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Incidencia en Los Palacios y Villafranca.
La tercera ola del coronavirus, que está resultado la peor con diferencia hasta el momento, se ha ensañado especialmente con los pueblos medianos de la provincia de Sevilla, a la luz de los últimos datos que sigue ofreciendo diariamente la Junta de Andalucía. Ya solo hay tres pueblos limpios de COVID-19: los pequeños y muy distantes entre sí Alcolea del Río, El Castillo de las Guardas y El Real de la Jara. Pura anécdota. En la inmensa mayoría de los demás, la tasa de contagios por cada 100.00 habitantes sube a un ritmo galopante. Y salvo el caso muy señalado de Carmona, que al contrario del resto no ha hecho sino bajar su incidencia en las últimas semanas –ahora se sitúa en una tasa de 178-, hay pueblos donde la curva que representa la tasa de contagios se verticaliza a un ritmo frenético. De hecho, la media provincial está a punto de alcanzar el límite de 500. Una treintena de pueblos lo supera ya y una quincena ronda ya el otro límite más inquietante, el de 1.000, que es el que obliga a cerrar toda actividad no esencial.
En esa situación se encuentra ya, por ejemplo, Los Palacios y Villafranca, el más grande de los medianos (38.500 habitantes), que en apenas diez días ha galopado desde la tasa del 255 a la de 925 que marca hoy, lo que significa 200 contagiados solo en la última semana. Su alcalde, Juan Manuel Valle (IU), no solo ha hecho un llamamiento desesperado hoy a la población, en los mismos términos que su homólogo de Las Cabezas de San Juan antes del pasado fin de semana, sino que ha pedido la presencia de los militares en la localidad para apoyar a una desbordada Policía Local y Guardia Civil en las tareas de control. Así lo ha exigido por videoconferencia en la que ha participado con el subdelegado del Gobierno en España y el delegado del Gobierno de la Junta en Sevilla. El regidor palaciego ha pedido, además, que “nos envíen los datos de los positivos para que la Policía Local pueda hacer un seguimiento, ya que desde noviembre no mandan ninguna información”. “La situación es realmente extrema”, ha sentenciado Valle. Actualmente, hay una docena de clases confinadas de distintos colegios y guarderías, y el ritmo se antoja exponencial. Para colmo, 16 ancianos de la Residencia de Mayores, a los que se les administró la primera dosis de la vacuna hace solo unos días, han dado positivo.
La situación es muy parecida, o incluso peor, en otros municipios sevillanos, como El Viso del Alcor (19.200 habitantes), con una tasa de 923 casos por cada 100.000 habitantes; Osuna (17.500 habitantes), con una tasa de 1.207; Las Cabezas de San Juan (16.500 habitantes), cuya tasa alcanza hoy la cifra de 1.169; La Algaba (16.000 habitantes), con una tasa de 1.184; o La Puebla de Cazalla (11.000 habitantes), cuya tasa se dispara hasta el 1.074.
Con tasas todavía más exageradas siguen varios pueblos más pequeños como Benacazón (1.077), Santiponce (1.297), Gilena (2.388), El Garrobo (2.658) o Burguillos (1.280). El colmo de una incidencia por las nubes lo sigue liderando Pruna, cuya tasa alcanza hoy el 6.223. La vecina Algámitas, en esa misma confluencia de las sierras que rozan las provincias de Cádiz y Málaga, se sitúa hoy en 6.215. El Palmar de Troya alcanza hoy la tasa de 3.290, y La Puebla de los Infantes, 869. Al margen, hay un número creciente de pueblos que sube su incidencia sin control después de haber superado ya la tasa del 500, como la propia Dos Hermanas (435 positivos en la última semana), Almensilla, Aznalcóllar, Bormujos, Espartinas, Umbrete, Estepa, El Saucejo, Castilblanco de los Arroyos, Arahal o El Cuervo...