El equipo de gobierno de Los Palacios y Villafranca, de IU, ha desempolvado, ahora que se celebra el 50º aniversario de la muerte del escritor Joaquín Romero Murube (1904-1969) y que el Defensor del Pueblo Andaluz le ha notificado la queja por el abandono en que se encuentra su última residencia en el pueblo, la llamada Huerta de la Noria, un anteproyecto de restauración y rehabilitación de la finca presentado al Consistorio en 2006 por una constructora del pueblo que adquirió la finca con la intención de restaurarla y convertir una parte de la misma en un museo sobre la vida y obra del autor de Los cielos que perdimos o Discurso de la mentira, entre otros títulos. La reacción del alcalde palaciego, Juan Manuel Valle, se debe a que el Defensor del Pueblo ha iniciado de oficio una queja interesándose “por el estado del conjunto patrimonial Huerta de la Noria, así como por las medidas de conservación, régimen de protección y el uso que se otorga a los espacios próximos a la finca, y las valoraciones y estudios que se hayan adoptado por las autoridades en relación a las iniciativas citadas”.
El Ayuntamiento, que recibió la queja el pasado 19 de diciembre, lleva una semana preparando la respuesta al Defensor del Pueblo, institución que ha tomado cartas en el asunto a raíz de “recientes informaciones que hacen mención a la situación de amenaza que sufre este inmueble que permanece en un estado de progresivo abandono, así como ausencia de posibles proyectos culturales en base a la posible creación de una casa museo acordes con el origen y trayectoria del inmueble”, que fue residencia esporádica, cada vez más habitual, de Joaquín Romero Murube una vez que este se la compra a sus hermanas al morir la madre, en 1950. Precisamente existe una fuerte vinculación literario-vital entre la época en que el articulista y poeta adquiere la finca, que convierte en su pequeño Alcázar, y la concepción de su obra de más alcance, Pueblo lejano (1954), inspirada justamente en el pueblo que lo ve nacer y que él convierte en metáfora de su propia infancia, un exquisito ejercicio de prosa poética a la altura de Ocnos, de Luis Cernuda o Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez. Precisamente la comisión organizadora de los actos de esta efeméride en Los Palacios y Villafranca sigue perfilando eventos y nuevas publicaciones para los próximos meses.
Sorpresa en el PGOU
Según el dosier fotográfico que acompaña al anteproyecto de 2006, La Noria ya se encontraba en total abandono, incluso desvalijada, “sin que el Ayuntamiento, entonces gobernado por el PSOE, hubiese hecho absolutamente nada para su protección”, según el alcalde actual. Es más, pese a la importancia cultural e histórica de la finca, el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado a comienzos de 2008, no otorgó a la hacienda el nivel máximo de protección, como se habían encargado de proponer y recomendar los técnicos municipales, sino que aparece en el Catálogo de Bienes Protegidos y Yacimientos Arqueológicos, en el catálogo 10 con tipología Villa residencial y con un nivel de protección estructural B.
Aquella rebaja repentina en la protección del inmueble originó un conflicto jurídico hasta 2010 sobre la calificación y usos del mismo entre el gobierno del PSOE y la empresa constructora, que terminó tristemente en el momento que esta perdió la propiedad durante la crisis económica de aquellos años. La Huerta de la Noria acabó entonces en manos de un banco.
El regidor palaciego se ha sorprendido al conocer, “por fuentes cercanas a la constructora, que su anteproyecto fue paralizado y bloqueado en aquellos años (2007-2011) en que era concejal de Cultura Claudio Maestre, una de las personas que públicamente ha mostrado ahora su preocupación por el estado de la finca, pero que siendo el máximo responsable municipal de Cultura no solo permitió que se incluyese en el PGOU con el nivel de protección B en lugar de A, sino que fue el principal responsable del bloqueo al único proyecto que ha existido hasta el momento para la restauración de la Huerta de la Noria”.