‘El arte de vivir’ de Sara de Benítez

La diseñadora cordobesa ha paseado por todo el mundo sus vestidos de flamenca. Desde Sevilla hasta Brasil pasando por Sudáfrica, Líbano, Londres, Colombia, Filipinas... entre otros.

06 feb 2016 / 18:05 h - Actualizado: 06 feb 2016 / 17:55 h.
"Simof"
  • Reportaje gráfico: Inma Flores
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    Reportaje gráfico: Inma Flores
  • Reportaje gráfico: Inma Flores
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    Reportaje gráfico: Inma Flores
  • Reportaje gráfico: Inma Flores
    Reportaje gráfico: Inma Flores

Cuando Sara de Benítez comienza a elaborar una nueva colección piensa en la flamenca a la que quiere vestir. Mujeres arriesgadas y decididas a las que se les identifican no sólo por el estilo característico de la diseñadora cordobesa, sino también por la actitud con la que llevan un traje de flamenca y se enfrentan a la vida. En esta ocasión, la palmeña recurre a su ámbito más personal y a los cambios que ha sufrido su vida profesional en este último año. Una colección cargada de optimismo, un homenaje a esas mujeres con metas y sueños que tienen como filosofía ‘el arte de vivir’. Además, la firma ha querido hacer un guiño especial a su paisano y amigo Antonio José, ganador de la tercera edición de ‘La Voz’.

La elección de las texturas que predominan en su propuesta se basa en la búsqueda siempre de la máxima calidad en todo el proceso artesanal de la elaboración de un diseño. Vemos así guipur en distintas versiones (metalizado, multicolor, estampado...), también toman protagonismo los tejidos perforados, especialmente traídos de la India, los encajes en relieve, el plumeti y el uso de aplicaciones artesanales. La gama cromática de la colección se mueve entre el contraste de tonos pasteles y colores vivos como el buganvilla o el verde. Hay una gran presencia de estampados florales teniendo como resultado un abanico de colores muy romántico. De nuevo, el objetivo a la hora de crear las siluetas que componen esta colección será buscar la feminidad y la comodidad de las flamencas. Trajes ceñidos cuyos protagonistas son los volantes. El resultado es arriesgado sin perder la elegancia típica de las creaciones de la cordobesa.