Sánchez, la resistencia en tres actos

Ha ganado las elecciones y además lo ha hecho sacando una gran ventaja al segundo partido, el PP, con lo que su liderazgo, tantas veces cuestionado, no solo se consolida, sino que se vuelve indiscutible

29 abr 2019 / 08:20 h - Actualizado: 29 abr 2019 / 08:50 h.
"Elecciones Generales 2019"
  • Sánchez, la resistencia en tres actos

El "Manual de Resistencia" le sigue funcionando. Con su victoria esta noche en las urnas, Pedro Sánchez, el resistente, ya tiene escrito el tercer acto del relato épico que empezó cuando ganó las primarias del PSOE a Susana Díaz. Ese fue el primer acto. El segundo, el triunfo de su moción de censura contra Mariano Rajoy.

A sus 47 años, el madrileño Pedro Sánchez ha conseguido lo que más falta le hacía: ser el más votado por los españoles en las urnas y callar a los que le han estado llamando "okupa" desde que accedió a la Moncloa hace once meses con la moción de censura.

Lo ha conseguido con una campaña conservadora, diseñada para no correr riesgos, aunque finalmente corrió dos: los dos debates televisivos en los que tuvo que participar.

Hace solo dos años que Sánchez se hizo con las riendas del PSOE con un proyecto de izquierdas y una candidatura que ilusionó a las bases más rebeldes e inconformistas. Hoy ha ganado las elecciones generales con su perfil más "moderado, sensato y cabal", como le gusta decir.

Un alarde de "camaleonismo" político, para unos, y de liderazgo versátil, para otros, que ha devuelto al PSOE al primer puesto del podium electoral once años después de su última victoria.

Casado, con dos hijas, doctor en Económicas, jugador de baloncesto en su juventud, Sánchez lleva solo cinco años en la primera línea de la política española.

En los dos últimos se ha caído y se ha levantado como no lo ha hecho ningún otro político.

Hoy ha ganado las elecciones y además lo ha hecho sacando una gran ventaja al segundo partido, el PP, con lo que su liderazgo, tantas veces cuestionado, no solo se consolida, sino que se vuelve indiscutible.

La etiqueta de producto "antifrágil" que le ponen sus asesores le definen más que nunca.

Está por ver si resiste también el mandato "¡Con Rivera, no!" que le han impuesto los militantes esta noche, y las presiones que previsiblemente recibirá para negociar un gobierno con Cs.