equipo en la primera vuelta de la temporada pasada. El 21 de enero, el Betis plantó una defensa de tres centrales y dos carrileros para enfrentarse al Barcelona en el Villamarín. Aunque la primera prueba resultó funesta (los azulgranas vencieron por 0-5), Setién repitió el esquema dos semanas después en la victoria ante el Villarreal en el Villamarín.

En total, en esa segunda vuelta del campeonato, el Betis usó el sistema de tres centrales en quince partidos. De los 45 puntos en juego, logró 27 (ocho triunfos, tres empates y cuatro derrotas). En los cuatro encuentros restantes usó defensa de dos centrales y dos laterales con un balance de dos victorias (precisamente una ante el Alavés, el rival del sábado) y dos derrotas. Con la zaga de cinco, el Betis sumó el 60 por ciento de los puntos, con la de cuatro el 50. Así que los números avalaban que Setién empleará en el estreno liguero ante el Levante el sistema que le propulsó hacia la clasificación europea en la primavera pasada.

Empleó un trío que no había coincidido un sólo minuto en competición oficial. A los intocables Mandi y Bartra se incorporó Feddal que el año pasado se quedó fuera del equipo tras la lesión en el tendón de Aquiles.

Ante los valencianos, el Betis resucitó ciertas desatenciones defensivas que no se habían visto desde que Setién decidiera el cambio de sistema. El técnico pretende que los tres centrales ocupen todo el ancho del campo para dar más opciones en la salida de balón, pero lo cierto es que hubo fallos en la combinación y en algún tramo del partido dio la impresión de que faltó comunicación entre ellos y los laterales.