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Actualizado: 23 oct 2021 / 04:00 h.
  • Jesús Donaire: ¿Otro exorcista enamorado?

El mitrado catalán era exorcista, afín al procés y reeducador de gays. ¡Vamos para bingo! El amor humano pudo al que le profesaría a Cristo. Silvia Caballol, psicóloga y novelista erótico-satánica hizo colgar los hábitos de tan débil pastor de almas. Alegrías al cuerpo devolvieron el anillo del Obispo a la Diócesis. Desconocemos si se le inyectó al hoy Obispo Emérito la vacuna anticovid de Pfizer y experimentaría sus efectos secundarios, según los describe el periodista Juan Miguel Vega.

Xavier Novell removió los cimientos vaticanos españoles con su renuncia. Rápido, se desataron truenos de calumnia e historias peregrinas que, llamativamente, se le consentirían a priori. Fue el Obispo más joven de los españoles. Pero la Iglesia lleva mal las deserciones.

El que los sacerdotes ni se casen, ni sean padres ‘oficiales’, o que la mayoría social femenina no tenga ni relevancia, ni autoridad, ni facultades sacramentales en la Iglesia católica invitan a reflexionar. Predicar con el ejemplo lo exige: ¿Actualizarse, señores cardenales, es una opción?.

Su Santidad El Papa Francisco tendrá la última palabra. Hasta la de autorizar la boda canónica que proyecta el Obispo –vitalicio- con su prometida. ¿El Santo Padre, o acaso el jesuita argentino Bergoglio, tienen un papelón?. Debería decidir la dispensa del celibato y la secularización de tan sui generis catalán enamorado. Además, hay un precedente. El Papa hereje Gregorio XVIII del Palmar de Troya tiene mujer, y hasta una condena penal, pero los palmarianos no serían ejemplares

El Vaticano sevillano

La capital de La Giralda acumula lustros opacos en su Palacio Arzobispal. El cosmos cofrade, por ejemplo, cuenta poco allí excepto vehicular los fervores populares. Hasta hace dos tardes ni había nazarenas o costaleras. Las mujeres sólo rezaban, acompañaban y vestían imágenes. Las ínfimas vocaciones sacerdotales, las del futuro de la Iglesia se palían importando monjas africanas y asiáticas o arrimando ‘kikos’ patrios y sudamericanos.

El último Cardenal hispalense, Fray Carlos Amigo (1982-2009), modernizó no obstante la Diócesis hispalense hasta donde le dejó una Roma poseída de ortodoxias. La excepción de sombras cercaron el impune ‘Caso Torreblanca donde merodeó la pederastia asesina, las medias verdades y el poderío jesuita sobre la Justicia humana.

No estuvo sólo el franciscano [Amigo] en el empeño. El inolvidable Paco Navarro, Canónigo, Diplomático del Estado Vaticano y Párroco de Los Remedios o su irrepetible colega Manuel Benigno fueron ejemplo, de talento y valía, en el ‘equipo Amigo’.

Entre 2009 y 2021 fue Obispo hispalense Juan José Asenjo tras ejercer el mismo cargo en Córdoba. Parecía un premio Sevilla tras endilgar Cajasur a BBK-Kutxa gracias al oficio de su colega bilbaíno Mario Iceta. Aquella ‘venta’ incluiría no husmear con auditorías los desvaríos del fallecido Canónigo Miguel Castillejo, apodado en ‘Fray Langostino’ por las infinitas comilonas, viajes y caprichos que pagó Cajasur con dinero de los impositores.

Como el Estado Vaticano articula fetén la sutileza, Asenjo logró un doble milagro; Uno: se desechó la ‘supercaja’ andaluza soñada -en estéreo- por Magdalena Álvarez (Ex Consejera de la Junta) y Braulio Medel (pertinaz Presidente de Unicaja); Dos: Cajasur hoy es hasta rentable. Lo pagado por la BBK fue una espléndida inversión según sus números.

Aquellos logros del Obispo Asenjo se oscurecieron arrimando a su sotana a un Auxiliar, Santiago Gómez Sierra, cuestionado en Cajasur como su último Presidente. Fue multado e inhabilitado por el Banco de España. No obstante, en Sevilla este sub-Obispo registró más luces que sombras por su acreditado espíritu de consenso. Antes de jubilarse Asenjo en Sevilla, nombraron Obispo de Huelva a Santiago Gómez Sierra. ¿Casualidad?

Desde abril de 2021 hay nuevo Obispo hispalense, José Ángel Saiz Meneses. Esperemos que empate a la Iglesia con el pálpito social. No sería mala idea, por un poner, permitir visitas al interior del Palacio Arzobispal, trasparentar o microfilmar su denso Archivo y llenar los cientos de viviendas diocesanas de feligreses vulnerables o necesitados de hogar. O quitar las telarañas de habitaciones para seminaristas.

Pero, mientras tanto, urge que el Gran Poder procesione por barriadas pobres de la capital. Es mejor que ofertar trabajo o comida que palíe el hambre, laminar la pobreza energética y dotar de servicios a esos vecinos para igualarlos con barrios menos pobres de la capital andaluza.

¿Otro exorcista ‘enamorado’?

El Obispo Asenjo fue mañoso y ubicuo inscribiendo monumentos sevillanos en el Registro de la Propiedad a precio irrisorio, es decir, por el de las limosnas. No recuperó al público acceso, como regía de antaño, el Patio de los Naranjos, el vestigio (lugar de abluciones) mejor conservado de la Gran Mezquita junto al alminar-icono capitalino, la Giralda.

