La empresa Fleshlight International, una de las líderes mundiales en consoladores masculinos, con sede en España en Dos Hermanas, ha aumentado este año sus ventas un 17,5 % con respecto a 2019, último año natural antes de la pandemia, y abrirá una nueva factoría para producir geles en 2023.
Como ha explicado a EFE el portavoz de la firma, Juan Ziena, los datos son comparativos con el mes de marzo de 2019, ya que la empresa estuvo cerrada dos semanas en 2020 al no ser considerada una actividad esencial para la economía española, pero una vez pasados dos años con más o menos restricciones, 2022 se cerrará con cifras superiores de facturación.
Sobre la nueva factoría de la empresa, ha indicado que supondrá una inversión de más de 600.000 euros, con el fin de operar desde España en producción de geles eróticos, que funcionará igualmente desde el polígono de Dos Hermanas donde se encuentra la factoría.
En ese sentido, se espera que esté lista a mediados del año próximo, “y cuando funcione que seremos auto suficientes en nuestra producción”.
Sin barreras de idiomas, cultura o religión
La compañía vende sus productos se venden a todo el mundo, “sin importar distancia, regímenes políticos o religiones», aunque solo el 10 por ciento de la producción de la fábrica se queda en suelo español, con países como Inglaterra, Alemania, Francia, Escandinavia, República Sudafricana, Israel o Kazajistán como algunos de los que cuentan con clientes entre su población.
El aumento de la facturación fue fue constante incluso durante la última crisis económica, ya que en 2013 se experimentó un aumento del 40 por ciento con respecto al 2012; en 2014 creció un 28 por ciento con respecto al año anterior, y en 2015 un 20 por ciento.
La empresa que nació por un embarazo
Fleshlight nació de la mente de Steve Shubin, al diagnosticarle los médicos un embarazo de riesgo a su esposa, momento en el que le recomendaron que no tuviesen relaciones sexuales durante los nueve meses de la gestación, de modo que le pidió permiso a su mujer para usar su garaje para crear su primera vagina artificial.
Nacieron así los artilugios en forma de linterna que desde 1995 han hecho famosa a la empresa en todo el mundo, desde que comenzó una producción a pequeña escala en el garaje de la casa, iniciando de este modo una de las mejores líneas de juguetes sexuales masculinos del mundo.
De hecho, los primeros 50.000 dólares de inversión se convirtieron rápidamente en 750.000, y desde ahí comenzó a funcionar un gigante que ha llevado y sigue llevando sus creaciones a cualquier lugar del mundo donde una persona los reclama, tanto presencialmente en una tienda como a través de internet.