Expertos de la Sociedad Espeleológica Geos han certificado en Gelves la existencia de unas galerías usadas históricamente como minas de agua, que se desarrollaron en rocas y sedimentos de origen marino del Mioceno (entre 23 y 5 millones de años).
Según se refleja en la memoria de las actuaciones, publicada por el Ayuntamiento de la localidad, estas galerías son un claro ejemplo de la existencia de un sistema de captación de aguas para uso diverso, en las que es relevante destacar “su interés geológico, geomorfológico, hidrogeológico”, así como otras áreas de interés científico o cultural”.
Esta entidad hizo entrega tanto a la alcaldesa, Isabel Herrera, como a la delegada de Cultura, Alicia Oliveros, de una memoria en la que daba fe de las actuaciones de espeleología aplicada que se habían realizado en distintas galerías artificiales ubicadas en el municipio.
Para ello, esta entidad fundada en 1962 ha contado con la colaboración y el apoyo de miembros de las Universidades de Huelva, Sevilla y Córdoba, además del Departamento de Historia del Arte y Patrimonio del Instituto de Historia y el CSIC.
Unos restos históricos
Los expertos han trabajado también en una zona conocida como ‘El Pandero’, donde se encuentra un acueducto de ladrillos trabados con mortero de cal que puede tener su origen en la época medieval moderna, además de albergar albercas, manantiales y pozo con su respectiva noria, aunque muy deteriorada por el paso del tiempo.
Para poder acceder a muchos de los enclaves mencionados ha sido necesaria una ardua tarea de desbroce, limpieza y retirada de escombros, que ha permitido estudiar a fondo la galería de La Pileta y su posterior cerramiento para proteger este bien patrimonial y cultural de Gelves, así como la limpieza, desbroce y mantenimiento rutinario de las zonas de El Cañuelo y El Pandero.
Lápidas testigo de la historia
Durante las jornadas de investigación sobre el terreno, se han descubierto lápidas que dan pistas sobre el origen de gran parte de las actuaciones en torno a las galerías, que pueden datar entre los siglos XVII y XVIII.
Los trabajos de investigación se iniciaron en marzo de 2021, y han contado con la colaboración de algunos vecinos de la localidad, aportando detalles significativos de épocas pasadas, que han ayudado mucho a la investigación.