«Ser vestidor es un don que la Virgen te otorga»

Alejandro Navarro es el decano de los vestidores de Mairena del Alcor y ha sido florista de todas las hermandades

Alberto Guillén Aguillenito /
22 feb 2018 / 07:26 h - Actualizado: 22 feb 2018 / 07:26 h.
"Cuaresma"
  • Navarro termina de vestir a la Virgen de la Ancilla, titular de la Vera Cruz que hoy inicia sus cultos. / El Correo
    Navarro termina de vestir a la Virgen de la Ancilla, titular de la Vera Cruz que hoy inicia sus cultos. / El Correo

A sus 67 años recién cumplidos, Alejandro Navarro Jiménez es toda una institución dentro de la Semana Santa de Mairena del Alcor. Este florista ya jubilado es el actual decano de los vestidores maireneros y ha sido responsable en algún momento u otro de los exornos florales de todas las hermandades del pueblo que lo vio nacer. En la actualidad es el responsable de vestir a María Santísima de la Ancila, imagen titular de la Hermandad de la Vera Cruz, y Nuestra Señora de los Ángeles, titular de la hermandad de la Borriquita. Durante casi 20 años ha sido también el responsable de vestir a Nuestra Señora de los Remedios Coronada, patrona canónica y alcaldesa perpetua de Mairena del Alcor, como él mismo explica. «Empecé a vestirla a finales de los años noventa. Los primeros años junto a Carmen Añicla, que ha sido siempre la encargada del ajuar de la Virgen, igual que antes lo fue su madre, y después con Nena la Mariana, la actual camarera». También ha sido responsable de vestir a María Santísima de la Caridad, titular de la Hermandad del Cautivo, durante sus tres primeras estaciones de penitencia.

Comenzó su labor como vestidor «a principios de los ochenta, antes de irme a la mili», recuerda, «vistiendo a la Virgen de la Ancilla de la Vera Cruz». Sobre los motivos que le llevaron a dedicarse a una ocupación tan íntima como esta, afirma que «primero porque me gusta muchísimo de siempre, eso es algo con lo que uno nace y que se lleva dentro, es un don que la Virgen te otorga».

Ser vestidor es una responsabilidad, continúa. «Yo siempre digo que es como vestir a una madre, es un acto íntimo, muy propio y requiere de mucho amor, mucho cariño y mucha fe. Es imprescindible para que las imágenes luzcan vestidas como merecen, el amor, el cariño y por supuesto la fe».

Al poco tiempo de ser el responsable de los mantos y sayas de María Santísima de la Ancilla, comenzó también a vestir a Nuestra Señora de los Ángeles, la imagen de candelero tallada por José Paz Vélez y bendecida en 1981. Como socio fundador de la hermandad de la Borriquita, Alejandro, como todo el mundo lo conoce en Mairena, puntualiza que se hizo cargo de la Virgen «desde la primera vez que se vistió en casa de los suegros de Paz Vélez, donde se terminó de tallar la imagen, en la calle San Fernando. Desde entonces siempre me he encargado, tanto para los cultos, sus estaciones de penitencia y en todos los actos». A lo largo de tantos años vistiendo a la titular de la Borriquita, recuerda con especial cariño la conmemoración del 25 aniversario de la imagen, cuando se le concedió la Medalla de Oro de la Villa «y la vestimos con un manto azul pavo brocao, iba preciosa y ha sido la única vez que no le hemos puesto el manto blanco tradicional, que es una de sus señas de identidad». Al hilo de esta explicación, recuerda otro gran momento en el que a su juicio lució especialmente bella su otra Virgen del alma, la de la Ancilla. «Fue en el 75 aniversario de la adquisición de la imagen y el congreso de la Vera Cruz, en 2014, que se hizo el traslado a la Casa Palacio en el paso cristo y recuerdo que iba radiante. Creo que ha sido la vez que he visto a la Virgen lucir más bella».

En estos casi 40 años desde que comenzara a vestir no ha fallado ni un solo año, cosa que celebra, ya que «es el disgusto más grande que podría llevarme». Afirma que la experiencia le ha servido para ser más rápido y meticuloso y saber escoger porque, «no es lo mismo vestir a una virgen para los cultos o un triduo que para la estación de penitencia, donde se busca mucha más solemnidad». También atribuye a la experiencia su acierto en los atuendos porque «la virgen se ve de manera muy diferente en el suelo de la sacristía a estar encima del paso bajo palio, se ve de manera muy distinta y eso hay que tenerlo muy claro», sentencia. Eso sí, como incide, «para ser vestidor no hay escuela, se aprenden cosas con la experiencia pero un vestidor nace, no se hace».

Además de su desempeño como vestidor, Alejandro es socio fundador de la Hermandad del Rocío de Mairena y un luchador incansable en pro de las hermandades. En sus 35 años como florista prestó servicios a todas las hermandades y era el responsable de los exornos florales del Cristo de la Cárcel, Señor de Mairena. Para todos los fieles y curiosos que quieran ver su trabajo, este jueves por la tarde pueden acercarse a ver a María Santísima de la Ancilla, recién preparada para sus cultos que comienzan este jueves.