La aventura del misterio

Más madera para la conspiración del Covid-19

01 jun 2021 / 04:54 h - Actualizado: 31 may 2021 / 14:59 h.
"La aventura del misterio"
  • Más madera para la conspiración del Covid-19

El miedo al coronavirus, al Covid-19, ha hecho que el mundo se estremezca, que desconfíe, que mire a su semejante con inquietud planteándose una pregunta: “¿Estará contagiado?”. Y es que una enfermedad puede acabar con todos en cuestión de semanas, meses, y ser nuestro propio Apocalipsis y mucho más con las variantes que van surgiendo allá dónde sigue la polémica con respecto al origen del mismo.

Covid-19: el miedo al coronavirus

Es el último terror de la especie humana: el Covid-19. Se trata de un coronavirus con una capacidad de propagación tremenda y que generó (y genera) el miedo en la población de todo el mundo.

Puedo decir que fui uno de los primeros redactores en escribir de esta enfermedad a tenor de una información que leí en un diario chino (que informaba pese a las restricciones y hermetismo del país asiático), llevaba días siguiéndola y comprendí que no era una simple gripe.

En aquella información, fechada en enero de 2020, escribí:

“Preocupación en China y los países de su entorno debido a una misteriosa enfermedad que ataca seriamente a los pulmones de las personas que la padecen.

Se trata de una misteriosa cepa de neumonía que ya ha infectado a decenas de personas. De momento no ha provocado ningún fallecido pero todos recuerdan el síndrome respiratorio agudo severo (SARS, en inglés).

Aquella epidemia de neumonía atípica de 2002 y 2003 dejó más de 700 muertos y 8.000 infectados en 37 países.

Este brote de esta enfermedad desconocida ha motivado que se ponga en cuarentena hospitalaria a 59 personas –siete de ellos en estado crítico– que presentan cuadros de fiebre alta, dificultad para respirar e infecciones pulmonares.

Se ha descartado el SARS así como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), la gripe aviar y los adenovirus.

Se busca al “paciente 0” aunque parece que el brote se originó en un mercado de pescado y marisco de Wuhan donde también se venden aves, conejos o serpientes vivas.

“Si solo se transmite de animales a humanos, ahora que el mercado ha sido cerrado y desinfectado, las posibilidades de que más personas se infecten serán bajas”, dijo Leo Poon, virólogo de la Universidad de Hong Kong”.

Se puede decir que fue intuición pero sabía que aquel coronavirus era diferente... Días más tarde, en el mismo medio, publiqué:

“Preocupación la existente en Asia debido al brote de una misteriosa enfermedad que surgió en China y que ya se ha cobrado la vida de nueve personas.

El virus se ha propagado ya a otros países como Tailandia, Corea del Sur o Japón y no se descarta la aparición de nuevos casos en otras partes del mundo, en China han aparecido 140 nuevos casos en un sólo día y el estado de alerta sanitaria es total.

Se trataría de una forma de neumonía viral nunca antes vista ni tratada, la comisión de salud de la ciudad china de Wuhan -donde se descubrió esta cepa del coronavirus- informó de 136 nuevos casos sólo en el fin de semana sumándose a los 440 enfermos por la misma en este tiempo.

Evolución en el tiempo

Toda esta situación hace que se tenga en la cabeza el recuerdo del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que dejó tras de sí casi 650 muertos en China y Hong Kong entre los años 2002 y 2003.

En China hay casos de este coronavirus en Wuham, Daxing y Beijing, que se sepa -el hermetismo chino es muy férreo-, en Cantón -junto a Hong Kong- se puso en cuarentena a un hombre de 66 años con un cuadro de fiebres tras visitar a su familia en Wuhan.

En Corea del Sur, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (KCDC) confirmó este pasado lunes el primer paciente del desconocido virus, se trata de una mujer de 35 años de edad, que llegó a Seúl en un vuelo procedente de Wuhan. Posiblemente más pasajeros de ese vuelo estén afectados por la enfermedad.

