El nuevo Pedro Sánchez

19 oct 2021 / 04:33 h - Actualizado: 18 oct 2021 / 18:37 h.
"Podemos","PSOE","Ciudadanos","Espacio","Crisis","Valencia","Congreso de los Diputados","Política"
  • El nuevo Pedro Sánchez

Unidad y socialdemocracia son las palabras más pronunciadas en los últimos días por Pedro Sánchez, que tiene la firme intención de inaugurar una nueva etapa en el Gobierno y el PSOE con una forma de ser más conciliadora, empática y próxima al centro, enterrando así buena parte del proyecto 'sanchista'.

El cambio empezó a ser visible en julio, con la remodelación del Gobierno, y se ha consagrado este fin de semana en Valencia durante la celebración del 40 Congreso Federal del PSOE.

Si en el anterior cónclave el lema escogido fue 'Somos la izquierda', en éste el eslogan oficial que aparecía en todos los vídeos e imágenes era 'Avanzamos', aunque podría haber sido 'unidad' o 'socialdemocracia' por ser las palabras más repetidas en boca de sus asistentes y sobre todo de Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno y líder de los socialistas ha logrado sanar las heridas internas del partido con su cambio de actitud, alabada incluso por viejos enemigos durante el congreso, tanto delante como detrás de las cámaras.

"Has logrado que este sea el congreso de la unidad, la fraternidad y la cohesión", le dijo a Sánchez en el acto de clausura el presidente valenciano, Ximo Puig, que apoyó a Susana Díaz en las primarias de 2017.

Consciente de la necesidad de contar con un partido fuerte y cohesionado para afrontar las próximas citas electorales, previstas a partir de 2022, Sánchez se ha esforzado en tender puentes con sus compañeros y ha fomentado un nuevo liderazgo, más cercano y empático, como reconoció un líder socialista durante el congreso.

En la configuración de la nueva Ejecutiva, por ejemplo, ha integrado a todos los territorios tras escuchar las demandas de los barones socialistas.

También ha dado relevancia a las nuevas caras de su Gobierno, especialmente al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, que entra en la Ejecutiva como secretario para la Reforma Constitucional y Nuevos Derechos.

Bolaños se afianza así como el nuevo hombre de confianza de Sánchez, que con el cambio de Gobierno prescindió de personas que hasta entonces tenían ese papel, como la vicepresidenta Carmen Calvo, el ministro y secretario de Organización José Luis Ábalos y el que fuera su jefe de Gabinete, Iván Redondo, muy cuestionado entre representantes del Ejecutivo y el partido por su estrategia.

Para ocupar el lugar de Redondo, Sánchez rescató a Óscar López, un histórico en el partido al que él mismo había relegado previamente nombrándolo presidente y consejero delegado de Paradores.

Junto a Óscar López, que fue secretario de Organización del PSOE en la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba, estará de número dos en el Gabinete otra antigua pieza clave del partido: Antonio Hernando, portavoz socialista en el Congreso de los Diputados antes de la llegada de Sánchez a la Presidencia.

Una doble apuesta de Sánchez por el pasado que muchos vinculan con su cambio de perfil, con un toque más humano visible también en decisiones como el retraso de su viaje oficial a Nueva York el pasado mes de septiembre para visitar La Palma tras la erupción del volcán.

La reivindicación de Sánchez del pasado del PSOE fue una constante en su discurso de cierre del Congreso Federal, donde se erigió como heredero y continuador de la tarea de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Los dos expresidentes lo arroparon durante el cónclave, que también fue una constatación de la voluntad de Sánchez de aproximarse al centro por su apasionada defensa de la socialdemocracia, evitando tal y como dijo los gritos y "llamaradas de cólera".

Con esta nueva era, Sánchez parece dar por enterrado parte del 'sanchismo', un término acuñado por la derecha que relaciona con una forma de hacer política muy personalista y autoritaria, alejada del viejo PSOE.

Lo que no cambia es la capacidad de reinvención y adaptación de Sánchez, que resurgió como líder tras la grave crisis interna del PSOE en 2016 gracias al empuje de la militancia y ahora lo hace enfundado en el traje de político conciliador y socialdemócrata.

Una estrategia con la que marca distancias respecto a su socio de Gobierno, Unidas Podemos, y que puede ayudarle a captar votos de otras fuerzas como Ciudadanos, que con su caída en picado deja libre parte del espacio de centro.