La aventura del misterio

Enigmas de Jesús de Nazaret

Numerosos estudios poco a poco van descubriendo que diciembre, el 25, no fue el día de su nacimiento, entre otras dudas

29 dic 2019 / 07:00 h - Actualizado: 29 dic 2019 / 07:00 h.
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Ya pasó el 25 de diciembre pero la fecha del nacimiento de Cristo siempre es motivo de controversia, en los últimos años ha decrecido la misma por los numerosos estudios que poco a poco van descubriendo que diciembre, el 25, no fue el día de su nacimiento y sí una forma de asimilar los cultos solares y paganos y transformarlos o convertirlos al cristianismo incipiente en la época, haciéndolo coincidir con el culto al nacimiento solar, Apolo o Mitra...

Así para el astrónomo, y teólogo, Dionisio “el exiguo” Jesús nació hacía el 753 AUC (ab urbe condita, como llamaban los romanos a sus años) que pasaría a ser el 1 a.D. (de Anno Domini) y posteriormente “d.C.” (después de Cristo), marcando el inicio de nuestra era.

Pero el problema viene al seguir las pistas del nacimiento de Cristo a través de los textos bíblicos e “históricos”. Así se nos indica la matanza de los inocentes por parte del rey Herodes “el Grande” muriendo hacía el -4 a.C., así pues Jesús debió nacer hacía el -4 de nuestra era y no en el 1 (pues el cero como año de partida no existe). Eso como mínimo aunque no hay expertos que no apunten realmente hacía el -6 o el -7 a.C. Esa sería la fecha exacta del nacimiento de Jesús, posiblemente en meses de bonanza climatológica, ya que en Diciembre, en Israel, pocos son los pastores que se atreven a sacar sus rebaños al campo, el frío mataría al ganado y la nieve lo cubre todo... Imposible. Para que coincida con la fecha que nos describen los relatos bíblicos debió ser sobre el mes de Abril del -6... Aunque lo sigamos celebran, como es tradicional, el 25 de Diciembre.

La fecha de la muerte de Cristo también es objeto de polémica. Conocemos su llegada a Jerusalén con motivo de la Pascua, en Marzo del año 30. Se ajusticiado y crucificado antes del Sabbat, coincidiendo ese años con la Pascua..., que se celebraba el día 15 del mes del Nisán (calendario Judío). En el periodo de referencia solo cayó dos 15 en Sábado, en el año 30 y en el 33, así si todo es tal y como nos narran los textos sagrados, Jesús encontraría ese fatídico día en el Viernes 7 de Abril del año 30 o el 3 de Abril del año 33, sobre las 3 de la tarde, resucitando el Domingo sobre las 4 de la madrugada en el sepulcro de José de Arimatea cerca del monte Gólgota.

Entre ambas fechas posiblemente la segunda del 3 de Abril del año 33 es la que más opciones tiene, puesto que se ajusta más a los tres años que predicó Jesús, tal y como citan los evangelistas. Además cuando se produce su fallecimiento hay un raro fenómeno solar, realmente es un eclipse, ya que Poncio Pilato relata lo ocurrido al emperador Tiberio diciendo: “El Sol se oscureció, salieron estrellas en el cielo y por todas partes la gente encendió lámparas”... La ciudad de Jerusalén temió un castigo divino e incluso uno de los centuriones romanos se arrodilló y dijo: “En verdad este era el hijo de Dios”.

Estos hechos nos hacen pensar que se produjo ese eclipse parcial de Luna, y justamente estaríamos en un radio de 10 años para ese fenómeno: entre el 26 y el 36... Pero coincidiendo con el gobierno de Poncio Pilato en la levantisca ciudad de Jerusalén el producido el 3 de Abril del año 33 a las 18:20 h. Así lo avalan prestigiosos astrónomos como Livin Mircea y Tiberiu Oproio del Instituto Astronómico de Cluj en Rumanía.

Aunque, en honor a la verdad, los cristianos y los que tienen Fe siempre llevarán otras fechas en sus corazones, quizás por tradición quizás por devoción, pero lo único cierto es que la figura de Jesús de Nazaret va más allá de la propia Historia.

