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El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ayer en el Congreso de los Diputados. / Fernando Alvarado ( Efe)
Tras casi tres semanas de contactos entre los equipos negociadores, PSOE y Ciudadanos (C’s) sellaron este martes un principio de acuerdo basado en cinco condiciones, planteadas por Albert Rivera, que implican una reforma de la Constitución: Supresión de los aforamientos, reforma de las Iniciativas Legislativas Populares, despolitización de la Justicia, supresión de las diputaciones y la limitación de los mandatos del presidente del Gobierno a 8 años.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, compareció minutos después para anunciar que acepta la propuesta de reforma de la Constitución exprés –que se deberá realizar en los primeros tres meses de legislatura–. «Cuando hay voluntad de cambio, hay voluntad de acuerdo. Si esas son las peticiones que tiene C’s, que no le quepa duda a los españoles que habrá acuerdo», proclamó Sánchez. Al acuerdo le quedan algunos flecos y permitiría a Sánchez «amarrar» de momento 130 votos de PSOE y C’s, y previsiblemente el de PNV y Coalición Canaria. Pero seguiría siendo insuficiente para abordar una reforma constitucional. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, se apresuró a responder que no apoyará, ni por acción ni por omisión, el acuerdo entre PSOE y C’s. Además hay que recordar que los populares tienen mayoría absoluta en el Senado y cualquier reforma de la Carta Magna debe contar con su apoyo para salir adelante.
El acuerdo entre PSOE y C’s es el primero que cierra Sánchez en puertas de someterse a la investidura el próximo 1 de marzo, aunque no es suficiente para ser presidente del Gobierno de España. Aun así, el líder socialista ha citado a su Ejecutiva para este miércoles a las 9.00 horas en Ferraz, con el objetivo de dar el visto bueno al acuerdo con la formación naranja y convocar también la consulta de la militancia y el Comité Federal.
Algunos barones socialistas, como la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, rechazan que haya consulta a las bases si no hay un pacto cerrado que garantice la investidura. El escollo de Sánchez sigue estando en la mesa de negociación a cuatro con los otros partidos de la izquierda: Podemos, Compromís e IU-UP. La reunión del martes sirvió para acercar posturas, pero se saldó sin un acuerdo definitivo, emplazándose el miércoles a una nueva ronda de contactos. El calendario interno del PSOE, obligado a convocar este miércoles la consulta sobre un acuerdo que aún no está cerrado, arroja incertidumbre a la negociación. El resto de partidos, sin embargo, advierten de que aún tienen dos meses para seguir negociando, incluso después de la primera y la segunda votación de investidura. Para Iglesias, el acuerdo entre PSOE y C’s no puede ser un pacto de gobierno ni de investidura, porque no suman suficientes diputados. También Alberto Garzón, de IU-UP, pidió a Sánchez que apoyase un Gobierno «de resistencia» en favor de las clases populares y que no se deje «seducir» por las políticas neoliberales y de la «troika» europea que defienden el PP y C’s.