Años sufriendo cáncer y sin tratamiento «porque estaba loca»

La periodista Rocío Martínez cuenta cómo su madre nunca fue tratada del cáncer que la ha matado, y que no llegó a recibir tratamiento porque todo se achacaba a una enfermedad mental y a querer llamar la atención

09 nov 2022 / 17:00 h - Actualizado: 09 nov 2022 / 17:00 h.
"Rocío","Tribunales","Cáncer","Canal Sur"
  • Años sufriendo cáncer y sin tratamiento «porque estaba loca»

La madre de la periodista gaditana Rocío Martínez falleció hace unos días en un hospital de su provincia. La informadora, habitual en las pantalla de Canal Sur, está dispuesta a ir a los tribunales para denunciar la presunta negligencia que acabó con su vida: sufría cáncer pero no tuvo tratamiento, porque todo lo relacionaban con la enfermedad mental que sufría.

“Cada vez que acudía al médico porque los dolores no la dejaban vivir, lo achacaban a que era una enferma mental. Incluso, cuando perdió unos 20 kilos en un mes, a su familia le dijeron que lo que ella hacía era llamar la atención negándose a comer”, explica la periodista, que lamenta: “Mi madre no ha podido luchar. No la han dejado pelear contra el cáncer no diagnosticado que se la ha llevado. Cuando después de varios años de peregrinaje por más de cinco hospitales y decenas de visitas a diferentes especialidades médicas por fin dieron con la justificación de sus insufribles dolores, era tarde: la metástasis ya le había provocado un fallo multiorgánico”.

Lenta agonía

Los problemas para la madre de Rocío comenzaron años atrás. Sufrió los primeros síntomas pero no fue atendida debidamente, denuncia su hija: “Ha agonizado a alaridos durante años sin ser atendida. Ha sufrido un trato denigrante y vejatorio con un falso diagnóstico de demencia al que se aferraban cuando mi madre gritaba de dolor pidiendo auxilio. Con el recurrente pretexto de que era ‘paciente de salud mental’ la mandaban de vuelta a casa sin las pruebas que habrían justificado el origen de su indecible sufrimiento. Mi madre llegó a intentar quitarse la vida del dolor tan incapacitante que sufría”.

“Es humillante que con esas hipótesis y la evidente depresión que le produjo su inhumana situación, tampoco considerasen de extremada prioridad tratarla desde Salud Mental”, dice, para añadir que “en los últimos dos meses la acompañamos más de una decena de veces a centros hospitalarios clamando ayuda para que la asistiera un facultativo que le prestase atención, sin suerte”.

La familia recibía frases como «imposible que le duela” o “lo hace para llamar la atención» mientras “a ella la devoraba un cáncer indescriptiblemente doloroso sin prescribirle ninguna prueba diagnóstica”.

Postrada en la cama y sin tratamiento

El paralizante dolor “la postró en una cama sin diagnóstico. También era ‘normal’, con esa conducta tendente a la somatización. Dejó de caminar e incorporarse de un día para otro -literalmente -. Perdió 20 kilos en poco más de un mes, pero era porque ‘ha dejado de comer para llamar la atención. Exagera. La semana pasada mi madre llegó con un hilo de vida a este último hospital donde ha fallecido. La traje para tratar de que un neurólogo pudiera determinar qué le estaba produciendo las últimas confusiones que presentaba.

«En menos de 24 horas, el diagnóstico demoledor».

En la primera analítica aparecieron los marcadores tumorales muy altos. En el primer tac craneal: manchas metastásicas en el cerebro; en el tac de abdomen: cáncer metastásico de colon perforado. “Había sufrido un infarto del que ni siquiera se había quejado. A mi madre el fallo renal provocado por la metástasis le produjo una encefalopatía urémica que le distorsionó en sus últimos días la percepción y capacidad de expresión o relacionarse. A mi madre no solo le arrebataron su derecho a pelear. A mi madre le arrancaron su dignidad. La trataron humillante y vejatoriamente aferrándose a la denostada e ignorada baza de la salud mental”.

“No la han dejado luchar”

Rocío Martínez termina su relato explicando que acompañó a su madre a muchas de esas citas médicas “y la he acompañado hasta su final. Ha muerto mientras le acariciaba la mano con todo el dolor de mi alma devastada. A mi madre no le han dejado luchar. Yo lo voy a hacer por ella y por su dignidad. Te quiero, mami. Te quiero, princesa”.