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Imagen de archivo de la edición de 2015. / El Correo
Adrián Pulido Gómez, un joven cabeceño de 25 años que actualmente trabaja de camarero mientras saca alguna que otra matrícula de honor en el último curso del grado en Geografía e Historia de la Universidad Pablo de Olavide, no es el mismo Adrián que hace solo una década representaba un caso difícil en el instituto de su pueblo. “Con 13 o 14 años no prestaba atención y no dejaba dar clases a los profesores”, confiesa ahora, recordando su paso por el programa de Diversificación, que perdona los primeros compases fallidos en la Secundaria y facilita sacar el Graduado agrupando asignaturas. “Sabíamos que nuestro futuro era luego ponerte a trabajar o hacer un módulo medio”, explica ahora este joven educado que quiere ser profesor de Historia, “porque hacer un bachillerato o estudiar una carrera era imposible con aquella base”.
Sin embargo, aunque con varios años de retraso (y más madurez), terminada la ESO, se matriculó en Bachillerato. Y Adrián empezó a ser otro Adrián. Hoy, “además de soñar con enseñar Historia, sueño con ayudar a los jóvenes a conseguir lo que yo nunca he conseguido, que es estudiar en mi tiempo y por los cauces correspondientes”, confiesa el seleccionado por los Premios Hebe -que van ya por su VI edición- en la modalidad de Superación Personal.
El caso de Adrián encarna el espíritu de unos premios que el equipo de gobierno de Francisco José Toajas (PSOE) ideó en los peores años de la crisis (no solo económica) para enfocar precisamente a los escasos jóvenes que debían y podían ser referentes para sus paisanos en una localidad que ofrecía pocas expectativas. Los premios, que buscaban invertir los alarmantes datos del absentismo y el fracaso escolar, se bautizaron con el nombre de Hebe, que en la mitología griega era la personificación de la juventud. Según la Ilíada, Hebe era la ayudante de los dioses, una divinidad capaz de rejuvenecer a los ancianos. Su equivalente romana era justamente Juventas, a quienes los muchachos ofrecían una moneda cuando vestían por primera vez la toga de adultos, es decir, cuando maduraban.
En Las Cabezas de San Juan quieren subrayar ese paso de jóvenes pueblerinos a jóvenes destacados en cualquiera de las disciplinas de las que el pueblo pueda sentirse orgulloso y que ayuden a romper estereotipos peyorativos de la juventud como una etapa improductiva y sin ambición.
Artistas, emprendedores, solidarios
Los premios se entregarán, en el transcurso de una gala solemne, en el teatro de la localidad el próximo 26 de abril. En la modalidad de Arte, este año se llevará la distinción Rafael Martín Cordero, un joven escritor que ha vivido en varias ciudades del mundo para tomar a continuación conciencia de la importancia de la vida cultural y artística en la cotidianidad de su pueblo natal. No en vano, el autor de Apología del Silencio, una antología poética de su producción juvenil, es ahora vicepresidente de la asociación local Astarté, que busca inundar de cultura las calles y plazas de la localidad.
En la modalidad de Deporte, el premiado ha sido David Quiñones López, un joven estudiante de Bachillerato que además de un acumular una destacada experiencia teatral, es campeón de Andalucía senior con aro en gimnasia rítmica, el primer gimnasta masculino del club de su pueblo.
En lo que se refiere al Rendimiento Académico, el jurado ha seleccionado al joven José Juan Galán Montero, estudiante de Ingeniería Informática del Software que ostenta el título de mejor expediente del pueblo y una de las mejores notas de la Selectividad de 2015 (un 13,38 sobre 14). Actualmente, a sus 20 años, continúa coleccionando matrículas honor.
El premio Hebe en Solidaridad se lo lleva Lola Moreno López, una estudiante de Psicología en la Universidad de Huelva que a sus 21 años es ya célebre por compaginar sus estudios con el voluntariado en asociaciones tanto de Las Cabezas como de fuera relacionadas con todo tipo de retos: creatividad, estimulación o síndrome de Asperger...
Otra chica, Cristina Villalba Rodríguez, se lleva el galardón en la modalidad de Mujer de Ciencias. Esta joven cabeceña, graduada en Matemáticas hace un lustro, es ahora estudiante interna en el Departamento de Geometría y Topología de la Universidad de Sevilla.
En la categoría Joven Emprendedor, el premiado es Diego Beato Castro, un auténtico manitas, a la sazón técnico superior en Sistemas de Telecomunicaciones e Informáticos que regenta su propia tienda de venta de material informático y es a la vez formador en el uso de las nuevas tecnologías, y todo en su pueblo.
La única categoría que no es individual es la llamada Iniciativa Juvenil, que en esta ocasión recae en la maestra Belén Tejada y en el equipo directivo del colegio público Luis Valladares, que han conseguido un cuerpo de mediadores en resolución de conflictos que cuenta con un grupo de alumnos de 5º y 6º de Primaria que simbolizan la paz en los recreos con sus petos fluorescentes.