Últimamente están circulando por las redes sociales vídeos sobre gatos y pepinos, concretamente del espanto que produce en los felinos la aparición al lado suya del maravilloso vegetal que utilizamos en el gazpacho, y de cómo los dueños se ríen a carcajadas del brinco del animal. Cómo no, si tenemos gato y vemos el vídeo, ¿cómo no vamos a ir al frigorífico y pasárnoslo bien unos minutos?, y claro, si vienen un par de amigos a casa a comer, ¿cómo no les vamos a poner de aperitivo tan magno espectáculo?.
Pues bien, se desaconsejan estas acciones porque suponen un enorme estrés innecesario al animal. El experto en comportamiento felino de la Universidad de Bristol, John Bradshaw, afirmó en National Geographic que estos vídeos suponen «una incitación a la gente a que asuste a sus gatos y luego les inviten a reírse de ellos, una conducta despreciable». Igualmente se expresa en la revista Jill Goldman, conductista animal del sur de California, que añade que el estresar a un animal puede provocarle algún daño. ¿Cuáles pueden ser? Desde autolesionarse, romper algo o incluso causarle un estrés prolongado. Goldman es partidario de llevar objetos nuevos a casa con el fin no de asustar a las mascotas sino como estimulación mental y siempre presentándolos poco a poco.
¿Y POR QUÉ SE ASUSTAN?
Explica Goldman que las respuestas de los gatos al ver los pepinos son normales, porque son objetos extraños que “normalmente no se encuentran en el suelo”, también es posible que lo relacionen con serpientes, por lo que la reacción inicial a los dos casos sea escapar de la amenaza. Lo mismo nos ocurriría a los humanos: “No te gustaría conocer por primera vez a una persona mientras alguien te la echa encima”, dice.