¿Arreglará el mundo la derecha con su ciencia?

¿De dónde ha salido el descubrimiento de esa energía limpia que puede que usen nuestros nietos o bisnietos? ¿De la solidaridad entre la especie? No, de la guerra. “Otro mundo es posible”, es un lema de la izquierda. ¿Es la derecha la que lo va a hacer realidad?

18 dic 2022 / 04:00 h - Actualizado: 18 dic 2022 / 04:00 h.
"Crónicas dominicales"
  • E.P
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Los medios de derechas y de izquierdas -al menos de eso que se llama izquierda moderada- han saludado la reciente presentación en Estados Unidos de la energía por fusión nuclear, algo de lo que se venía hablando desde hace años (desde los años 50 del pasado siglo) y que pocos entendemos bien. El País, por ejemplo, afirmaba que tenemos algo que puede cambiar nuestras vidas como lo hicieron el petróleo o Internet y que se anuncia como uno de los grandes avances científicos del siglo. Berna González Harbour, desde el diario progre, coincidía con Carlos Herrera en la conservadora COPE y titulaba su texto “Esto nos cambiará la vida”. Decía: “científicos de EEUU han logrado producir una reacción de fusión nuclear capaz de generar más energía de la que consume. Puede ser el principio de una energía limpia, barata e inagotable. Un sueño si queremos de verdad jubilar los combustibles fósiles y las energías que emiten ese dióxido de carbono que está calentando la atmósfera o residuos tóxicos como los nucleares”.

Se equivocaba González Harbour en lo de las 6 W porque ella las reducía a 5. No, son 6 y la sexta es la más importante: why? (por qué). Lo de las 6 W es una antigua fórmula estadounidense que se debe aplicar en la entradilla de la noticia, de manera que, con el antetítulo, titular, subtítulo y la propia entradilla, se sepa a bote pronto de qué va la información. La mayoría de los lectores no pasa de los titulares, leer la entradilla es ya de considerablemente interesados y enfrentarse a la noticia completa, de matrícula de honor. Hoy los titulares están variando, cada día hay más titulares que no son titulares sino oraciones misteriosas para que usted pique y pinche en la pantalla -si es que está leyendo en digital- y se quede todo el tiempo posible ante ella, así el medio gana más pasta. Por ejemplo, en lugar de titular: “Sevilla, lo mejó der mundo”, se titula “Descubra la mejor ciudad del mundo” o “La ciudad del mundo donde se vive más feliz”. O bien, “La ciudad de los tres millones de bares”.

Nos han robado la W del por qué, que es la pregunta periodística, filosófica y científica por excelencia, no me extraña que no nos enteremos de mucho cuando nos enfrentamos al periodismo actual, genéricamente considerado. La periodista de El País, anotaba, en referencia a la energía que cambiará el mundo:

Vamos a ver si nos arreglamos con las 5 W:

· ¿Quién? (Who?). Científicos de EE UU. El Gobierno de Biden lo presenta como un logro de la ciencia nacional del país.

· ¿Qué? (What?). Lo dicho: una reacción que proporciona más energía de la que consume. En este caso: un 50% de ganancia.

· ¿Cuándo? (When?). Se inauguró en 2009. Se logró el 5 de diciembre. Y ayer lo confirmó y explicó el Gobierno de EE UU.

· ¿Dónde? (Where?). En el Laboratorio Nacional Livermore, en California, que alberga la Instalación Nacional de Ignición.

· ¿Cómo? (How?, ésta tiene la w al final). El láser más grande del mundo dirigido a una bola de plasma de hidrógeno genera las condiciones que imitan explosiones del armamento nuclear.

Herrera, en la COPE, lo explicaba lo mejor que podía, que ya es un mérito y eso es lo que debe hacer el auténtico periodista, tal vez tengamos en ello el motivo por el que entre las 6 y las 10 de la mañana es el periodista más seguido en la radio española con unos cuántos monólogos de 10 minutos. De todas formas, seamos condescendientes con El País que nos remitía a una buena crónica de Iker Seisdedos así como a su suplemento Materia, pero que un profano se atreva a explicarlo por la radio a primerísima hora de la mañana tiene su mérito.

