Guía cofrade: Cruz de Guía (10)

Prosigue la Guía Cofrade de El Correo para saber de la Semana Santa sevillana tanto como los especialistas de El Correo de Andalucía

17 dic 2016 / 08:42 h - Actualizado: 18 dic 2016 / 00:42 h.
"Guía cofrade"
  • La cruz de guía de la hermandad de la Vera-Cruz es una de las más características. / J.M.Paisano
    La cruz de guía de la hermandad de la Vera-Cruz es una de las más características. / J.M.Paisano
  • Cruz de guía de la Resurrección. / Manuel Gómez
    Cruz de guía de la Resurrección. / Manuel Gómez
  • Cruz de guía de San Benito. / Inma Flores
    Cruz de guía de San Benito. / Inma Flores

No. Hoy no les vamos hablar del decano de los programas radiofónicos cofradieros que se emite en la antena de Radio Sevilla –a ese espacio ya le dedicaremos otro de los capítulos de esta Guía Cofrade–, sino de la Cruz de Guía como insignia que, alzada por un hermano, abre los cortejos procesionales. Cuenta el recordado Juan Carrero en su Diccionario Cofradiero que es la «insignia que abre marcha en las procesiones de Semana Santa desde el siglo XVIII, siendo portada por un cofrade de nazareno. Varían los materiales en que están ejecutadas, destacando las realizadas en maderas oscuras y con cantoneras de orfebrería; otras de metal con ornamentación repujada; de madera y ricas tallas, en su color o doradas; de carey y la de enagüilla de la Cofradía de la Sagrada Mortaja o alzada como las de la Quinta Angustia y Pasión».

La mayor parte de estas insignias han sido realizadas en el siglo XX. En un reportaje publicado en Boletín de las Cofradías por su director, Rafael Jiménez Sampedro, se contaba, no obstante, que la más antigua de estas insignias de cuantas participan en la Semana Santa hispalense es la que abre cada Viernes Santo el cortejo de los románticos nazarenos de La Carretería. Esta en concreto fue realizada en 1700 en madera de caoba forrada con motivos vegetales, placas de plata con un INRI y el escudo grabado en su cruceta.

Hay cruces de guía muy singulares, como las que abren los cortejos de La Exaltación y del Gran Poder, en cuyos brazos van diseminados varios símbolos pasionistas. Otras de estas insignias con historia es la denominada Cruz de las Toallas de la hermandad de Los Negritos, consistente en dos sencillas tablas cruzadas pintadas en negro con un sudario de tela blanca, tal como se representaba la Pasión de Cristo en tiempos antiguos, cuando no se usaban imágenes. Esta concretamente es la que señalaba la primera estación del Viacrucis a la Cruz del Campo, hasta que el duque de Alcalá hizo construir para ello, en 1630, el retablo y cruz de mármol junto a la puerta principal de su palacio. Hoy no procesiona.

La hermandad del Silencio, por su parte, tiene a la Cruz de Jerusalén como titular de la cofradía y se le canta una saeta a su salida.