El día más caluroso, la luna Catalina y las Perseidas

La tradición asegura que el 10 de agosto, festividad de san Lorenzo, quemado en una parrilla, es el día más cálido del año, que este año es seguido por la superluna y las famosas lágrimas del santo

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
10 ago 2022 / 10:22 h - Actualizado: 10 ago 2022 / 10:23 h.
  • El día más caluroso, la luna Catalina y las Perseidas

La tradición, no siempre alejada de la ciencia, suele llevar razón a su manera. Hoy, por ejemplo, 10 de agosto, se supone que es el día más caluroso de todo el año, aunque los termómetros contradigan esta presuposición después de las dos olas de calor asfixiante vividas durante el pasado mes de julio. En Sevilla, que se lleva la fama, no se van a sobrepasar los 34ºC, y sin embargo en pleno Aragón se llegará a los 38ºC. Precisamente de Huesca –en tiempos de la Tarraconensis hispana- era el santo que se celebra hoy, San Lorenzo, cuyo nombre latino, Laurentius, significa “coronado de laurel”, o sea, “laureado”. El caso es que el santo, del siglo III, llegó a ser considerado patrón de Roma, junto a San Pedro y San Pablo, durante la Edad Media. Todo lo cual no quita para que su verdadera fama, por estos lares, se deba a su identificación con el mismísimo Sol. “Hoy va a apretar el Lorenzo”, se dice coloquialmente, como si el astro rey se llamara Lorenzo. No cuesta identificar al sol que nos calienta, a veces demasiado, con el mártir que fue justamente abrasado en una parrilla.

El santo nacido en Jaca sintió una vocación cristiana tan desmedida, que tuvo la necesidad espiritual de ir a Roma. Una vez en la ciudad eterna, el papa Sixto II lo nombra asistente espiritual de los pobres. De hecho, Lorenzo se convierte en uno de aquellos primeros diáconos de la Iglesia tal y como los contempla el libro de los Hechos de los Apóstoles. Con lo que no cuenta Lorenzo es con que el emperador Valeriano, durante el año 257, promulgara un edicto para perseguir con una dureza extrema a los cristianos. En la misma redada fueron apresados Lorenzo y el mismísimo papa. Aunque las versiones varían, lo cierto es que o bien el emperador o bien un delegado suyo le ordenó al diácono Lorenzo que le trajera todos los tesoros que poseía la Iglesia para requisarlos. El diácono pidió un plazo de tres días, los que necesitó para reunir a todos los pobres, necesitados, ancianos, viudas, leprosos, mutilados y ciegos que él mismo asistía. Con todos ellos se presentó Lorenzo ante el emperador, y le aseguró que esos eran precisamente los bienes de la Iglesia. Al fin y al cabo, una de las Bienaventuranzas lo dejaba bien claro: “Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos”. El emperador se lo tomó como una burla y ordenó que fuese tostado en una parrilla, abrasado como si hubiera muerto sobre el mismísimo sol. Por eso no extraña que, después de tantos siglos, si hay que personificar al sol se haga con el nombre de un santo abrasado por un calor tan desmedido.

Aún persiste la anécdota legendaria del santo en su último suplicio, el hecho de que se lo tomara como una broma. “Ya estoy asado por un lado. Ahora que me vuelvan hacia el otro lado para quedar asado por completo”, parece que dijo san Lorenzo. El verdugo ordenó que lo voltearan y terminó quemándose por completo, y fue entonces cuando el santo exclamó: “La carne ya está lista, pueden comer”.

Pero es que, además, hablando de santos y de astros, a la luna se la conoce como Catalina. La relación no viene por Santa Catalina de Siena, sino por Santa Catalina de Alejandría, que es bastante anterior, del siglo IV. Aquella santa fue torturada hasta la muerte arrancándole la piel con una rueda dentada que suele representarse con forma de media luna... Una canción tan popular como antigua en Asturias dice: “El sol se llama Lorenzo y la luna, Catalina, / Catalina anda de noche y Lorenzo de día. / Al son que la repetía, al son que la repitió, / al tiribí, al tibiró”.

Última superluna

Justamente a partir de mañana se da la coincidencia de que podrá verse la última superluna del año. En la noche del 11 al 12 de agosto, nuestro satélite se convertirá completamente en luna llena. Y por si fueran pocas las casualidades, esta superluna va a coincidir mañana con las conocidas como Lágrimas de San Lorenzo, que es la lluvia de meteoros más esperada de cada verano, también conocida como las Perseidas, que se extenderán hasta el próximo día 24 pero que se verán con mayor intensidad las noches del 11, el 12 y el 13 de agosto, durante las cuales podrán observarse entre 80 y 200 estrellas fugaces por hora.

Las Perseidas reciben este nombre por la constelación de Perseo, que aparece sobre el horizonte después del anochecer. De todas formas, la probabilidad de observar alguno de estos astros se incrementa conforme avanza la noche. El mejor momento para ver una de estas estrellas será entre las 4.00 y las 5.00 horas, bastante antes de que amanezca.