Durante su mandato, Asenjo confió en Jesús Donaire dos empleos difíciles. Uno fue ejercer como exorcista de la Diócesis; el otro, reactivar la lánguida parroquia del Corpus Christi. Adoptó el disciplinado sacerdote sendos retos con pasión. Y trasformó en activos lo que antes eran lastres.

La parroquia la llenó de ejemplo, didáctica, fe, homilías que no adormecen y mucho tesón, según corroboran bastantes fieles. Multitudinarias misas y eventos recuperaron la cercanía de la iglesia con sus creyentes. Los exorcismos que practicó perdieron el estigma que los caracteriza. El demonio temblaba al merodearle éste párroco ilustrado. Y escribe todo esto un descreído de ortodoxias, milagros o dogmas basados en lo intangible.

Donaire trabajó en Sevilla cada hora del día con entusiasmo. Su Tesis Doctoral se centró, además, en el fundador de este periódico decano hispalense, el Beato y Cardenal Marcelo Spínola (1835-1906). Aquel hombre excepcional cambió la toga de la abogacía de pobres por la sotana desde la que se entregó a sus congéneres.

Jesús Donaire: ¿Otro exorcista enamorado?
Cardenal Espínola leyendo El Correo de Andalucía.

La semilla de Spínola la redimensionó Donaire con la sabiduría de un doctor universitario. De trato cercano, culto y educado, conmovió para bien la iglesia del sur sevillano capitalino. Tuvo tiempo Donaire para colaborar en este Correo, con textos apreciables. Aquí Marcelo Spínola proclamó en su fundación una filosofía de la buena prensa: ‘Ni un solo trabajo, ni una sola línea, ni una sola letra de las que en él se publiquen dejen de encaminarse a la defensa de la verdad y de la justicia’.

Pero, queridos lectores, la misma Diócesis que alababa sin remilgos y difundía las presentaciones del libro de Donaire, paradójicamente, hoy no sabe nada de este sacerdote. Calla ‘palacio’, está mudo, sobre qué pasó con un párroco difícil de olvidar para sus feligreses y quienes le conocimos en sus intensos días sevillanos.

La maldita pandemia ‘desapareció’ a Donaire de Sevilla, desde marzo del 2020. Una versión ¿oficial? le adjudicó una enfermedad, infectado por el Covid19. Otras referencias le situaban sanísimo junto a familiares y amigos en Ciudad Real, donde vino al mundo el sacerdote. Allí, en la capital manchega, pregonó la pascua y es tan querido como en Sevilla Sur.

El silencio palaciego sobre Donaire lo repiten sus colegas y hasta él mismo: ni contesta llamadas, ni responde al firmante; su desaparición obviamente es voluntaria y probablemente pactada. Se abre paso, mientras, que tal silencio se explicaría porque está enamorado. Esta es la versión más creíble. Llegados a este punto vale añadir: ¿Y qué, a quién le importa?.

Pero resulta que con Donaire se repiten las tácticas descalificatorias usadas con Novell. La infamia más miserable se cebaría con el sacerdote manchego justificándola con lugares comunes: Que si se pasó, que si abusó, que si metió la mano.... Nada de eso es creíble, ni lo documenta quien esparce la infamia. Donaire no dinamita su reputación por bajezas como las imputadas por deslenguados/as sin escrúpulo. Por lo que pudo constatar servidor, Donaire es un caballero, como su biografiado Spínola. ¿Por qué, entonces, seguimos preguntando por Donaire?.

En junio del 2020, tras la ‘desaparición’ de Donaire, nombran como sustituto en el Corpus a un religioso destinado en Alcalá y que se apellida Guerra. Este sacerdote es el mismo que –en diciembre de 2014- denunció al Obispo Auxiliar Gómez Sierra que un feligrés fue abusado sexualmente por otro sacerdote hasta que se suicidó. Lo que resultó grave calumnia partiría de una mente enferma. Lo avalaría Guerra ante el Palacio Arzobispal, no sabemos si a sabiendas o desde una Vicaría que es selectiva según para qué o quién.

La falsa denuncia hundió y suspendió al denunciado, Párroco de Bellavista, un mes. Tras contratar a una veterana agencia de detectives sevillana (ADAS www.adaspain.com) se desmontó la infamia. Localizaron vivo al suicidado y hasta a la denunciante-delirante. Se desfondó, al tiempo, una investigación canónica que resultó inútil para el apaño calumnioso que se pretendía contra el párroco inverazmente denunciado.

A ese sacerdote, el Padre Santiago, llamativamente el Obispo Juan José Asenjo le prohibió poco antes de la denuncia escribir artículos –y en especial en portales teológicos- alejados del dogma romano. Ahí estaría el quid de la cuestión, vaya, del fiasco que movió una ‘mano negra’ finalmente invisible.

Lo más relevante es que Jesús Donaire dejó en Sevilla un legado de excelencias. Su saber-hacer personal chirría con el ninguneo y silencio desplegado por quienes corporativamente le alababan. La Iglesia tiene protocolizado, al parecer y desde hace 2000 años, callar, intrigar y mirar de reojo a quienes abandonan la nave. Es llamativo, en tiempos difíciles, saber esto cuando no sobran sacerdotes.

Si a la verdad le cierras la puerta, entrará por la ventana, repetía una máxima. Recordemos a los curas-obreros o los incontables clérigos y monjas que se casaron y tuvieron hijos sin abandonar la más sincera fe. La misma que nos falta a quienes no entendemos al poder eclesial, el de sus mandamases, no del cristianismo o lo escrito en la Biblia o del aplauso reiterado que merece Cáritas, por ayudar a quien lo necesita.

Vale insistir sobre aquel No busques más que no hay que cantaba Silvio: Satán, el demonio, es el culpable de las bajas en la plantilla de sacerdotes. Nadie más. Quédense tranquilos. Nihil obstat.