Coronavirus

Cartas remediadoras para corazones cautivos

El Coro del Cautivo de Las Cabezas de San Juan recoge misivas anónimas que animen la vida de ingresados y sanitarios

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
17 abr 2020 / 20:49 h - Actualizado: 17 abr 2020 / 20:54 h.
"Crisis","Solidaridad","Hospital Virgen de Valme","Coronavirus"
  • Daniela, haciendo su carta. / El Correo
    Daniela, haciendo su carta. / El Correo

El dinámico Coro de Nuestro Padre Jesús Cautivo de Las Cabezas de San Juan, que desde que empezó la crisis del COVID-19 no ha cesado de imaginar iniciativas para sobrellevar mejor la cuarentena, como aquella de colgar santos en los balcones o cantar villancicos al atardecer para animar la vida de sus vecinos, ha puesto en marcha ahora otra iniciativa pensando en quienes están más cautivos aún: “personas que están solas en hospitales o residencias”, dicen en un comunicado, “sufriendo las secuelas de este virus”. Pensando en ellas, los responsables del coro han emprendido una campaña basada en cartas anónimas que puedan recibir estas personas, no solo los pacientes o residentes, sino también tantos sanitarios entregados a la causa del cuidado más especial si cabe durante los estragos de esta pandemia.

De momento, el coro cabeceño tiene contacto con una residencia de ancianos en el propio municipio y otra en el pueblo vecino de Lebrija, además del hospital Virgen de Valme. Sin embargo, en la campaña por redes sociales iniciada hoy mismo hacen un llamamiento a otros centros y residencias, e incluso a sanitarios “que quieran hacer de intermediarios de estas cartas”.

Los responsables del coro han establecido unas pautas o requisitos para los remitentes voluntarios: “una carta con tus deseos y plasmando en ella lo que quieras transmitir a esas personas que tanto lo necesitan”, dicen, y añaden: “Las cartas no pueden llevar ni dirección postal ni números de teléfono por la ley de protección de datos”. Los interesados pueden enviar sus cartas a corocautivolascabezas@hotmail.com. En las primeras horas de la puesta en marcha de esta generosa iniciativa, sus organizadores ya habían recibido las primeras cartas, telemáticas y de puño y letra. Una de ellas es Daniela, una de las componentes más jóvenes del coro, que a sus diez años deja un mensaje de esperanza: “Quiero que sepas que no estás solo, darte ánimos y decirte que pronto todo esto pasará con la ayuda de esos médicos que no descansan ni un minuto y arriesgan sus vidas por nosotros”.

Cartas remediadoras para corazones cautivos