-
Un joven saca el ticket para poder aparcar en la zona azul de Utrera. / V.C.
La reducción de la zona azul en algunos puntos de la ciudad ya es una realidad tal y como prometió el nuevo gobierno municipal de Utrera –PSOE-IU–, tras el pacto de progreso que alcanzaron después de las elecciones municipales de mayo. Este acuerdo significó el cambio político en la ciudad tras una docena de años de gobiernos andalucistas y permitió que el socialista José María Villalobos llegase a la Alcaldía.
Uno de los puntos básicos del pacto era la supresión de estas ampliaciones de la zona azul que se realizaron en los años 2010 y 2014 por el entonces alcalde andalucista Francisco Jiménez y que suponían cerca de 400 plazas de estacionamiento de pago. En concreto, 283 ampliadas en 2010 y 115 en 2014, aunque inicialmente la idea era incrementarlas en 209. Una vez cubiertos los trámites burocráticos para eliminar la zona azul, desde el pasado viernes es efectiva la anulación de la segunda de las ampliaciones tras su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y superar un periodo de alegaciones al que no se presentó ninguna reclamación en favor del mantenimiento de la zona azul.
La supresión de las 115 plazas rotatorias conllevará también la retirada de algunos de los parquímetros instalados en los últimos meses y que afectan a tres calles de la ciudad de Utrera como son La Corredera, María Auxiliadora y la calle Molares.
La noticia ha sido bien recibida por parte de la Plataforma Contra la Ampliación de la Zona Azul que en su día batalló contra el entonces Gobierno PA-PP que promovía la ampliación y que con sus protestas –se llegaron a convocar varias manifestaciones– logró en esa época que la subida proyectada en 2014 inicialmente de 209 plazas se redujera a las 115 que ahora son las que han quedado anuladas.
El portavoz de la plataforma, Juan Manuel Cornejo, mostró su satisfacción por la noticia y consideró «reconfortante» que en los tiempos que corren haya «políticos que cumplen sus palabras y sus promesas». Cornejo manifestó que fue un «clamor popular» el rechazo a la ampliación como a su juicio se demostró en alguna de las protestas convocadas, en las que hubo una afluencia masiva. En este sentido recordó que el rechazo popular fue tal que se llegaron a recoger en pocos días más de 6.000 firmas en forma de alegaciones y que ello fue posible porque esa ampliación «no tenía ninguna razón de ser más allá del interés recaudatorio de la empresa concesionaria».
En el lado opuesto se sitúan PA y PP, que consideran que la anulación de la ampliación supondrá problemas para el mantenimiento de los puestos de trabajo de la concesionaria y problemas de escasez de aparcamientos en algunas zonas. Una de las más conflictivas es la calle María Auxiliadora, donde existen algunos comercios que, si bien no presentaron alegaciones contra la anulación de la zona azul que les afecta, sí han mostrado un rechazo tibio en las primeras horas de entrar en vigor esta medida que permite de nuevo el estacionamiento libre de vehículos en la calle.