Los Palacios y Villafranca

Frupal salva in extremis la campaña del espárrago verde en la provincia

La comercializadora de Los Palacios y Villafranca aguanta el golpe del Covid-19 y espera rozar el medio millón de kilos en una campaña tan accidentada para un producto muy dependiente del extranjero

Álvaro Romero @aromerobernal1 /
22 may 2020 / 15:19 h - Actualizado: 22 may 2020 / 15:22 h.
  • Frupal salva in extremis la campaña del espárrago verde en la provincia

El espárrago, un producto tan nutritivo como con un componente social tan arraigado entre nuestros agricultores desde que irrumpió la anterior crisis, la de 2008, debido a que muchos padres montaron pequeñas explotaciones para sus hijos en paro, ha estado a punto de malograr absolutamente esta cosecha que finaliza este mes si no llega a ser por comercializadoras que han demostrado una perseverancia fuera de lo común en los peores momentos de la actual crisis del COVID-19, es decir, en las últimas semanas de marzo. Una de ellas es la sociedad agraria de transformación Frupal, un centro hortofrutícola con más de tres décadas de historia que, situada en el kilómetro 564 de la N-IV, entre Dos Hermanas y Los Palacios, comercializa uno de los mayores volúmenes de espárragos de toda la provincia de Sevilla. “Aquí llegan espárragos de El Coronil, a cuya cooperativa le interesa más enviárnoslos que transformarlos ellos, o de Lora del Río, por ponerte dos ejemplos extremos”, explica su gerente, Alonso Navarro, orgulloso de que su sociedad no solo se haya convertido en un referente de este producto a nivel provincial, sino, sobre todo, de “haber aguantado en esos momentos tan difíciles que se vivieron entre marzo y abril”.

La principal causa de la debacle del espárrago andaluz en general fue el cierre de fronteras de países como Francia, en cuya fiesta de la Pascua -nuestra Semana Santa- se consume tanto espárrago como es normal en un producto que alcanza allí y en tales fechas la categoría de símbolo. Con la llegada de la primavera, hacer espárragos a la plancha en el país galo es algo más que una comida. Téngase en cuenta que casi el 30% del espárrago andaluz exportado tiene como destino el mercado francés. Algo más incluso ocurre con el mercado alemán. “Pero determinadas políticas muy estrictas de sus gobiernos”, explica Navarro, “hicieron que allí se apostara por enviar a muchos trabajadores en paro durante aquellas semanas a sus campos para producir precisamente espárragos”.

La decisión cayó como un jarro de agua fría en Andalucía en general -Granada, la provincia más productora con diferencia, se resintió gravemente- y en la provincia de Sevilla en particular, porque el mercado nacional hubo de absorber toda la producción y los precios cayeron estrepitosamente. El agricultor suele tener en el euro por kilo el límite para que le merezca la pena su trabajo. Sin embargo, tan solo diez días más tarde, Francia asumió la evidencia de que ni tenía producto suficiente, ni capacidad de generarlo en tiempo récord y mucho menos personal dispuesto a irse al campo. Pero el estropicio ya estaba casi hecho. En este sentido, muchas comercializadoras le habían cerrado ya las puertas y muchos productores se vieron abandonados. Sin embargo, Frupal continuó recogiendo espárragos cuando empezó a recibir llamadas de compradores extranjeros porque necesitaban de nuevo el producto, que en determinados momentos alcanzó jugosos precios de hasta tres y cuatro euros. Luego, se han normalizado y, ahora que faltan dos semanas para que concluya la campaña, en Frupal calculan que a los agricultores de la provincia les habrá salido una media de entre 1,5 y 1,8 euros por kilo, lo cual no deja de ser esperanzador teniendo en cuenta las circunstancias vividas. “No vamos a llegar a los 600.000 kilos que teníamos pensado al principio, pero vamos a superar los 450.000 seguro”, asegura Navarro, aliviado.

Frupal salva in extremis la campaña del espárrago verde en la provincia

Fuerte apuesta

La propia Frupal lleva dos años apostando por el espárrago, después de haber arrancado antiguos frutales en 12 hectáreas de tierra. “Nuestro espárrago verde tiene muchísima calidad”, asegura Navarro. “Puede que nos la igualen en alguna parte, pero desde luego es muy difícil superarla, debido a la tierra, que le da un sabor y un color más claro muy característicos”. En cualquier caso, el espárrago sevillano se viene muy pronto, es un producto precoz que, con las temperaturas de este año, por ejemplo, ha producido más en febrero y marzo que en abril y mayo. De ahí el estropicio que produjo la crisis del COVID-19, justo en el peor momento. “Creo que se catalogó al espárrago injustamente en un grupo de productos perecederos como la fresa que no le corresponde”, señala Navarro.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Andalucía (UPA) emitió una llamada de auxilio justamente a finales de marzo porque el del espárrago verde era uno de los sectores más afectados por la crisis del coronavirus, cuando los pedidos habían disminuido en un 80% en el mercado nacional y ocurrió lo mismo o más en el mercado internacional. UPA explicaba entonces que las limitaciones de movilidad ciudadana conllevaba una menor afluencia y frecuencia de personas a las grandes superficies, a lo que se unía la consideración de que el espárrago verde no es un producto de primera necesidad, además de su condición de alimento perecedero. “No es tan perecedero como lo han pintado”, ha terciado Navarro ahora. A aquella importante reducción del consumo doméstico, se sumó el cierre de los sectores de la hostelería y el turismo, con la consecuente supresión del consumo de espárragos en bares, restaurantes y hoteles.

Frupal salva in extremis la campaña del espárrago verde en la provincia

La novedad del salmorejo

Frupal, que junto a las cooperativas Las Nieves y Parque Norte y el propio Ayuntamiento conforma en Los Palacios y Villafranca la Asociación de Productores del Tomate, contribuye de una manera decisiva también a esa consecución del nuevo récord de producción de tomate de este año, que se vaticina ya en más de 14 millones de kilos. Pero también ha encontrado una oportuna salida de su tomate destinado a la elaboración de gazpacho y salmorejo industrial. En su caso, Frupal ha firmado un contrato con la empresa García Millán que afecta a un millón de kilos. Los gazpachos y salmorejos de esta firma eran muy conocidos y apreciados en la cadena Mercadona, pero ahora han encontrado un nuevo atractivo con el ingrediente específico del llamado 'bombón colorao' de Los Palacios y Villafranca.

Muchos agricultores palaciegos sienten que el gazpacho industrial les está salvando la campaña porque, contra la menor salida del producto fresco por culpa del coronavirus, han encontrado un destino que no requiere estética del tomate, sino simplemente sabor, y, además, con un precio digno y cerrado que les garantiza la viabilidad.