La comisión de salud de Cantón informó que “la situación epidémica actual todavía es prevenible y controlable”.

En Estados Unidos, país con un severo tránsito de viajeros en sus aeropuertos, se van a extremar los controles en los aviones que lleguen de China, especialmente a los aeropuertos de San Francisco, en California, y al JFK de Nueva York”.

Para cuando redacté esas líneas la enfermedad ya estaba descontrolada y el gobierno chino reconocía su impotencia así como el haber silenciado lo que ocurría que, a la larga, fue peor pues expandió aún más la enfermedad por el mundo debido a la “aldea global” en la que vivimos.

El coronavirus de China comenzó a ser un problema mundial al tener la amenaza de contagio muy cercana, con sólo haber entrado en el país un ciudadano que haya viajado a Asia y presente los síntomas de un resfriado ya se consideraría sospechoso de portarlo y al cabo del día son muchos los viajeros que suben o bajan a un avión.

Dudas con las cifras

Las cifras del coronavirus surgido en la ciudad china de Wuhan se cobró miles de víctimas y afectados en el mundo y las cifras crecían diariamente. Se recuerda al SARS o síndrome respiratorio agudo grave, un coronavirus que mató a 774 de las 8.098 personas infectadas cuando brotó en China en 2002.

La doctora Josie Golding, de la fundación de investigación médica británica Wellcome Trust, decía: “Se tiene un fuerte recuerdo de SARS, de ahí el miedo, pero ahora estamos muchos mejor preparados para lidiar con ese tipo de enfermedades.

El coronavirus de China se transmite de persona a persona estimándose que una persona afectada puede contagiar, de media, entre 1,4 y 2,5 personas.

Cuando supera el 1 indica que éste es “autosostenible”, los científicos saben que no se extinguirá por sí solo. El coronavirus de Wuhan estaría ya a la misma altura que la virulenta del SARS.

Los científicos en China explican que los pacientes pueden contagiar el virus aun antes de que los síntomas aparezcan. El periodo de incubación va desde 1 a 14 días.

La profesora Wendy Barclay, del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College London, explica que el virus se “propaga a través del aire, al conversar con persona infectada o respirar junto a ella. No sería muy sorprendente que el nuevo coronavirus haga lo mismo”.

El crecimiento del contagio es muy rápido pero se tienen pocos datos de la “tasa de crecimiento” del coronavirus sospechándose que en China era bastante más alto de lo que se estaba indicando desde el ministerio de Salud del país asiático.

“Es probable que el brote de coronavirus surgido en Wuhan haya causado más casos de enfermedad respiratoria moderada o severa de los que se han informado”.

El virus debía frenarse cortando el brote desde el país inicial que era China atendiendo a las medidas sanitarias que se impusieron aunque todo se fue de las manos.... No había vacuna a corto plazo aunque se esperaba que vacuna contra el síndrome respiratorio de Medio Oriente (MERS), que también es un coronavirus, fuera efectiva para este caso.

Existía el riesgo que el coronavirus mute, así la Comisión Nacional de la Salud de China advirtió que la habilidad de transmisión del coronavirus se está fortaleciendo: “Deberíamos preocuparnos de cualquier virus que explore el cuerpo humano por primera vez, porque ya ha librado el primer gran obstáculo. Una vez dentro de una célula (humana) y al replicarse, puede empezar a generar mutaciones que le permitan propagarse más eficientemente y volverse más peligroso” comentaba Jonathan Ball, virólogo de la Universidad de Nottinghan, en Reino Unido.

La teoría de la conspiración del coronavirus

Pero en el miedo y las redes sociales surgió la “teoría de la conspiración” en torno al coronavirus. Así en esos canales se hablaba -sin base probada- que tener su origen en unos laboratorios de máxima seguridad situados en Wuhan.