Creo que la madre del cordero de todo esto está en lograr energía sin que aparezca carbono que es el principal causante de la contaminación y el cambio climático. Es decir, imitar lo que hace el sol continuamente. Nosotros agarramos un rayo laser que tiene que ser potentísimo para lanzarlo contra una pequeñísima bolita de hidrógeno del tamaño de una pizca de azafrán con el fin de que pueda romperla. El Sol -afirma Seisdedos- brilla para generar una fuente de energía prácticamente sin fin y que no produce gases de efecto invernadero, como el carbón o el petróleo, ni residuos radiactivos peligrosos y de larguísima digestión, como sucede con las centrales nucleares. Esta fuente de electricidad también ofrece ventajas sobre la energía eólica y la solar: requiere de menos recursos”. De lo que se trata es de lograr la ignición -y por tanto la energía- en la bolita, ya luego se aplicará a gran escala, la mala noticia es que tal vez los viejos y jubilados no disfrutemos con nada de eso. Yo siempre he creído en el instinto de conservación humano, ¿me habré equivocado o no? Ya veremos porque la cosa no es tan simple.

Lo significativo del asunto es que quien está tirando del carro de una posible salvación planetaria es el país de las derechas crónicas y sus recursos democráticos e investigadores: Estados Unidos. Los ecologistas han tenido su papel porque, en cierta medida, sus conductas de Pepito Grillo han metido prisas al poder y han conquistado a una gran parte de la opinión pública. Del humano nunca hay que fiarse pero tal vez estemos en el principio del fin de una pesadilla porque si se arregla lo de la energía se arregla mucho mundo, no todo, pero mucho sí.

Acaso se note que lo del cambio climático es realmente insostenible, venga del cielo (con los aviones cruzando de aquí para allá a todo gas y a todo queroseno), venga de la tierra, con las fábricas de plásticos (¿seguiremos con el plástico aunque cambiemos la energía para fabricarlo? Porque, aunque le queden relativamente poco tiempo a las reservas del oro negro, los productores de petróleo tendrán que seguir contaminando y vendiendo y en África siguen trabajando empresas buscando petróleo y gas con el apoyo bancario). También han debido decir los grandes empresarios del turismo que eso de un clima tan devastador no les conviene y los gobiernos estén gastando mucho en enmendar los efectos de las catástrofes climáticas que siempre las ha habido pero que en nuestros días el humano ha contribuido con ahínco a que aumenten.

Al final todo o casi todo se hace por el negocio, por el ahorro de inversiones. ¿De donde ha salido el descubrimiento de esa energía limpia que puede que usen nuestros nietos o bisnietos? ¿De la solidaridad entre la especie? No, de la guerra, de investigaciones para matarnos. Escribe Seisdedos que el descubrimiento, “facilitará a Estados Unidos el mantenimiento de sus armas nucleares sin necesidad de realizar pruebas con esas armas. Ese fue el objetivo primordial por el que se construyó el NIF Instalación Nacional de Ignición (NIF son sus siglas en inglés), que costó 3.500 millones de dólares (3.319 millones de euros)”.

El deseo de la derecha por implantar esta energía -fruto de liberar a los electrones de sus núcleos atómicos- se puede deducir de las palabras que Carlos Herrera ha proyectado desde la COPE:

Son pocos los que dudan de que la Ciencia irá dando con las claves para un mundo mejor, ese sueño de la energía limpia e inagotable ahora mismo está más cerca. Crear energía en mayor cantidad de la que se gasta en crearla es una gran noticia, el calentamiento global puede ser un mal sueño dentro de algunos años. Es un sistema de fusión nuclear diez veces más eficiente que la producción de energía de fuentes fósiles con unas posibilidades infinitas, sin residuos, capacidad de producción de energía ilimitada a partir de cantidades muy pequeñas de agua o de litio. Es la gran revolución, la gran revolución, cara a unos años vista.

Y ahora viene lo más significativo:

Esto viene a ratificarnos, además de un convencimiento personal, el éxito en la lucha contra el calentamiento global contra el cambio climático; no va a venir de anular nuestra economía ni estrangularla con restricciones, algunas absurdas, es decir, no es el ecointegrismo el que va a salvar el planeta sino la investigación. La apuesta por los avances tecnológicos, no es volviendo atrás como vamos a lograr un mundo mejor sino avanzando en el progreso como ha sido siempre, por otra parte.

Ahí lo tienen: otro mundo es posible, sí, pero lo va a lograr la derecha, no la izquierda ni el progresismo ecologista que están en Babia, predicando revueltas o quejándose un día sí y el otro también.