«Cataluña es el asunto que más ocupa y preocupa al Rey»

Junto al también periodista Daniel Forcada, indagó durante más de un año en los círculos del monarca para tratar de descubrir cómo es la persona y cómo es el rey. Todo ese trabajo quedó publicado en ‘La corte de Felipe VI’ (La esfera de los libros)

18 jun 2017 / 22:03 h - Actualizado: 19 jun 2017 / 08:20 h.
"Trienio del "tiempo nuevo"","Rey Felipe VI"
  • Alberto Lardiés, coautor del libro ‘La corte de Felipe VI’. / El Correo
    Alberto Lardiés, coautor del libro ‘La corte de Felipe VI’. / El Correo

Se cumplen tres años del reinado de Felipe VI. ¿Qué ha traído respecto a su padre, Juan Carlos I?

—Ha traído un aire más moderno a la Corona y ha traído más trabajo que su padre, porque se implica más en el día a día de la Casa. Una consecuencia negativa es que parece que con su llegada al trono los medios de comunicación se han vuelto a amilanar bastante para informar sobre la monarquía. Esa es mi sensación.

—¿Qué destaca usted de su reinado? ¿Hay más luces o más sombras?

—Hay más luces, por ahora. Hay que esperar algunos años para, mirando con perspectiva, poder valorar de verdad cuál ha sido su quehacer en el trono.

—¿Y cuáles son esas luces y esas sombras?

—Las luces son, básicamente, dos: la Corona es ahora más transparente –aunque no todo lo que debiera– que antes y no hay personajes de dudosa reputación que rodeen a la Familia Real. Algo que ocurría más de lo soportable en la etapa de Juan Carlos I. Al contrario que su padre, el rey Felipe VI se caracteriza por apartar de su lado, sin que le tiemble el pulso, a todos aquellos que incurran en comportamientos poco ejemplares.

—¿Usted conoce bien a todos los que rodean al rey, ¿a quienes destaca de su corte?

—Digamos que Felipe VI tiene muy diversos círculos y en cada uno de ellos hay figuras que destacan. Para explicar todo eso escribimos nuestro libro (risas). Yo creo que hay que destacar, profesionalmente por así decirlo, las figuras de dos personas muy importantes para el Rey: Jaime Alfonsín, jefe de la Casa, y Jordi Gutiérrez, director de Comunicación.

—¿Quiénes le aportan más políticamente y quienes, socialmente?

—Políticamente, Alfonsín, por sus consejos; y socialmente, su esposa doña Letizia. Ha sabido bajarle de los cielos a la tierra, normalizarlo, hacerle ver pequeñas cuestiones en que antes no reparaba.

—Cataluña está muy presente en su reinado. ¿Quién es allí su mano derecha?

—Uno de los que mejor le aconsejan es precisamente Jordi Gutiérrez, catalán de origen que antes de trabajar para la Casa del Rey fue corresponsal de TV3 en Madrid. Conoce bien la realidad catalana desde los puntos de vista personal y profesional.

—¿Qué dice Felipe VI en privado sobre el desafío del Gobierno catalán?

—Creo que este asunto es, sin género de dudas, el que más le preocupa y ocupa durante su reinado. No me atrevo a decir qué piensa en privado de ello, la verdad.

—Reinó durante casi un año sin gobierno. ¿Echó en falta que diera un paso más para poner fin al bloqueo o hubiera resultado un paso demasiado peligros?

—Creo que durante toda esa etapa lamentable de falta de gobierno Felipe VI supo estar en su sitio, sin interferir –que yo sepa– en lo que no debe hacerlo.

—Ha creado un reglamento para los trabajadores de la Zarzuela. ¿Hay que desconfiar del personal?

—No creo que se haga por desconfianza, pero sí, hay que desconfiar de cualquiera en cualquier equipo de trabajo de la Casa del Rey. Solo hay que ver los antecedentes: el propio cuñado del rey parecía un hombre respetable pero era un chorizo, según los tribunales.

—¿Cómo es en las distancias cortas?

—Es menos campechano que su padre, desde luego, pero tiene un lado divertido y simpático que le gusta mantener escondido, solo para sus amigos más cercanos. Quienes mejor le conocen hablan de un tipo afable, culto y atento.

—¿Tiene algún tipo de trato con su hermana Cristina?

—Estoy convencido de que sí, de que tiene más trato de lo que parece. Pese a que ese es, sin duda, uno de los secretos mejor guardados en la corte de Felipe VI.

—¿Cómo es la relación con sus padres?

—Es buena con ambos, pero mucho más cercana y afectiva y de confianza con doña Sofía, frente al trato más profesional con Juan Carlos.

—¿Tiene muy presente en el día a día el reinado de Juan Carlos I?

—Sí, claro que sí, sobre todo para no olvidar los desmanes en que incurrió su padre y, por ello, mejorar respecto al pasado.

—¿Cómo ha llevado que la reina no fuera completamente aceptada en su entorno? ¿Qué ha hecho el rey para mejorar la imagen de la reina?

—No lo llevó bien, pero luchó por seguir con ella pese a todo. Y ahí siguen. No creo que haya tenido que hacer nada para mejorar su imagen, más allá de que ella tuvo que acostumbrarse a unos usos no habituales para una periodista.

—Por último, ¿qué grandes retos tiene por delante Felipe VI?

—Uno, el principal ahora mismo, es Cataluña, porque lo que está pasando allí no es de fácil solución. Otro es mejorar la transparencia de la Casa del Rey, que es manifiestamente mejorable. Y, en genérico, Felipe VI tiene que trabajar con ahínco cada día para convencer a los españoles de que la Monarquía es útil. Esto es algo que muchos, sobre todo entre los más jóvenes, ponen cada vez más en cuestión. Convencerlos o seducirlos es su gran reto para evitar lo que a mi juicio es inevitable: que tarde o temprano los ciudadanos tengan que hablar en las urnas sobre si quieren o no que haya Reyes en España.