La investigación abierta en un juzgado por la muerte de una mujer en el Punto de Atención Continuada de Baltar, en Sanxenxo, tras supuestamente no conseguir ambulancia, ha avivado la polémica sanitaria en esta localidad costera pontevedresa que multiplica exponencialmente su población en verano.
La agenda sanitaria y política de Galicia ha estado marcada durante toda esta semana por el cierre de las agendas médicas en esta localidad de Pontevedra, así como por la muerte de esta mujer, cuyo marido denunció que se le había negado una ambulancia, una circunstancia que la Sanidad gallega niega, al defender que no había falta de medios y se siguieron los protocolos.
El Juzgado de primera instancia e instrucción número tres de Cambados (Pontevedra) estudia desde el pasado jueves la denuncia por unos hechos ocurridos el pasado 6 de agosto, cuando este hombre llamó por teléfono al 061 y solicitó asistencia para su mujer, ahora fallecida.
Según su versión, a la que ha tenido acceso Efe, la respuesta fue que no había ambulancias disponibles, por lo que tendría que desplazarse por sus propios medios.
No obstante, el servicio gallego de salud (Sergas) aseguró que «en ningún caso se trató de un problema por falta de medios», puesto que «en función de los datos que se facilitaron en la llamada al 061, los profesionales sanitarios estimaron que no era necesaria una ambulancia», en función de las guías de actuación para la coordinación sanitaria.
Según revelaron fuentes del caso a Efe, fue el propio personal sanitario del centro el que alertó a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado al comprobar la situación, observar una tardanza de dos horas y ver a la víctima en un «importante estado de deterioro».
Este caso se suma a la denuncia de la Asociación Galega para a Defensa da Sanidade Pública que manifestó el pasado día 15 que es imposible obtener citas médicas en el centro de salud de Sanxenxo-Baltar-Portonovo hasta el mes de septiembre por el «cierre de las agendas de todos los médicos».
Al día siguiente, el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés explicó que «la previsión de que estuvieran disponibles solo cuatro médicos y, posiblemente, en los días siguientes, tres de los ocho que conforman el personal» llevó a «la inactivación de las agendas», aunque dijo que sí podría haber citas para recetas.
En este contexto, el PSdeG pide que se recuperen 976 plazas en el ámbito sanitario y el BNG habla de «caos» y pide la Diputación Permanente del Parlamento. El Sergas reconoce falta de médicos, pero alega que no hay profesionales de atención primaria en listas en todo el Estado y pide un MIR extraordinario.
Al comienzo del verano, el alcalde de esta localidad, Telmo Martín, confiaba en un proyecto piloto impulsado en colaboración con el Sergas para ofrecer varias viviendas a médicos, con el objetivo de permitir su contratación durante este periodo de «sobreesfuerzo asistencial».
Se trataba de atraer a personal sanitario en una época en que la población del municipio se multiplica hasta por cinco, pero fue muy criticada por la oposición y la Asociación Gallega para la Defensa de la Salud Pública, que la tildó de «mezquina maniobra de marketing».