Asenjo: «No dejemos que el turismo ahogue la finalidad fundamental de nuestra Catedral»

El arzobispo de Sevilla publica en las páginas de El Correo de Andalucía un artículo inédito sobre la madre de todas las iglesia de la Archidiócesis y su dimensión esencialmente litúrgica

21 nov 2016 / 18:35 h - Actualizado: 21 nov 2016 / 19:28 h.
"Catedral de Sevilla","Juan José Asenjo"
  • Juan José Asenjo en el Palacio Arzobispal. / Pepo Herrera
    Juan José Asenjo en el Palacio Arzobispal. / Pepo Herrera

El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, publica hoy en las páginas de El Correo de Andalucía, un artículo inédito sobre la Catedral de Sevilla que fue escrito en el año 2009, cuando todavía ejercía como arzobispo coadjutor de esta Archidiócesis, y que ahora ve la luz con ocasión del especial que dedica el decano de la prensa sevillana al patrimonio religioso de la capital hispalense y su provincia.

En este extenso artículo, titulado Una Catedral para el siglo XXI, el prelado sevillano expresa su deseo de que «nuestra catedral, que es conocida en todo el mundo por sus dimensiones extraordinarias y por su belleza sin par, se distinga también por la devoción y el culto eucarístico».

Asenjo descubre en este artículo los secretos del acta capitular del Cabildo Catedral que decidió su ejecución en 1401, asegura que «la función primordial de nuestra catedral es el servicio litúrgico» y repasa los espacios más significados del templo metropolitano: el altar, el ambón, la cátedra del obispo, el coro, las capillas del bautismo, de la penitencia y, por último, la del Sacramento, que en el caso de la Catedral sevillana se corresponde con la capilla de la Virgen de los Reyes, «en la que se encuentra Jesucristo vivo, glorioso y resucitado» y que «debe ser el corazón de nuestra catedral, con las consecuencias pastorales que de ello se derivan», escribe el prelado.

El arzobispo hace también referencia a la dimensión cultural de un templo que acoge una de las mayores colecciones de arte religioso en el mundo. Y realiza una advertencia: «No dejemos que la perspectiva cultural y el turismo ahoguen o desvirtúen esta finalidad fundamental, primigenia y casi única de nuestra catedral. Que los cientos de visitantes que cada día traspasan sus umbrales, perciban desde el primer momento que han llegado a la casa del Dios vivo y al santuario de su presencia. Que de algún modo se sientan invitados a participar en la mesa del Señor, a saludarlo, visitarlo y adorarlo. En este sentido, caben muchas iniciativas por muy sencillas y modestas que sean».

Asenjo agradece en su artículo al Cabildo Catedral sus iniciativas en favor de los más pobres y desfavorecidos y se congratula de que «nuestro Cabildo sea sensible a la dimensión social de la Eucaristía, con obras ejemplares al servicio de la formación de los jóvenes de barriadas populares».