El Ayuntamiento de Benacazón ha pedido a los vecinos especial cuidado con la celebración el 1 de noviembre Día de Todos los Santos (popularmente conocido como ‘Tosantos'), que en este pueblo, tradicionalmente, se celebra con una jornada de convivencia en los pinares pertenecientes al término del municipal de Aznalcázar. La petición es clara: “deseamos concienciar a nuestros vecinos y vecinas en la necesidad de quedarse en casa debido al alto riesgo de contagio por la covid-19”.
Es por todo ello que desde el área municipal de Participación Ciudadana se pone en marcha esta campaña dedicada a las familias, los grupos de amigos y, en particular, a los jóvenes benacazoneros, el colectivo que registra más casos de infección por covid-19 en España, “un fenómeno que se explica por la elevada movilidad e interacción social de este grupo de edad”, explica el Consistorio.
Mucha mesura
Por eso, desde el Ayuntamiento de Benacazón “deseamos trasladar el mensaje de que nuestro pueblo y sus tradiciones, como la romería de Tosantos, no se sitúan en una fecha o un lugar concretos; son un tesoro inmaterial que reside en el interior de todos los vecinos y vecinas”.
“Tosantos es cada uno de nosotros, donde quiera que estemos y en cualquier compañía. Es por ello que rogamos a toda la ciudadanía que este año permanezca en la seguridad del hogar y, de este modo, poder celebrar el próximo Tosantos sin lamentar la ausencia de un ser querido debido a un acto irresponsable y evitable. En pocas palabras; quedarse para volver otro año más”, concluye.
Las castañas de Isla Cristina
La tradición de salir al campo en Tosantos tiene algunos ejemplos en Andalucía en el que, junto a Benacazón, destaca la localidad onubense de Isla Cristina, donde los vecinos cumplen con la tradición de comer castañas junto al cementerio de la localidad.
Niños, jóvenes y mayores pasan la jornada asando castañas en fogatas realizadas en los campos de este municipio costero que, previamente es objeto de paso de revista por parte del Consistorio isleño.
A expensas de saber qué pasará este año, la tradición ha ido en aumento, pues antes la cita era en los campos junto al cementerio pero ahora se ha extendido, siendo las zonas más solicitadas la conocida como el Campamento, donde hay una antigua capilla, y a lo largo de todo el cordón de pinar de la playa.
Casi nadie parece conocer el origen exacto de esta tradición, aunque se cree que procede de la costumbre de visitar el cementerio del municipio no sólo en el día de Todos los Santos, sino desde la noche antes y velar a los muertos toda la noche.
Los vecinos acudían a la cita provistos de una buena cantidad de castañas, que se comían asadas para soportar de paso el frío de la noche, y la tradición se mantiene, si bien ahora se centra fundamentalmente durante el día.
Además, a las castañas que dieron nombre y fama a esta tradición se unen en los últimos años otros frutos como las nueces, que se preparan también en torno a hogueras.