Ángeles Íñiguez se despide del Ayuntamiento con una emotiva carta para recuperarse de un cáncer

La ya ex concejal agradece las numerosas muestras de cariño y el apoyo recibido por la ciudadanía y su equipo de gobierno en estos ocho años como delegada de Infraestructuras, Obras y Servicios, entre otras

Ezequiel García ezegarcia85 /
15 jun 2019 / 17:24 h - Actualizado: 15 jun 2019 / 17:24 h.
  • Ángeles Íñiguez se despide del Ayuntamiento con una emotiva carta para recuperarse de un cáncer

Apenas falta media hora para que el pleno del Ayuntamiento de Carmona se constituya de nuevo tras cuatro años de mandato que ha calado en la mayoría de la ciudadanía de la capital de Los Alcores. Juan Ávila ya ultima su discurso, pero muchos echan en falta su presencia. Las causas son mayores. Se trata de Ángeles Íñiguez, que dice adiós a su trabajo como servidora pública al frente de delegaciones tan complejas como Infraestructuras, Obras y Servicios, Tráfico y Medio Ambiente para luchar contra un cáncer que le fue diagnosticado a finales del pasado año.

Atrás han quedado dos mandatos en los que, por encima de todo, ha quedado su talante, su escucha y su defensa de los servicios públicos, siendo una de los dos únicos concejales independientes del equipo de gobierno de Juan Ávila en el anterior mandato, junto a Enrique Becerra.

Hoy, en primicia, ha querido compartir con El Correo de Andalucía su carta de despedida, con un adiós que, ojalá, sea un hasta luego, señal de que, su lucha contra el cáncer, ha sido victoriosa y que la vida le sigue regalando días de felicidad. Aquí, su carta de despedida.

De jardinera a concejala, POR y PARA Carmona.

Queridos vecinos/as, familiares y amigos/as:

Hoy finaliza mi mandato como concejala del Ayuntamiento de Carmona. Gracias a todos vosotros hicimos posible lo imposible: convertir a una insignificante jardinera en una “concejala de primera”, y no porque yo lo diga -¡válgame Dios que no me atribuiría nunca lo que no es mío!-; sois vosotros los que me lo habéis transmitido todos los días durante estos ocho años.

Algunos “compañeros” de corporación, al inicio en 2011, no apostaban por mí. No sé si recordaran esos plenos donde se machacaba continuamente a mi persona, simplemente por no ser como el resto. Algunos y algunas intentaban desprestigiarme llamándome “la jardinera”. ¡Pobre de ellos! Creían que me hundían y no se daban cuenta de que me hacían más fuerte. Pero, claro, yo traía a mis espaldas una vida laboral completa y un trabajo con el que ganarme el pan que llevaba a mi casa: al inicio como camarera, peluquera, jardinera; y más tarde como Auxiliar Administrativo. Algunas personas no podían consentir que yo entrase en política a desmontar el chiringuito que algunos se habían creado. No lo olvidaré nunca, pero lo perdoné hace tiempo, porque lo que no se perdona te hace daño, y mi intención jamás ha sido dañar a nadie.

He abanderado el consenso político local y siempre he mantenido que antes de entrar en política debemos de tener un trabajo, porque eso garantizará que nuestros dirigentes estén en política por vocación de servicio público y no por necesidad económica.

Durante estos ocho años, he tenido el honor de trabajar defendiendo los intereses de los carmonenses. Han sido años de intenso trabajo, en los que me he entregado en cuerpo y alma a mi ciudad y a mis vecinos, siempre con firmeza, transparencia, honestidad y sobre todo humildad. Agradeciendo siempre la confianza que los votantes depositaron en mí y en el equipo al que representaba como concejal independiente.

Hoy les insto a que continúen siendo rigurosos con la nueva corporación. Al nuevo equipo de Juan Ávila le deseo mucha suerte, y a los que durante ocho años han sido mis compañeros de batalla les aconsejo que no cambien, que continúen trabajando POR y PARA CARMONA, como lo han hecho hasta el día de hoy. Ese ha sido mi lema durante estos ocho años.

A la oposición les recuerdo que están para trabajar por el bien común de nuestra ciudad. Les pido que sean responsables a la vez que exigentes, y les recuerdo nuevamente que están para trabajar por el bien común, y no por un bien partidista. Les ruego que su único objetivo sea mejorar la calidad de vida de sus vecinos y vecinas.

Mi compromiso ha sido siempre trabajar con el objeto de mejorar Carmona, y particularmente su empresa LIMANCAR. Una empresa prácticamente arruinada que esta jardinera ha sido capaz, no sólo de llevar a sus mejores años, si no que la ha dejado en la mejores condiciones económicas y humanas y, además, ha conseguido retirar la losa que pesaba sobre el nombre de ella y sus trabajadores. Trabajadores de los que siempre he recibido el apoyo y el cariño necesario para continuar hacia adelante, y que a día de hoy aún sigo recibiendo.

En estos ocho años, he estado al cargo de las delegaciones de Infraestructuras, Obras y Servicios, Tráfico y Medio Ambiente. En cada una de ellas he conocido a personas maravillosas, muy trabajadoras y responsables, cada una con una ideología política diferente, pero os aseguro que eso nunca ha sido un inconveniente para mí. Les animo a que continúen siendo como son; que no cambien, porque con sus defectos y sus virtudes, son únicas.

Para mí, ha sido una satisfacción enorme haber tenido la oportunidad de dedicar una parte importante de mi vida a servir a la ciudad que me vio nacer. Soy una carmonense más, que ha tenido el privilegio de representar a nuestra ciudad durante estos años. Todo esto no hubiese sido posible sin el apoyo incondicional de mi familia y amigos, a los que siempre les estaré agradecida.

Ahora tengo frente a mí a una oposición más dura que la de estos años. Esta no se debate en plenos ni Ayuntamientos, si no en salas de hospitales. No tiene siglas políticas, pero tiene un nombre muy feo: Cáncer. No sé qué me deparará el futuro, porque de momento sólo me preocupa vivir intensamente el momento presente y sobre todo ser feliz. Tengo la suerte de tener unos padres maravillosos, un marido extraordinario, unos hijos preciosos y unos hermanos, familiares y vecinos que no los cambiaría ni por todo el oro del mundo.

La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

GRACIAS CARMONA.

Ángeles Iñiguez Belloso”.