El portador del mismo habría sufrido el contagio accidental en las instalaciones del mismo, en la ciudad China, y luego visitó el mercado que se señalaría como origen del virus.

Según esa misma línea conspiranoica habría sido un virus de laboratorio -de 4º. Nivel- que por accidente se habría propagado por la ciudad y de ahí a todo el mundo.

Contra esta hipótesis que circulaba por las redes sociales surgió un grupo de 27 investigadores especializados en salud pública que publicaron un manifiesto en el portal “The Lancet” donde se negaba todo ello y alertaban de la desinformación que se estaba originando: “Hemos comprobado cómo los científicos, expertos en salud pública y profesionales médicos en China han trabajado de manera diligente y eficiente para identificar de manera rápida este brote, han puesto en marcha las medidas necesarias para reducir su impacto y han compartido sus resultados con la comunidad sanitaria a nivel mundial con total transparencia”. ¿Una cortina de humo de apariencia científica?

“Condenamos fuertemente las teorías de la conspiración que sugieren que el coronavirus no tiene un origen natural. Estos rumores y desinformación ponen en peligro la publicación abierta, rápida y transparente de datos sobre esta epidemia”.

A nivel científico no es posible apuntándose a la necesidad de un transmisor intermedio para poder expandirse que podría ser de tipo animal.

Tal vez sólo se a una teoría de la conspiración más pero... ¿Y si fuera cierto?

Nuevas informaciones

Recientemente escribí, por las nuevas informaciones, sobre todo ello, Recordé que son los servicios secretos de Estados Unidos y Reino Unido los que se han puesto, de nuevo, en la investigación del origen de la pandemia encontrando muy factible que surgiera del laboratorio chino en la ciudad si bien reconocen que por el hermetismo y destrucción de pruebas nunca se podrá saber la verdad al 100%.

Todo puede ser muy especulativo allá donde sabemos que el número de muertes provocadas por el SARS CoV-2 es ya muy superior a los 3 millones de personas (cifra oficial) y que, sólo en China, podrían ser más de un millón, aunque las cifras tampoco son reconocidas.

Según informaciones publicadas por «The Sunday Times» la posibilidad que el virus escapara del Instituto de Virología de Wuhan son muy altas, de forma accidental aunque también se ha barajado la opción de una liberación voluntaria del virus -en virtud que China ha sido el país más beneficiado, comercial y económicamente, con la pandemia-.

Desde el gobierno de Pekín se niegan todos los extremos aunque sin llegar a la amenaza que sostuvo con Australia cuando, en meses pasados, quiso profundizar en el origen del mismo. ¿Por qué ese miedo de China?

Por su parte en Estados Unidos fue el presidente Donald Trump el que abogó por esta opción y que todo se habría producido con el contagio de un empleado del Instituto de Virología de Wuhan en 2019 y que China «maquilló« cifras y destruyó pruebas en torno a la pandemia.

En Reino Unido -siempre según «The Sunday Times»- los servicios secretos, el MI6, estaría trabajando en la línea de la CIA afirmando que el gobierno chino ocultó el origen del coronavirus del Covid-19.

No ayuda el hermetismo de China que no facilita la labor de lavar su imagen: «Puede haber lagunas en las pruebas que nos lleven por un camino y pruebas que nos lleven por otro (...). Los chinos mentirán en cualquier caso. No creo que lo lleguemos a saber» afirman. Lo cierto es que en el laboratorio chino se trabajaba con cepas de virus de murciélagos y se realizaba ingeniería genética con ellos.

Dudas y más dudas para un tema que genera mucha polémica, partidarios y detractores de una y otra teoría, pro vacunas y anti vacunas, negacionistas y, en cualquier de los casos la realidad es sólo una: desde enero de 2020 vivimos en una crisis sanitaria mundial que se ha cobrado ya millones de víctimas. ¿Quién niega eso?