¿Tuvo Jesús de Nazaret un hermano?

Posiblemente la respuesta sea afirmativa, no uno sino varios hermanos, pero la historia que le quiero contar tiene que ver mucho con alguien que corrió una vida “paralela” a la de Jesús.

El otro Jesús

Nació hacía el año 4 a.C., promulgó un nuevo orden de paz, amor, de libertad. Le siguió innumerables personas, teniendo sus propios discípulos. Se le atribuyeron milagros, curó a enfermos y revivió a los muertos... Fue condenado y murió bajo el poder romano... ¿Le suena esta historia? ¿Se trata de Jesús de Nazaret? Pues aunque sus vidas fueron análogas no se trata de Jesús de Nazaret sino de Apolonio de Tiana, considerado un mago, una persona que pasó al olvido por que la poderosa figura del rabí de Galilea lo eclipsó.

Sin embargo sus respectivas vidas fueron muy similares. Apolonio de Tiana nació en la actual Turquía, en la Capadocia, en la localidad de Tiana... Su madre lo concibió tras un sueño místico... Filostrato se encargó de realizar su biografía por encargo de la emperatriz Julia Domna en el siglo II.

Apolonio fue discípulo de Pitágoras y comenzó a promover en su cabeza ideas revolucionarias para la época: caminaba descalzo, no comía carne, comía sólo verduras, iba siempre vestido con una túnica blanca...

Tras fallecer su padre, cuando tenía veinte años, heredó su fortuna y Apolonio practicó el ascetismo... Su fama trascendió por todo el Mediterráneo y comenzó a tener muchos seguidores. Era una persona singular, viajó a oriente y no pasaba desapercibido, en su viaje a Roma resucitó a una joven recién fallecida, en Éfeso salvó a la ciudad de una plaga, en Corinto practicó exorcismos, en Babilonia hizo de vidente para adivinar el futuro de sus reyes... Estuvo en Egipto, en Etiopía... Conoció a mil y un personajes pero no se encontró jamás con Jesús de Nazaret.

En Roma fue detenido y acusado de conspiración contra Domiciano y sacrilegio. Ante el tribunal pronunció estas palabras: “no puedes detener mi alma, ni siquiera mi cuerpo” y desapareció...Se esfumó.

Apareció en Dicearquia y continuó su vida milagrosa. Su muerte se produjo en la ciudad de Creta y tras morir fue visto en otros lugares...

¿Quién fue realmente Apolonio de Tiana? ¿Un místico? ¿Un iluminado? ¿Un elegido? Para muchos fue: el otro Jesús.

La controvertida figura de Herodes

No ha pasado a la Historia el rey Herodes “el Grande” (¿?- 4 a.C.) por ser uno de los reyes más populares de su tiempo, la matanza de los inocentes y otros devaneos de su tiempo hicieron de él un “estigmatizado” político y social de su época, una época en la que reinó 33 años y en la que el claro dominador era el Imperio Romano y las leyes de Roma.

Inicialmente Herodes era considera como un gran soberano, tal vez tras la estela –o eso pretendía- de Alejandro Magno; era franco en sus determinaciones y creía firmemente en la cultura sin ideologías ni étnicas ni religiosas.

Pero los contras de Herodes eran que tanto su origen árabe como sus ideas no se ajustaban al pensamiento judío y lo tildaron de tirano y de sanguinario. Así los primero cristianos, de origen judío, siguieron y alimentaron esa tendencia.

Pese a lo que jugaba en contra de Herodes gobernó de forma estratégica y mantuvo un reino que se extendía en toda Palestina, tenía dotes diplomáticas y de gobierno e, igualmente, sabía hacer frente a las tensiones políticas y religiosas de la época.

Con su muerte todas esas tensiones estallaron y la zona se convirtió en todo aquello que Herodes “el Grande” había tratado de evitar en vida.

La figura, concordancia de época, de Herodes Antipas o Herodes Tetrarca con su relación negativa en torno a Jesús de Nazaret o San Juan Bautista hace que la Historia, o el conocimiento que tenemos de su figura, sean especialmente ácidos con él.