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Cerro El Casar en Utrera.
Un estudio del historiador Francisco Javier Ojeda Utrera publicado por revista la Historia Digital desvela el posible emplazamiento en terrenos pertenecientes al término municipal de Utrera de los restos arqueológicos del anfiteatro de la histórica ciudad romana de Salpensa.
El historiador de El Coronil, residente en Los Molares, concreta la posible ubicación de los restos arqueológicos de este monumento romano en esta zona tras el estudio de una anomalía topográfica observada mediante fotografía aérea en esta zona de Utrera próxima a El Coronil.
Tras dicha observación y análisis de los datos obtenidos el historiador estima que existen los suficientes indicios para considerar la ubicación del anfiteatro romano en este yacimiento a la espera de que futuras prospecciones sobre el terreno desmientan o confirmen esta posibilidad.
En un extenso informe de 23 páginas que publica la revista Historia Digital en su número 40, correspondiente al mes de julio de 2022, Francisco Javier Ojeda Utrera expone y argumenta su hipótesis para cuya confirmación habría que realizar trabajos arqueológicos
El yacimiento de ‘El Casar’ se localiza en el término municipal de Utrera, a la altura del kilómetro 9 de la vía A-375 en el tramo que une esta localidad con El Coronil.
Vista actual del cerro.
Vistas aéreas claves para la posible localización
Al visualizar el terreno a través de la herramienta Google Maps, al autor del estudio histórico le llama la atención “una anomalía topográfica con una característica forma elíptica u ovalada en el extremo noroccidental del cerro, justo donde éste cobra una mayor altura”.
En esta imagen puede observarse, según explica en su artículo Francisco Javier Ojeda, que “la elipse se ajusta perfectamente al ángulo que conforma la colina en ese sector, quizás para aprovechar la pendiente de la misma para alojar la mitad norte de la cávea sin necesidad de construirla de fábrica, como ocurre en otras ciudades romanas a la hora de erigir este tipo de edificios.
Vista aérea del anfiteatro.
Según el historiador, serían razones de economía constructiva las que habrían motivado la elección de su emplazamiento en esta zona con el fin de aprovechar la pendiente. En la imagen puede describirse con claridad una zona interior en tono oscuro rodeada por un anillo perimetral en tonos más claros, haciendo evidente el contraste entre ambas.
En las fotografías. al encontrarse el terreno sin ningún tipo de cobertura vegetal, pueden apreciarse con nitidez el contraste de coloración entre la zona central, que podría interpretarse como la arena del edificio, mucho más oscura por acumular un mayor nivel de humedad, y un anillo exterior que la circunda en una tonalidad ostensiblemente más clara por poder tratarse de afloramientos de materiales constructivos pertenecientes a la zona de la cávea.
Vista aérea del anfiteatro.
Llama la atención en este estudio la acumulación de rocas que puede observarse pocos metros al oeste de la anomalía, justo en la cresta de la loma y en el límite del terreno cultivable, retiradas del terreno por los operarios de la finca para facilitar las labores agrícolas. Tal cercanía podría indicar una excepcional abundancia de materiales constructivos justo en esa zona del yacimiento que quizás estuviese en relación con la existencia del hipotético edificio que se propone.
Las medidas obtenidas, mediante la herramienta ‘Medir distancias’ de Google Maps, de los hipotéticos ejes del óvalo proporcionan al historiador Francisco Javier Ojeda “unos datos muy consecuentes con las dimensiones comunes a este tipo de monumentos, sobre todo en lo que respecta a las dimensiones de la arena que se encontraban en cierta forma estandarizadas”.
El informe del historiador Francisco Javier Ojeda también recoge un análisis de las imágenes obtenidas en los vuelos históricos del PNOA (Plan Nacional de Ortofotografía Aérea) de los cuales se destaca por proporcionar datos más relevantes el vuelo Americano de 1956-57 Serie B y el vuelo PNOA 2013.
El primero de ellos resulta especialmente significativo por el hecho de que, quizás por haberse realizado en unas fechas en las que el uso de arados subsoladores para las labores agrícolas debió de ser aún inexistente o muy puntual en los campos españoles, es posible observar, pese a la precariedad de la resolución de la imagen ciertas sombras compatibles con microrelieves en la zona de la anomalía interpretable como la correspondiente a la cávea del edificio, destacando la sombra en forma de arco o de media luna que correspondería al sector sur del graderío que sería el que posteriormente sufriría más los efectos erosivos de la roturación del terreno y que por lo tanto sería menos perceptible en imágenes aéreas posteriores
A la luz de lo expuesto en este estudio el historiador estima que existen indicios suficientes para considerar que el yacimiento de ‘El Casar’ podría confirmar la existencia de este este importante anfiteatro romano.
Finalmente, el historiador sugiere en su estadio la necesidad de realizar una prospección sistemática sobre el terreno, así como un análisis de los materiales que aparecen acumulados en las cercanías de la anomalía observada, junto con una prospección geofísica de ese sector del yacimiento sería para constatar tal posibilidad. De confirmarse esta hipótesis, este monumento vendría a engrosar la nómina de anfiteatros de la Provincia Hispania Ulterior Baetica